A inicios de la década de los noventas registró su despegue y desde entonces mantiene una constante evolución, posicionándose como una de las tecnologías habilitadoras de la industria 4.0. Se trata de la manufactura aditiva, mejor conocida como impresión 3D, cuyos avances han sido notables tras la pandemia de Covid-19.
La transformación digital que un gran número de empresas y organizaciones han emprendido para adaptarse a nuevos esquemas operativos ha dado pie al auge de esta industria, principalmente porque la impresión 3D permite trasladar los diseños y conceptos nacidos en el mundo digital al mundo real de manera muy sencilla..
En la actualidad se puede disponer de un gran número de proveedores de equipos de impresión 3D, que a su vez trabajan con una amplia gama de materiales que van desde plásticos, nylon, metales, y desarrollan tecnología de manufactura aditiva capaz de utilizar materiales orgánicos.
Los diseños que se imprimen en 3D se cristalizan en objetos que conservan sus características con una gran resolución.
Presente y futuro de la manufactura aditiva
Una de las aplicaciones directas de la manufactura aditiva consiste en que mediante estas máquinas pueden crearse lotes de productos personalizados justo en el momento en el que se requieren.
Gracias a esto, en un futuro cercano las empresas podrán trasladar sus modelos de producción a redes de descentralizadas donde cientos o miles de impresoras 3D se conectarán en red en espacios geográficos distantes, y serán capaces de producir lotes de productos en el momento que el cliente los solicita, lo cual transformará las cadenas de suministro ya que se reducirán los costos de almacenamiento de productos.
Sin duda esta tecnología seguirá evolucionando y generando gran impacto en nuestra sociedad en los próximos años.
* Director del Centro de Innovación y Diseño del Sistema Cetys Universidad.