Los organismos genéticamente modificados (OGM) tienen una composición genética que ha sido alterada de una forma que no ocurre naturalmente, esto se puede hacer a través de una variedad de técnicas, como:
- La inserción de genes de otros organismos
- La eliminación de genes
- El cambio del orden de los genes
Los OGM se utilizan en una variedad de productos, incluidos alimentos, medicamentos y productos industriales.
Existe cierta preocupación de que esta clase de alimentos puedan representar un riesgo para la salud humana, que puedan causar alergias o toxicidad o puedan tener consecuencias no deseadas, como perturbar el medio ambiente o dañar el bienestar humano.
No hay evidencia científica que respalde la afirmación de que los alimentos transgénicos tienen más probabilidades de causar alergias o toxicidad que los alimentos no transgénicos; sin embargo, sí existe alguna evidencia de que los alimentos transgénicos pueden tener consecuencias no del todo deseadas.
Por ejemplo, algunos estudios han demostrado que los cultivos transgénicos pueden dañar a las comunidades de insectos benéficos para el medio ambiente, como las abejas y las mariposas.
Seguridad alimentaria y regulaciones de los alimentos transgénicos
Es importante destacar que los alimentos transgénicos pasan por rigurosas evaluaciones y regulaciones antes de ser aprobados para su comercialización y consumo humano.
En muchos países, como Estados Unidos y la Unión Europea, existen agencias reguladoras encargadas de evaluar su seguridad. Estas evaluaciones incluyen estudios exhaustivos sobre posibles riesgos para la salud humana y el medio ambiente.
Las proteínas derivadas de los alimentos transgénicos son sometidas a análisis exhaustivos para evaluar su alergenicidad. Además, se realizan estudios toxicológicos para determinar la presencia de posibles toxinas y evaluar su impacto en la salud humana.
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