Santiago de Chile, (EFE).- Los sistemas agroalimentarios actuales en Latinoamérica comportan costos ocultos equivalentes a, al menos, 1.200 millones de dólares para la salud, el medioambiente y la sociedad, según un análisis pionero llevado a cabo por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que comprende 154 países.
De acuerdo con la edición de 2023 de "El estado mundial de la agricultura y la alimentación (SOFA)", Brasil (503 millones de dólares) y México (249 millones de dólares) encabezan el ránking regional.
Según el informe, a nivel mundial los costos para la salud, el medioambiente y la sociedad llegan, al menos, a los 10.000 millones de dólares anuales, y la mayor parte de ellos viene determinada por dietas poco saludables con alto contenido de alimentos ultraprocesados, grasas y azúcares, que provocan obesidad y otras enfermedades que generan pérdidas de productividad de la mano de obra.
En la región este porcentaje alcanza el 61,2 %, un poco inferior al 70 % global.
“El futuro de nuestros sistemas agroalimentarios depende de nuestra voluntad de apreciar a todos los productores de alimentos, grandes y pequeños, reconocer estos costos reales y entender de qué forma contribuimos todos nosotros a ellos y qué medidas debemos adoptar", señaló el director general de la FAO, QU Dongyu, en un comunicado difundido por el organismo.
Un 37,3 % de los costos en Latinoamérica guardan relación con el medio ambiente y se deriva de las emisiones de gases de efecto invernadero y nitrógeno, los cambios del uso de la tierra y la utilización del agua. Se trata de un problema que afecta a todos los países y es probable que su magnitud esté subestimada por las limitaciones de datos.
Los países pobres, los más afectados
Los países de ingresos bajos son, en proporción, los más afectados por los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios y desnutrición, que en la región suman un 1,36 %, mientras que en los países de ingresos bajos, los costos ocultos más significativos están relacionados, precisamente con la pobreza y la subalimentación.
En el informe se aboga por que los gobiernos y el sector privado lleven a cabo un análisis más periódico y detallado de los costos ocultos o “reales” de los sistemas agroalimentarios mediante la contabilidad de costos reales, seguido de la adopción de medidas para mitigar estos daños.
El documento también insta a los gobiernos a que utilicen la contabilidad de costos reales para transformar los sistemas agroalimentarios a fin de combatir la crisis climática, la pobreza, la desigualdad y la inseguridad alimentaria. Se señala que serán necesarias innovaciones en los ámbitos de la investigación y los datos, así como inversiones en recopilación de datos y creación de capacidad, para ampliar la aplicación de la contabilidad de costos reales, de manera que pueda orientar la adopción de decisiones de forma transparente y coherente.
"Espero que este informe sirva de llamamiento a la acción para todos los asociados –de los encargados de formular políticas y los actores del sector privado a los investigadores y consumidores– e inspire un compromiso colectivo de transformar nuestros sistemas agroalimentarios por el bien de todos”, agregó Dongyu.
Ajustar los sistemas agroalimentarios
Según el ente internacional, los gobiernos pueden utilizar diferentes mecanismos impulsores para ajustar los sistemas agroalimentarios y lograr mejores resultados en general, entre ellos, impuestos, subsidios, leyes y reglamentos.
Otros intentos de medir los costos ocultos de los sistemas agroalimentarios han generado las mismas estimaciones que la FAO, sin embargo, el nuevo informe de la organización es el primero que desglosa estos costos hasta el nivel nacional y garantiza que se puedan comparar entre las distintas categorías de costos y entre los distintos países.
Por vez primera, la FAO dedicará dos ediciones consecutivas de "El estado mundial de la agricultura y la alimentación" al mismo tema. En el informe de este año se presentan las estimaciones iniciales, mientras que el informe del próximo año se centrará en evaluaciones concretas en profundidad para determinar la mejor forma de mitigar estos costos. EFE
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