La Haya, (EFE).- La cervecera neerlandesa Heineken logró un beneficio de 1.200 millones de euros en el primer semestre del año, casi un 9 % menos que en 2022, pérdida que no consiguió evitar con la subida de precios y que atribuyó a la disminución de las ganancias en Asia-Pacífico y los altos costes de la energía.
La cervecera obtuvo una facturación total en la primera mitad del año de 17.500 millones de euros, un 6,3 % más que en el mismo periodo del año pasado, según los resultados financieros semestrales publicados este lunes por Heineken, que vendió menos cervezas en la primera mitad de 2023.
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Reducción de ganancias
La reducción de ganancias se observó sobre todo en Asia-Pacifico, la región más rentable para Heineken, pero que registró una caída de más del 15 % en las ventas, debido principalmente a la baja demanda en Vietnam.
El resultado también se vio afectado por la compra y las inversiones en digitalización y sostenibilidad, añadió la empresa.
“Priorizamos y entregamos los precios anticipados requeridos para compensar la inflación sin precedentes de los costes de insumos y energía. En Europa, la región con el mayor impacto inflacionario, el volumen disminuyó de acuerdo con nuestras expectativas”, dijo el director ejecutivo de Heineken, Dolf van den Brink.
En espera de costes
Heineken espera que tanto los costes de compra, transporte y energía, como de las ventas de cervezas, se recuperen en la segunda mitad de 2023. Además, sobre su promesa de abandonar el mercado ruso después de la invasión de Ucrania en febrero del año pasado, Heineken asegura que ya no tiene ganancias en su negocio en Rusia y aún está a la espera de la aprobación oficial de Moscú para poder salir del país.
“Seguimos totalmente comprometidos con salir de Rusia, pero no tenemos control sobre el momento de nuestra retirada”, señaló. EFE