Las sardinas son un alimento altamente nutritivo y accesible, que ofrece múltiples beneficios para la salud, convirtiéndose en una excelente opción para incluir en la dieta diaria. Estos pequeños pescados son una fuente rica en proteínas de alta calidad, necesarias para el mantenimiento y la reparación de los tejidos del cuerpo.
Uno de los principales beneficios de las sardinas es su contenido de ácidos grasos omega-3, que favorecen la salud cardiovascular al reducir los niveles de colesterol y triglicéridos, y al mejorar la circulación sanguínea.
Estos ácidos grasos también contribuyen al buen funcionamiento del cerebro, ayudando a prevenir enfermedades neurodegenerativas y mejorando las funciones cognitivas.
A diferencia de otros alimentos ricos en calcio, como los lácteos, las sardinas ofrecen una alternativa ideal para personas intolerantes a la lactosa. Además, contienen hierro, que contribuye a prevenir la anemia, y vitaminas del complejo B, que apoyan el metabolismo energético.
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Beneficios del consumo de sardina
El consumo frecuente de sardina, con sus valiosos nutrientes, fortalece la resiliencia o la capacidad de sobreponerse a padecimientos críticos y adaptarse luego de experimentar alguna situación inusual e inesperada de salud, proporcionando calidad de vida.
En otras situaciones volviendo a la normalidad y/o sobreponiéndose a enfermedades de larga duración, por lo general, de progresión lenta también como los problemas cardiovasculares, asma, artritis, o aquellas generadas por patrones de alimentación inadecuados como la obesidad, por señalar otras.
De acuerdo con Benjamín Ramírez, especialista e investigador en enfermedades crónicas, el calcio, selenio y zinc, los venden en algunas tiendas de nutrición en recipientes o botes de plástico y paradójicamente estos elementos nutricionales tan necesarios para el organismo humano se pueden encontrar de manera muchísimo más accesible y natural en una sardina enlatada.
Finalmente, las sardinas destacan por su versatilidad culinaria. Se pueden consumir frescas, enlatadas, a la parrilla o en ensaladas, adaptándose a una gran variedad de preparaciones y preferencias. Su larga vida útil cuando están en conserva las hace una opción práctica y económica para los hogares y el sector alimenticio.
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