La economía circular y las 3R (Reducir, Reutilizar, Reciclar) se están posicionando como pilares fundamentales para mejorar la sostenibilidad en diversas industrias, incluido el sector de alimentos y bebidas.
Sabemos que estos principios no solo abordan problemas ambientales como el desperdicio de recursos y la contaminación, también ofrecen oportunidades económicas y competitivas para las empresas que logran implementar modelos circulares de manera efectiva.
Así, la economía circular se basa en dos hipótesis fundamentales:
- La primera es que el mejor residuo es aquel que no se produce
- La segunda es que no existen residuos, sino recursos que se pueden recuperar y reciclar.
Por ello, impulsar la economía circular significa impulsar las 3R. Esto conlleva al manejo adecuado de los residuos, lo cual se ha convertido en un desafío crucial para la industria, no solo por su impacto ambiental, sino también por el volumen creciente que generan.
Implementar estrategias que promuevan las 3R y adoptar principios de economía circular es fundamental para mitigar el problema.
De esta manera, no solo se minimiza la generación de desechos, sino que también se recuperan recursos valiosos que, en lugar de ser descartados, pueden ser aprovechados para crear nuevos productos y procesos más sostenibles, asegurando que lo que hoy se desperdicia no se convierta en una pérdida irrecuperable en el futuro.
El rol de las 3R en la protección del medio ambiente
El sector de alimentos y bebidas es una de las principales fuentes de residuos sólidos y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). La economía circular busca cerrar el ciclo de vida de los productos y materiales, evitando su disposición final en vertederos y promoviendo el reciclaje y la reutilización de los recursos.
Establecer las 3R en este contexto permite disminuir la cantidad de desperdicios generados y reducir la huella ambiental de la industria:
- Reducir implica minimizar el uso de recursos naturales y la generación de residuos a través de la eficiencia en la producción y el diseño de productos más sostenibles.
- Reutilizar se refiere al aprovechamiento de productos o materiales que aún tienen vida útil, evitando su descarte prematuro.
- Reciclar consiste en procesar los materiales para crear nuevos productos, cerrando el ciclo de vida de los recursos.
Al adoptar estas estrategias, las empresas pueden contribuir activamente a la lucha contra la contaminación y el cambio climático. Además, las estrategias circulares optimizan el uso de recursos, lo que puede resultar en menores costos operativos y mayor eficiencia.
Seguro te interesa: Economía circular y agricultura regenerativa, claves para mitigar el agotamiento de recursos
Subproductos en la economía circular: transformando desperdicios en oportunidades sostenibles
Los subproductos alimentarios representan una fuente clave para mitigar el desperdicio alimentario en la industria de alimentos y bebidas.
La utilización de estos subproductos no solo ayuda a reducir el volumen de residuos generados, sino que también ofrece una oportunidad estratégica para transformar lo que tradicionalmente se considera un desecho en ingredientes de valor agregado o en nuevas líneas de productos.
La valoración de subproductos implica el proceso de transformar estos materiales en ingredientes útiles que tienen aplicaciones en productos de consumo, mejorando no solo la sostenibilidad, sino también el perfil nutricional y funcional de los alimentos. Algunos ejemplos incluyen:
- Subproductos de la fruta (cáscaras, semillas, pulpas): Se pueden convertir en harinas, concentrados, jugos, o incluso como ingrediente funcional con propiedades antioxidantes, fibra o minerales. Estas materias primas pueden usarse en panadería, cereales, productos de confitería y bebidas.
- Restos de granos y cereales: El salvado o la cáscara de granos como el arroz o el trigo, que normalmente se desperdician, se pueden procesar para obtener fibra dietética, proteínas vegetales, y antioxidantes, utilizados en productos funcionales y suplementos alimenticios.
- Subproductos de la producción de aceite: El bagazo de la oliva o de semillas como las de girasol, se pueden transformar en aceites esenciales o ingredientes funcionales como proteínas o antioxidantes, y ser utilizados en productos alimenticios.
Debido a que la economía circular se basa en la idea de "cerrar el ciclo", donde los productos no solo se reutilizan, sino que se diseñan para ser reciclados al final de su vida útil, los subproductos juegan un papel esencial en este modelo al reintegrarse en el proceso productivo o ser transformados en nuevos productos.
De ese modo, se crea un ciclo continuo de materiales que se utilizan, reutilizan y reciclan, minimizando la necesidad de recursos nuevos.
¿Cómo los futuros biotecnólogos están transformando los subproductos alimentarios?
Un claro ejemplo de cómo las 3R pueden transformar un modelo de negocio en el sector de alimentos y bebidas es el caso de la Escuela Experimental con Énfasis en TIC`S PROA, formación especializada en Biotecnología, ubicada en San Francisco, provincia de Córdoba, Argentina.
Bajo su lema: "Crecemos sustentables: 3R, cuidando el medio ambiente e impulsado la sustentabilidad", esta institución ha implementado un enfoque integral que abarca tanto la reducción de residuos como la reutilización y reciclaje de materiales, con la finalidad de crear conciencia y minimizar el impacto ambiental.
En ese sentido, desde el primero hasta el sexto año se trabaja desde las distintas asignaturas y una misma especialidad: la biotecnología. Cecilia Trucco, quien es técnica superior en Tecnología de Alimentos y docente de la institución, explicó para The Food Tech® que se sigue una línea de práctica y aprendizaje, donde la mayor estrategia y desafío es vincular la teoría con la práctica.
Por esa razón, se trabaja desde las distintas disciplinas en diferentes espacios formativos como:
- Taller de ciencias: física, tecnología y robótica
- Laboratorio de ciencias: química, biología, microbiología, biotecnología
- Huerta - invernadero: transversal a todas ellas
El proceso es el siguiente, donde se realizan diversas pruebas diariamente hasta lograr lo deseado:
- 1er. año: Aprenden a separar los residuos orgánicos e inorgánicos sólidos y líquidos. De los inorgánicos sólidos, recuperan y reutilizan botellas plásticas para efectuar las balanzas. Con papel y revistas, desarrollan los lápices.
- 2do. año: Realizan diferentes experiencias poniendo foco en la energía: eólica-lumínica-mecánica. Además, crean distintos filtros de agua.
- 3er. año: Utilizan diversas plantas como citronela, romero, y con ellas crean repelentes naturales y bombitas aromáticas con el fin de ahuyentar a los mosquitos.
- 4to año: La escuela cuenta con un sitio en particular donde se ubica la compostera, un pozo profundo donde ahí solo se tiran los desechos sólidos orgánicos. También desde otras asignaturas como microbiología y biotecnología, se realizan eco-transformaciones: generación de masa madre y vinagre de manzana.
- 5to. año: Se realizan macetas biodegradables a base de yerba mate, piel de cebolla morada y/o tradicional y ajo. El objetivo es:
- Recuperar el desecho de las pieles, en donde el desecho sería 0%.
- Reemplazar las macetas plásticas negras (que contienen las plantas cuando se compran en viveros) por las macetas biodegradables, ya que éstas (una vez que contienen la planta, cactus, fruto, etcétera) se deben plantar en la tierra para convertirse en alimento y nutriente para las plantas, preservando y enriqueciendo sus raíces. Por eso, se llaman biodegradables.
- 6to. año: Es el fin del ciclo, donde se conjunta todo lo analizado, elaborado, experimentado y aprendido cada año. Aquí se hace hidroponia de rúcula y caléndula.
Los subproductos ofrecen una oportunidad para la innovación y la creación de valor agregado. En lugar de ser descartados, pueden ser transformados en nuevos productos que aporten un valor.
Los subproductos de origen biológico como los residuos de cultivos, desechos de frutas y verduras, pueden ser utilizados para producir biogás, fertilizantes orgánicos o ser transformados en nuevos productos alimenticios.
El aprovechamiento de subproductos dentro del modelo de economía circular no solo mejora la eficiencia de los procesos, sino que también contribuye al cumplimiento de las crecientes demandas de sostenibilidad.
Continúa leyendo: Aprovechamiento de residuos es fundamental para la economía circular