Hong Kong, (EFE).- Hong Kong prohibirá a partir de este jueves las importaciones de productos del mar procedentes de 10 prefecturas japonesas en respuesta al vertido al Pacífico del agua radiactiva y tratada de la accidentada central nuclear de Fukushima.
Entre las prefecturas a las que se aplicará el veto se encuentran Fukushima, Tokio, Chiba, Tochigi, Ibaraki, Gunma, Miyagi, Niigata, Nagano y Saitama, indicó anoche el Gobierno de la ciudad en un comunicado. Dicha prohibición afectará a todos los productos del mar -vivos, refrigerados, congelados o desecados-, así como a la sal marina y las algas.
Firme oposición a declaración
El jefe del Ejecutivo, John Lee, ya adelantó el martes su "firme oposición" al plan japonés de verter aguas residuales de la central nuclear, asegurando que daría instrucciones a las autoridades para que activen restricciones.
En su página de Facebook, Lee escribió el martes que "el plan de vertido no tiene precedentes, y causará riesgos inevitables para la seguridad alimentaria y el medio ambiente".
"El Gobierno hongkonés debe poner en marcha medidas con vistas a proteger la seguridad alimentaria y salvaguardar la salud de sus ciudadanos", declaró. Por su parte, el secretario de Medio Ambiente y Ecología, Tse Chin-wan, afirmó que estas "medidas cautelares" son "necesarias para garantizar la seguridad alimentaria", puesto que "Tokio no ha ofrecido una explicación convincente sobre cómo abordar los riesgos que plantea su plan".
Importación de productos de mar
En 2022, el centro financiero importó productos del mar japoneses por valor de unos 75.500 millones de yenes (unos 477 millones de euros o 518 millones de dólares), lo que representa más del 20 % de las exportaciones totales de productos marinos japoneses, según el rotativo hongkonés South China Morning Post.
Tokio anunció e martes la fecha de la primera descarga de agua, unos tres meses después de que el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) le entregara su evaluación del plan del vertido, del que dijo que se ajusta a los estándares consensuados para este tipo de casos. Sin embargo, el plan de Japón ha generado intranquilidad en países vecinos como Corea del Sur o China.
Pekín urgió ayer de nuevo a Japón a que detenga el vertido, y desde julio mantiene, según sus funcionarios, "un alto grado de vigilancia" sobre las importaciones de alimentos procedentes de Japón.
Desde 2011, China mantiene una prohibición de importar comida desde una decena de las 47 prefecturas que componen la nación insular, entre ellas la de Fukushima, y revisa "de forma estricta" toda la documentación de los alimentos llegados desde otras partes de Japón, especialmente en el caso de productos acuáticos como el marisco.
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