Estrasburgo, Francia (EFE).- Dos concentraciones enfrentadas, con tintes políticos y demandas opuestas, alzaron su voz este martes frente al Parlamento Europeo de Estrasburgo para, de un lado defender y, de otro, denunciar la polémica Ley de la Restauración de la Naturaleza en la víspera de su voto definitivo en la Eurocámara.
Frente a la entrada del Parlamento Europeo, mientras los eurodiputados debatían la propuesta en el hemiciclo, el Comité de Organizaciones Agrarias y Cooperativas comunitarias (Copa-Cogeca) -que representa a las grandes explotaciones agrarias de la Unión Europea (UE)- reunió a más de un centenar de personas en contra el proyecto de ley con el respaldo de populares, conservadores y ultraderecha.
Al mismo tiempo, a unos cien metros y compitiendo por la atención de las cámaras, grupos como WWF, Oceana o la Oficina Europea del Medioambiente -la mayor red europea de organizaciones medioambientales-, con el apoyo de socialdemócratas, Verdes, Izquierda y la mayoría de los liberales, pedían el voto a favor de la posición de la Eurocámara para empezar a negociar con los países de la UE.
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Los grupos contra la propuesta
Copa-Cogeca se opone a esta ley que busca restaurar para 2030 el 20 % de los ecosistemas terrestres y marinos dañados y la totalidad de ellos para 2050- y asegura que "expulsará" a los agricultores y productores de sus tierras, "les dejará sin negocio y eliminará la agricultura de las zonas rurales" europeas.
En rueda de prensa, el presidente del grupo popular europeo, Manfred Weber, insistió en que su partido no se opone a restaurar la naturaleza sino a la actual propuesta de la Comisión y afirmó que sería "incluso una obligación" para Bruselas presentar un texto alternativo si la legislación nos prospera mañana, un extremo que el Ejecutivo comunitario descarta.
"Esto es la prueba de que no somos una máquina de aprobar mala legislación. Pedimos el rechazo a la propuesta de la Comisión y una propuesta nueva. No queremos pararla ni bloquearla, queremos una discusión sólida", subrayó el líder popular, que desde hace unos meses ha protagonizado la campaña de rechazo de esta ley.
Desde primera hora de la mañana, alrededor de cuarenta tractores, movilizados por la patronal agraria, bloquearon la carretera frente a la Eurocámara para acompañar las demandas de su sector, que defiende que el texto propuesto por Bruselas "está mal concebido y carece de una financiación clara".
"De lo que estamos en contra es del texto, no de la restauración de la naturaleza. Desde el comienzo no ha habido diálogo con los agricultores, ha sido prohibir por prohibir sin respaldo científico y sin dar alternativas", advirtió por su parte el asistente político de la organización agraria Asaja, Santiago Campos.
Organizaciones ecologistas dicen sí a la ley
A unos metros de esta concentración, una multitud de ONG en defensa del medioambiente abogaban precisamente por lo contrario: no sólo votar a favor de la Ley de la Restauración de la Naturaleza, sino también una mayor ambición para conseguir los objetivos de neutralidad climática.
Con pancartas con mensajes como "sin naturaleza no hay alimentos" o "proteger, restaurar y recuperar la naturaleza", los activistas ecologistas instaron a los políticos a que defiendan la naturaleza para asegurar el bienestar de las generaciones futuras.
A esta concentración también se sumó la joven activista climática Greta Thunberg con un mensaje para los diputados que aún dudan qué votar este miércoles: "que estén en el lado correcto de la historia o la historia les juzgará duramente si deciden estar del lado de los intereses destructivos y los grandes grupos de presión y no las personas y el planeta".
En este sentido, la líder de los socialdemócratas, Iratxe García, denunció la "irresponsabilidad" del PPE, ya que, advirtió, "se está uniendo a los negacionistas del cambio climático".
García acusó a los populares de bloquear el proyecto de ley y de "contraponerla" a los intereses de los agricultores y aseguró que el sector "no está preocupado por las políticas que apoyan la lucha contra el cambio climático, sino por sus efectos".
La ley se enfrenta mañana a su gran prueba de fuego, la votación en la sesión plenaria de la Eurocámara donde se espera un resultado más que ajustado; un potencial rechazo tumbaría la propuesta de la Comisión Europea.
Foto: Paula García-Afrojín y Laura Zornoza