Ciudad de México, (EFE).- El reciclaje inclusivo tiene un impacto social, económico y ambiental y, a la vez, puede evitar la emisión de 195 toneladas de dióxido de carbono (CO2) al año en Latinoamérica, de acuerdo con Latitud R, la plataforma regional para la articulación de acciones, inversiones y conocimiento en materia de reciclaje inclusivo.
Estas conclusiones fueron parte del programa piloto lanzado en 2022 por Latitud R, que ha creado la primera herramienta para calcular el valor e impacto climático generado por las recicladoras en América Latina.
Se trata del primer proyecto que demuestra científicamente el impacto positivo del reciclaje inclusivo frente al cambio climático, además de mostrar la importancia de esta actividad para impulsar la economía circular.
El modelo de funcionamiento de esta herramienta se centra en que, para estimar la huella de carbono, se consideran las emisiones de gases contaminantes provenientes de la energía de la red eléctrica consumida por el centro de reciclaje, el combustible consumido por maquinaria estacionaria (calderas y hornos) y la combustión de los vehículos utilizados en el centro y para la recolección de residuos.
Las toneladas evitadas se estiman con base en las emisiones relacionadas con la disposición final de residuos, la producción primaria de materiales y la combustión móvil de los vehículos utilizados para la recolección y disposición final de los residuos.
Resultados
Durante esta primera etapa de desarrollo de la herramienta se buscó identificar qué tipos de materiales evitan el mayor número de emisiones contaminantes después de los procesos de recolección y reciclado.
En el caso de los plásticos, la herramienta de Latitud R encontró que por cada tonelada de material que se recupera se evita la emisión de 1.27 toneladas de CO2, mientras que en los celulósicos esta cantidad es de 0,24 toneladas.
Para los materiales no ferrosos, como el aluminio, la plataforma informó que por cada tonelada procesada no se emiten 16 toneladas de gases contaminantes (CO2) al medio ambiente.
El programa piloto de la herramienta se realizó en seis centros de reciclaje en Argentina, Bolivia, Ecuador, Chile, Colombia y Perú, que fueron seleccionados con base en sus volúmenes de producción, tamaño y ubicación geográfica.
Los centros que participaron fueron el peruano Mujeres Ecosolidarias, el chileno Cooperativa Serviclaje, el ecuatoriano Asociación de Servicios de Reciclaje Creciendo Por Ti Mejia, el boliviano Defensores del Medio Ambiente, el colombiano Asociación de Recicladores de Bogotá y el argentino RUO.
Con la herramienta de Latitud R también se pudo comprobar que las emisiones evitadas por cooperativas de recicladoras son hasta 600 veces más que las emisiones emitidas en su proceso productivo.
Áreas de acción
La plataforma cuenta con el respaldo del Banco Interamericano de Desarrollo, PepsiCo Latinoamérica, Coca-Cola Latinoamérica, la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores, Fundación Avina, Dow Chemical y Nestlé, y se estará promocionando del 23 al 27 de octubre durante la Climate Week de América Latina y El Caribe en Naciones Unidas.
Como colaboración a la plataforma, PepsiCo también realiza esfuerzos para implementar programas de recuperación inclusiva en cuatro de sus países en América Latina: Brasil, Colombia, Guatemala y Chile.
En lo que respecta a la participación de PepsiCo en 2022, se logró la recuperación de más de 38.000 toneladas de materiales, de las cuales 8.000 toneladas corresponden a plástico, lo que equivale al 20 % del total.
La empresa global enfocada en alimentos y bebidas -que colabora con EFE en una campaña sobre descarbonización- también contribuyó con más de 2.000 recicladores de base beneficiados, en total, 2.300 personas capacitadas.
En conjunto, de enero de 2021 a junio de 2023, los resultados de la plataforma arrojan más de 33.000 toneladas de material reciclable recuperadas en 13 países de la región latinoamericana, de la mano de casi 19.000 recicladores de base.
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