El oficio de agricultor es uno más importantes en el mundo ya que debido a esta actividad es posible generar autosuficiencia alimentaria. Para ponerlo en cifras, de los 127.8 millones de habitantes de México, un total de 9.3 millones generan y transforman bienes agropecuarios, mientras que 5.4 millones se desempeñan directamente en actividades agrícolas.
En la actualidad, la agroindustria genera el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) en México, lo que equivale a un total de 24.6 millones de hectáreas destinadas a la producción agrícola, donde los agricultores mexicanos generan el 55% de lo que diariamente consumimos en cada comida.
Por ser una actividad primaria en México, miles de familias han podido subsistir a base de ésta, y así, México se ha convertido en el octavo exportador mundial de insumos que provienen del campo, con un superávit comercial durante 2020 de 8 mil 824 millones de dólares, el más alto en 25 años.
Se reconoce la labor del campesino como impulsor y generador de la riqueza agrícola en el país y sus esfuerzos por mantener alimentada a su población. Esta celebración se consagró el 24 de junio como un día especial para rendir homenaje y agradecer a la madre tierra por los frutos que brinda al hombre.
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Los agricultores y la preocupación por las practicas sostenibles
La agricultura ecológica despertó la conciencia de que la producción de alimentos debe experimentar cambios sustanciales en cuanto a su impacto medioambiental. Los agricultores y consumidores son cada vez más conscientes del impacto de la gestión del suelo en la salud de nuestro planeta y, por tanto, en la salud individual de las personas.
Quizás haya desacuerdos en torno a la alternativa eficaz, pero de lo que no cabe duda es que la agricultura ecológica, así como la agricultura regenerativa, ha puesto de relieve el problema, por ende, sugiere un cambio.
En concreto, la pandemia desarrolló la necesidad de disponer de alimentos de producción local y más sanos. Esto es incluso más aplicable en el caso de las nuevas generaciones, que se preguntan más y más cómo se producen los alimentos que se consumen y cómo afecta esto a la salud.
La importancia de la agricultura de conservación
La Agricultura de Conservación permite avanzar en ese sentido: en tres años de trabajo en Sinaloa y Guanajuato se fomentó la adopción de prácticas agrícolas sostenibles en casi 7 mil hectáreas, aumentando 36% la productividad promedio de maíz. Tan solo en 2021, se trabajó con más de 350 agricultores tan sólo en esos dos estados, el resultado impactó en más de 2 mil 400 hectáreas y produjo cerca de 26 mil toneladas de maíz amarillo con prácticas y tecnologías de intensificación sustentable.
Si se considera que el sector agropecuario es responsable del 24% de los gases de efecto invernadero y del 70% de las extracciones de agua en ríos, lagos y mantos acuíferos, entonces el nuevo modelo de producción y consumo sostenible debe procurar un menor impacto ambiental y una mayor productividad y beneficios al productor. Además, con cada grado que aumente la temperatura de la Tierra, la producción de cereales se reduce 5% en promedio.
De acuerdo con las Naciones Unidas, hacer que los sistemas agroalimentarios sean sustentables y constructores de paz social ha sido y debe seguir siendo parte de la respuesta de las sociedades para reconstruir y hacer frente a la pandemia por Covid-19. Además, construir y fortalecer alianzas para transformar los modos de producción y consumo es fundamental para asegurar la disponibilidad de alimentos hacia el 2030.
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