Ginebra (EFE) - Responsables de la ONU y del Gobierno ruso se reúnen hoy en Ginebra con miras a intentar prorrogar el acuerdo que desde 2022 facilita la exportación de cereales de Ucrania y Rusia a través del Mar Negro, y que expira el 18 de julio entre gran incertidumbre por las crecientes reticencias de Moscú a mantenerlo.
La delegación rusa en las consultas está encabezada por el viceministro de Asuntos Exteriores Sergei Vershinin, mientras que la de Naciones Unidas es liderada por la costarricense Rebeca Grynspan en calidad de secretaria general de la Conferencia de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Las consultas en principio se celebran a puerta cerrada y se ignora si tras ellas se anunciará algún resultado, aunque la expectación es máxima después de que Moscú insistiera a principios de este mes que va a limitar la exportación de cereal ucraniano mientras no se faciliten algunas de sus reivindicaciones.
Entre ellas, destaca su petición de que se faciliten sus exportaciones de amoniaco para la producción de fertilizantes a través del país vecino y utilizando la tubería Toliatti-Odesa, que une los 2.400 kilómetros que separa la zona productora rusa en el Volga con el gran puerto ucraniano en el Mar Negro.
Tras la invasión contra Ucrania esta vía de transporte quedó paralizada, y esta misma semana Rusia acusó al país vecino de sabotear un tramo de la tubería en la región de Járkov (en el noreste ucraniano y próxima a la frontera rusa).
Fuentes de Naciones Unidas destacaron que en las consultas de hoy no se debate directamente la Iniciativa del Grano del Mar Negro, sino "la puesta en práctica del memorando de entendimiento firmado con Rusia sobre alimentos y fertilizantes".
Continúa la negociación del acuerdo del grano
Moscú también ha pedido en los últimos meses como condiciones para la renovación del acuerdo el reconectar el banco ruso Rosselkhozbank al sistema SWIFT, restaurar el suministro de maquinaria agrícola a Rusia, levantar las restricciones de acceso a puertos y seguros para sus buques, y desbloquear las cuentas y las actividades financieras de las compañías rusas de fertilizantes.
El propio Vershinin aseguró a principios de esta semana que el Gobierno ruso "no ve futuro" en las negociaciones, pero que ha decidido mantenerlas.
Al mismo tiempo, Moscú esta semana ha destacado sus operaciones de envío unilateral de fertilizantes a países de África, una de las regiones más afectadas por la crisis alimentaria derivada de la guerra de Ucrania.
La Iniciativa del Cereal del Mar Negro fue suscrita inicialmente por Rusia y Ucrania en julio de 2022, con mediación de Turquía y la ONU, siendo extendida primero en noviembre y más tarde en marzo y en mayo.
Rusia concede extensiones cada vez más cortas a este acuerdo crucial para los mercados globales: en mayo aceptó una de 60 días, decisión que muchos analistas consideraron directamente relacionada con las elecciones en Turquía.
Según la Organización Mundial del Comercio (OMC), la iniciativa ha permitido la exportación de más de 25 millones de toneladas de cereales y otros alimentos básicos desde Rusia y Ucrania, dos de los principales productores globales en el sector primario, a 45 países desde su entrada en vigor.
En recientes foros de la OMC se insistió en la importancia de que se siga facilitando la salida de cereal a través del Mar Negro, teniendo en cuenta que se esperan importantes cosechas la próxima temporada tanto en Rusia (unos 39 millones de toneladas de trigo) como en Ucrania (32 millones de toneladas).
Foto: EFE/EPA/Erdem Sahin
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