Como parte de su compromiso con el medio ambiente y en pasado del Día Mundial del Agua, Brown-Forman anuncia una inversión de 32 millones de dólares para la construcción de una nueva planta de tratamiento de aguas residuales en Casa Herradura, que comenzará a operar en mayo de 2025.
Esta instalación, que entrará en operación en mayo, tendrá la capacidad de procesar hasta 120 metros cúbicos de vinazas por hora, optimizando la gestión del recurso hídrico en sus operaciones.
Este proyecto se suma a los 16 millones de dólares que la compañía destina a mejoras tecnológicas en Casa Herradura, ubicada en Amatitán, Jalisco, las cuales tienen como objetivo optimizar la eficiencia de sus operaciones y fortalecer su compromiso con la sustentabilidad.
La marca tequilera ya aprovecha el 65% del agua tratada para el riego de sus instalaciones, con planes de incorporar este recurso también en los sistemas de enfriamiento utilizados durante el proceso de destilación, reduciendo la extracción de agua.
Con la mirada puesta en el futuro, se ha propuesto dos objetivos especiales para 2030, entre las que destaca:
- reducir en un 15%, respecto a 2016 el consumo de agua por unidad de producción
- reutilizar responsablemente el 80% del agua tratada de sus operaciones
Estas ambiciones están alineadas con la estrategia de sostenibilidad establecida por el Consejo Regulador del Tequila.
El cuidado del agua en la industria de bebidas
Conscientes de que la sustentabilidad trasciende sus propias operaciones, la firma también participa en iniciativas ambientales que impactan positivamente a las comunidades donde opera.
En el proyecto Charco Bendito, contribuye a la reforestación de 125 hectáreas con más de 45 mil árboles desde 2020, ayudando a mejorar la calidad del agua y restaurar ecosistemas.
En un comunicado, la compañía destaca que, además de ser esencial para producir sus bebidas, el agua es la base de las comunidades donde operan. También destaca la urgencia de implementar acciones concretas que aseguren su conservación a largo plazo.
Además, como parte de su modelo de economía circular, aprovecha el biogás generado en el tratamiento de vinazas para alimentar sus calderas, junto con el uso de bagazo de agave como combustible.
Finalmente, esta estrategia disminuye el uso de energías fósiles, por lo tanto, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, contribuyendo a una menor huella de carbono.
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