Durante el congreso de Maizar (Asociación de Maíz y Sorgo), se creó una alianza para fortalecer las nuevas tecnologías de cultivo de granos y cereales.Se realizó el octavo congreso de Maizar (Asociación de Maíz y Sorgo Argentino), cuyo lema del congreso fue Alianzas para un mundo con maíz, con un enfoque sobre las nuevas estrategias para el desarrollo de las cadenas de valor.
Necesitamos caminar al lado de los verdaderos players internacionales por un mercado libre para el maíz en el mundo. El gobierno brasileño va a apoyar esta iniciativa, dijo Alysson Paolinelli, titular de Abramilho y exministro de Agricultura en los años 70, cuando el país vecino inició la revolución productiva que lo llevó al liderazgo mundial como exportador de carnes y granos.
A su lado se ubicaron los referentes de Maizar, encabezados por Alberto Morelli; y de las dos organizaciones estadounidenses que sellaron junto con los argentinos y brasileños la nueva alianza multinacional, denominada Maizall. Se trata de la National Corn Growers Association (NCGA) Asociación Nacional de Productores de Maíz y el Consejo de Granos de los Estados Unidos (USGC, en sus siglas en inglés).
El memorando de entendimiento consolida la idea de colaborar en forma global con los productores maiceros de América del norte y del sur en aspectos de seguridad alimentaria, biotecnología, administración y comercio. La alianza Maizall fue firmada por Don Fast, presidente de USGC; Pamela Johnson, presidente de la NCGA; Alberto Morelli, presidente de Maizar y Sergio Luiz Bortolozzo, vicepresidente de Abramilho.
Estamos en un momento en el que el crecimiento de la clase media está ejerciendo una presión sostenida en los precios de los alimentos. La falta de previsibilidad basada en la ciencia reguladora y las políticas comerciales para la aprobación de nuevas tecnologías de cultivo por los gobiernos en todo el mundo están imponiendo una carga agobiante en la innovación, sostuvo Bortolozzo para indicar uno de los flancos que preocupan a la cadena agroindustrial.
El vicepresidente de Abramilho advirtió que, para los productores, los retrasos en la introducción de nuevas tecnologías significan pérdida de oportunidades en pos de un mayor rendimiento y menores costos; y para los consumidores, ante el aumento cada vez mayor de los alimentos, las consecuencias son más agudas.
Fuente: www.infocampo.com.ar