Para la compañía, la Conferencia representó una oportunidad de capacitar en técnicas para cultivar soya y manejar productos biológicos.Desde hace cuatro años Rizobacter Argentina está realizando un proceso de transferencia tecnológica en países de África donde el cultivo de soya está en permanente expansión. Según estimaciones oficiales, la superficie de siembra en Sudáfrica podría superar los dos millones y medio de hectáreas, cuadruplicando la actual, para el año 2020.
La incorporación de tecnología de punta resulta fundamental para que el cultivo crezca tanto en calidad como en hectáreas sembradas. Rizobacter logró llegar con sus inoculantes de última generación y, tras un intenso trabajo de difusión, capacitación y de resultados obtenidos en redes de ensayos, alcanzó el 75 por ciento del mercado sudafricano.
Este potencial productivo brinda un marco especial a la Conferencia Mundial de Investigación en Soya que se realizó en Durban, Sudáfrica. Los técnicos y las organizaciones participantes se prepararon para ofrecer en el foro mundial lo más reciente de sus aportes que involucran a todas las etapas: desde la estructura genética de la semilla y los diferentes manejos agronómicos, hasta las modalidades de almacenamiento, transporte y aprovechamiento nutricional y energético.
En este contexto el ingeniero Gustavo González Anta, presentó dos trabajos que reflejaron resultados de la bioinducción, tecnología de tercera generación, desarrollada por los equipos de investigación de Rizobacter Argentina. La bioinducción activa mecanismos de resistencia que permite formar nódulos, aún en situaciones de estrés (sequía, acidez, excesiva humedad) y optimizar la fijación biológica del nitrógeno, fundamental para la nutrición del cultivo. Se presenta como una solución para mejorar y aumentar la producción en el marco de una agricultura sustentable.
Llevar un concepto global de producción con tecnología de punta y no sólo un producto a países dónde la agricultura está menos desarrollada, es la idea que subyace en la política de comercio exterior de la empresa. La incorporación de la práctica de inoculación con Tecnología Osmo Protectora (TOP) y la bioinducción (Signum), han permitido mejorar los rindes sudafricanos del cultivo de soja que actualmente ocupa una superficie de siembra cercana a las 600 mil hectáreas. Para 2015 se prevé llegar al millón, aún lejos de la capacidad productiva que, según estudios de la Universidad de Pretoria podría superar los dos millones.
No sólo en Sudáfrica Rizobacter Argentina logró posicionar sus inoculantes líquidos, ayudando a introducir la práctica o reemplazando el uso de productos en polvo o en base a turba. En el último tiempo se fortalecen los mercados de Kenia y Nigeria y comenzó el acercamiento con Mozambique, Zimbabwe, Botswana, Namibia, Etiopía, Tanzania y Uganda.
Fuente: www.infocampo.com.ar