Tapas y tapones para vinos y espumantes

El corcho natural hoy se encuentra en jaque: las investigaciones para el desarrollo de nuevos tapones han logrado imitar sus mejores virtudes. Aquí un repaso sobre las novedades.

Es sabido que el mundo del vino está viviendo grandes cambios en cuanto a los materiales utilizados para su cerramiento. En este campo se están incorporando múltiples opciones hasta hace un tiempo insospechadas: vidrio, aluminio y materiales sintéticos están ocupando el lugar donde hasta entonces solo reinaba el corcho.

En líneas generales, el tapón o corcho debe reunir los siguientes requisitos:

- Asegurar el taponado y la estanqueidad.
- Respetar las características del vino.
- Participar positivamente en le evolución y envejecimiento del vino.
- Fácil realización del taponado.
- Posibilidad de realizar un taponado a gran cadencia. Mecanización industrial.
- La extracción del tapón ha de ser sencilla y fácil para el consumidor.

Estos nuevos tapones tienen cualidades diferentes, que los hacen más o menos efectivos de acuerdo qué es lo que están protegiendo.

Tapón de vidrio
Hace unos pocos años salió al mercado un tapón de vidrio totalmente reciclable que posee una arandela de goma tipo o-ring que se ajusta de manera hermética al cuello de la botella y que permite retaparla de manera segura una vez abierta.

El sistema es conocido como Vino-Lok en Europa y como VinTegra en Estados, y tiene como mayor fortaleza su esterilidad, lo que lo convierte en un tapón seguro para prevenir las contaminaciones del vino a causa del TCA, una enfermedad que transmiten los corchos naturales y que tantos inconvenientes produce a la industria vitivinícola mundial.

En el exterior, estos tapones de vidrio poseen una cápsula de aluminio que le da una protección mecánica y una evidencia de que el tapón no ha sido manipulado.

La industria ha creado una versión más económica de acrílico, que están siendo muy utilizada en productos Premium y súper Premium.

Tapón con sistema de micro-oxigenación controlada
Este año salieron al mercado unos tapones para vinos tranquilos confeccionados con materiales plásticos a los que se le ha aplicado la técnica de la micro-oxigenación controlada en botella, un proceso de selección cuantitativa del paso de oxígeno en la botella alcanzado por la membrana hidrofóbica.

Esta técnica es ampliamente utilizada en la industria vitivinícola antes del embotellado con el fin de lograr el afinamiento de los vinos, que reciben cantidades diferentes de oxígeno según su grado de estructura. Los tapones de este tipo permiten que ese proceso continúe en la botella gracias a la membrana interna, que logra regular de modo predefinido y constante el intercambio de oxígeno entre el exterior y el interior de la botella.

Respecto a los tapones de corcho natural, los que tienen este sistema de oxigenación muestran mejor rendimiento en cuanto a constancia de permeabilidad y resistencia mecánica, asegurando una mayor protección del vino a lo largo del tiempo. Estos corchos pueden desarrollarse a medida de cada productor, a partir del estudio y el desarrollo de membranas alternativas con diversa permeabilidad a los gases.

Bajo este concepto se creó también un tapón para vinos que no requieren un período de afinamiento en botella. El mantenimiento de las características organolépticas deseadas por el productor y la eliminación del “sabor a corcho” que se puede formar tras algunos meses del embotellado, son las peculiaridades de estos tapones.

Tapón para champagne
Otro sistema de cierre innovador es el creado por Alcan Packaging Capsules, lanzado recientemente al mercado, que responde las necesidades de los envases para champagne.

Este tapón posee una manija externa de aluminio que facilita la apertura de la botella y asegura la calidad de la bebida. La practicidad es la principal fortaleza de este sistema. Otro aspecto interesante es que no elimina el sonido tradicional que hace una botella de champagne al abrirla, que tanto hace al momento en el que se la consume.

La investigación que permitió su confección demandó 1 millón de euros, y en la actualidad el sistema está siendo probado por la firma Duval-Leroy, que ya colocó este tapón a 2.000 botellas de su champagne más fino.

Tapa a rosca
Las tapas a rosca fabricadas para el envasado de vinos suelen ser de aluminio. Además de facilidad y comodidad a la hora de la apertura, el uso de la tapa de rosca contribuye a la adecuada conservación de los aromas, acidez y frescura del vino; y elimina las posibilidades de que la bebida adquiera “sabor a corcho”.

Otros aspectos que se destacan es su hermeticidad, y su inmunidad los hongos y parásitos que se pueden formar en los corchos naturales. En ese sentido, es muy efectivo contra el compuesto contaminante TCA.

De acuerdo a un estudio realizado entre 240 bodegas de diversos países, la tapa rosca pasó de usarse en el 5% de las botellas en el 2004 a un 25% en el 2007, lo que confirma que la tendencia es mundial. Sin embargo, su uso es recomendado sólo para tapar vinos se consumen antes de los cuatro años.

Corcho sintético
Estos corchos salieron al mercado cuando los corchos producidos a partir del árbol del alcornoque comenzaron a fallar, a causa de las necesidades urgentes de un mercado en crecimiento: el material de los corchos tradicionales requiere de un largo proceso de maduración, para el que ya no hay tiempo.

Hoy en día, las dudas que despiertan los corchos sintéticos están relacionadas con su efectividad en los vinos de largo envejecimiento. Pero se ha podido ver su calidad en los casos de los vinos de consumo a mediano plazo.

Los expertos coinciden en que es mejor un corcho sintético a uno natural de bajo precio, ya que sus cualidades de preservación son muy buenas, y, en el caso de los vinos de consumo masivo, se evita ese 4 % de producto con gusto a corcho.

Tapón plástico
El tapón de plástico están hecho de polipropileno y tiene como ventaja que no contamina al producto y conserva las características del vino. Su uso ya está bastante difundido porque es alternativa económica.

Aunque a la hora de elegir un color, hay varias opciones, lo cierto es que no son fáciles de destapar y que una vez afuera es muy difícil de volver a introducir. Otra contra no menor es que estos tapones no son muy buenos para el medio ambiente, ya que permanecen en el planeta por décadas.

Según los especialistas, es un tipo de cerrado ideal para los vinos jóvenes de consumo rápido (antes del año). En cuanto a los vinos de guarda, que necesitan añejarse, aún se está en la etapa de prueba y no se sabe qué sucederá.

Corcho natural
A pesar de las innovaciones las bodegas siguen eligiendo los corchos naturales para proteger a sus vinos de alta gama, entre otras cosas, por sus cualidades de tradición y prestigio.

Hoy en día que su principal ventaja –la micro-oxigenación- ha sido alcanzada por las versiones de fábrica, habrá que ver cómo se trasladan esos conceptos a los modernos sistemas de cierre.