La industria agroalimentaria enfrenta retos de gran relevancia que exigen ajustes en sus modelos de negocio y en su forma de operar. La consultora Bain & Company identifica dos que son cruciales para construir una industria agroalimentaria más competitiva y preparada para el futuro, donde la salud y la sostenibilidad estén al centro de las decisiones.
“Estas crecientes demandas pasan desde abordar las consecuencias de los productos alimenticios para la salud a largo plazo, hasta contribuir de forma importante a mitigar los desafíos climáticos y naturales que afectan a todo el mundo”, destaca Marcelo Rodríguez, socio de Bain & Company México.
El especialista señala realidades que ayudan a dimensionar el tamaño del reto que enfrenta la agroindustria: la agricultura consume el 70% del agua del mundo y el sistema agroalimentario contribuye con más de un tercio de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Como resultado, los productores agrícolas, las empresas de productos de consumo, los minoristas y otros que componen el sistema alimentario mundial están a punto de verse bajo la misma supervisión que experimentan las empresas de petróleo y gas”, advierte Rodríguez.
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Reinventar negocios de la industria agroalimentaria
Actuar ahora permitirá a las empresas convertir los riesgos en oportunidades: nuevos productos, categorías y mercados, e incluso una mayor participación para lograr su crecimiento.
Según la consultora, las empresas de alimentos que tomen la iniciativa podrán beneficiarse de un potencial aumento de ingresos del 15% en 5 años. En comparación con una disminución de ingresos del 43% para las empresas que se queden atrás en función de un escenario de regulación cada vez más agresiva.
Al cambiar las carteras de productos e ingredientes, así como el lugar y la manera en que se producen los alimentos, las grandes empresas alimentarias y agrícolas pueden cambiar su sistema para producir comestibles más saludables y nutritivos. Asimismo, reducir el impacto ambiental de negativo a positivo neto.
Por último, reducir la huella de carbono en el suministro de alimentos requiere la participación de toda la cadena de valor de los alimentos. Desde los proveedores de insumos y equipos hasta los agricultores, comerciantes, procesadores de productos básicos las empresas de ingredientes y alimentos.
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