Nairobi (EFE).- El presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el español Álvaro Lario, cree que "la inversión en agricultura es crucial para evitar conflictos sociales" y futuras crisis alimentarias en África y el resto del mundo.
“Durante las últimas tres o cuatro décadas una buena parte de la financiación que ha llegado a África ha procedido de intervenciones de ayuda humanitaria o de ayuda de alimentos", afirma Lario en una entrevista con EFE en Nairobi tras visitar Kenia la semana pasada para conocer sobre el terreno varios programas del FIDA.
"Evidentemente, si existen niños o adultos muriéndose, debemos ayudarles. Pero no ha existido el mismo nivel de inversión en los sistemas de producción de alimentos”, añade el jefe de esta agencia de la ONU con sede en Roma que promueve la productividad agrícola y el desarrollo económico de las zonas rurales.
Lario, el único español que encabeza en la actualidad una institución de las Naciones Unidas, explica a EFE que “es mucho más fácil atraer la atención a programas dirigidos a personas en una situación límite".
"Pero debemos comprender que una de las maneras de resolver esas situaciones son las inversiones a medio plazo. ¿Por qué se repiten las crisis? Porque no se han producido ese tipo de inversiones que parece que no son tan urgentes, aunque son esenciales", precisa.
Por eso, en África, pese a tener el 60 % de las tierras cultivables aún sin usar del mundo, según el Banco Africano de Desarrollo (AfDB), existen 140 millones de personas que no pueden comer lo que necesitan, según una estimación de 2022 de la Red de Información sobre Seguridad Alimentaria (FSIN).
“Los pequeños agricultores de las principales economías, incluida España, se benefician del apoyo de sus Estados. Pero las poblaciones rurales del Sur Global no reciben esas inversiones ni esa atención excepto cuando existe una crisis alimentaria y se les entrega ayudas de alimentos”, lamenta el presidente del FIDA.
De esta manera, después de décadas en las que el mundo “ha ido de crisis alimentaria en crisis alimentaria”, todavía “no se ha conseguido erradicar la pobreza”.
Si bien Lario reconoce que África ha conseguido numerosos avances, “son necesarias inversiones mucho más grandes para poder establecer sistemas alimentarios estables y crear más empleos en las zonas rurales”.
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La guerra de Ucrania
Lario, que la semana pasada abordó estos temas en Nairobi con el secretario general de la ONU, António Guterres, y el presidente keniano, William Ruto, entre otros, es optimista: tiene la sensación de que el cambio está a punto de producirse.
El jefe del FIDA celebra que la comunidad internacional haya dejado atrás un modelo que durante décadas promovió la especialización de países de África en la producción y exportación de unos pocos cultivos, como el café, el té, el algodón o el cacao.
En vez de producir la comida que necesitan sus habitantes, muchas economías de África han estado centradas en esos cultivos de exportación.
Además, “la crisis actual por la guerra en Ucrania pone de manifiesto la volatibilidad y falta de sostenibilidad de un sistema en el que muchos países terminan especializándose en la producción de uno, dos o tres tipos de cultivos que no tienen necesariamente por qué ser los que mejor se adaptan a esos suelos o a esos climas”.
“Creo que ahora se ha comprendido que la inversión en agricultura es crucial. No es solamente una manera de evitar conflictos sociales. También ha quedado claro que puede ser una manera de incentivar el crecimiento económico y de crear empleos a lo largo de toda la cadena alimentaria. La alternativa son migraciones forzadas, conflictos por los recursos naturales, conflictos entre países, población con inseguridad alimentaria”, agrega.
El desafío de la crisis climática
Las inversiones en el sector agrícola también son una manera de proteger a las poblaciones de los efectos de la crisis climática, pues, de lo contrario, se puede “echar a perder una parte del desarrollo que se ha conseguido”, advierte Lario.
“En nuestros programas hemos identificado una necesidad cada vez más clara de tener en cuenta ese componente climático”, añade.
Lario recuerda que su visita a Kenia se produce en un momento en el que el Cuerno de África sufre su peor sequía de los últimos cuarenta años, si bien las lluvias de las últimas semanas han supuesto un alivio para millones de personas.
“Es algo que ha cambiado durante los últimos años”, explica. “Cada vez que me reúno con líderes, ya sea el líder de la Unión Africana o el presidente de Ruanda, nos piden cómo podemos ayudarles para hacer una transición energética justa y atraer fondos de financiación climática”.
“La financiación climática de los países más desarrollados del Sur Global -concluye Lario- no está llegando de la manera que se había prometido y para nosotros es un tema muy importante ver cómo podemos canalizarla”.
Foto: EFE/Isaac Jiménez
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