Se llevó a cabo un estudio para conocer cuál será la reacción de consumidor ante el incremento de precios que se dará el próximo año.Dentro de las propuestas de incrementos de precios que vienen para el 2014 se habla de un incremento de $1 al litro de bebidas azucaradas. Este aumento responde a una estrategia para prevenir la obesidad, tratando de desincentivar la compra de refrescos. Sería muy lógico que si en un producto que no es "básico" se incremente el precio, se deje de comprar éste o por lo menos se cambie de formato a uno más pequeño. Sin embargo, de acuerdo con el comportamiento de compra de 2009, se tuvo cierto "down-trading", es decir, bajaron el nivel de productos promedios a económicos o incluso de tamaño a través de marcas más baratas, comprando más en promoción o incrementando el gasto en marcas propias.
Cabe mencionar que no en todos los canastos se hicieron los mismos cambios, en categorías de alimentos como mantequillas, margarinas, pan o mayonesa cambiaron a marcas promedio o económicas. Por ejemplo con jugos, agua y refrescos pasó algo similar: se cambiaron a marcas más económicas, que además, brindaban en ese momento los envases más grandes, por lo que el precio por litro era mucho más atractivo.
"Durante la crisis no dejaron de consumir este producto. Por ejemplo, si los hogares compraban de un mismo refresco distintas variedades, se les dio preferencia a los que eran aptos para toda la familia. Con esto se gastó un poco menos en productos light (en vez de comprar light y regular, ahora sólo regular para toda la familia), lo que parece ser inverso a lo que se desea lograr con la reforma (limitar el consumo de calorías)", explicó Fabián Ghirardelly, Directivo de Kantar Worldpanel México.
Aunque los productos light no subirán de precio, hay que considerar que en México, la principal razón por la que no se consumen estas versiones bajas en calorías es por el sabor, por lo que el intercambio de un producto regular a uno light no será sencillo. Adicionalmente, es el segundo país en cuanto al consumo de refrescos per cápita, por lo que es difícil cambiar drásticamente los hábitos con un incremento de precios. "En una primera instancia si se puede disminuir el consumo de refresco, pero a lo largo del tiempo regresarán los hogares a comprar la cantidad que acostumbraban antes de la reforma", agregó el directivo.
Otra de las cosas que se observó en 2009 y que es posible que suceda en 2014 es el hecho de que el presupuesto no varía, pero lo que sí es el incremento de los precios, por consecuencia se comprarán productos de tamaño más pequeño. Aunque no varía tan drásticamente los litros/kilos comprados, ya que al llevar formatos más pequeños se incrementa la frecuencia de compra. Al final terminan pagando más por litro/kilo. Esto tendría como efecto directo el incremento de compras en canales de cercanía.
Una segunda opción es que sigan comprando la misma cantidad de producto, pero de marcas más baratas. Los compradores podrían buscar marcas de precios más bajos o incluso marcas propias, para igualar el nivel de volumen comprado antes de estos nuevos impuestos, buscando gastar la misma cantidad de dinero.
Así, una de las alternativas del comprador mexicano para sortear este aumento de precios para el 2014 es el de comprar menos volumen o salirse de la categoría, es decir dejar de comprar un producto en específico. El aumento de precios en el refresco hará que algunos consumidores disminuyan su compra o que dejen de comprar el producto, todo dependerá de la elasticidad asociada a estos mercados, además de qué tan básico es el producto para el hogar mexicano y qué posibilidades de reemplazo reales tiene el producto.
Fuente: Kantar Worldpanel México