Resaltan beneficios y seguridad de los sustitutos de azúcar

A través de un taller teórico-práctico, que convocaron el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo junto con el Consejo Latinoamericano de Información Alimentaria (CLIA), se mostró, a partir de evidencia científica, la seguridad de consumir edulcorantes o endulzantes en cualquier etapa de la vida.
El taller titulado: “Sustitutos del azúcar, sabor y saber”, se realizó los días 3 y 4 de noviembre en la Ciudad de México. Estuvo dirigido a periodistas y líderes de opinión que cubren las fuentes informativas relacionadas con salud, alimentación y nuevas tecnologías.

En México sólo entre el 15 y el 18% de la población consume sustitutos de azúcar debido a que se conocen poco y hay datos falsos e imprecisos sobre ellos. Esto posiciona a México como el país que menos consume estos aditivos en América Latina.

“A pesar de que los sustitutos de azúcar están aprobados a nivel nacional por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la Secretaría de Salud, y a nivel internacional por el Codex Alimentarius de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), además de las autoridades europeas (EFSA) y estadounidenses (FDA)”, declaró Ruth Pedroza, Doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Iberoamericana.

Los edulcorantes –la mayoría de ellos no calóricos– no han ayudado a disminuir el consumo de azúcar, principalmente debido a que la desinformación prevalece: en diversos medios y espacios de internet se han divulgado datos imprecisos o falsos al respecto.

Por ejemplo, “los sustitutos de azúcar son una alternativa para reemplazar el aporte de alimentos con alto contenido calórico. Éstos son más benéficos cuando reemplazan esos alimentos que cuando se ingieren en leche, aguas de frutas y jugos”, explica la especialista.

Al respecto cabe mencionar que en los últimos 40 años el consumo de azúcar en el país ha disminuido 11%; en tanto que el consumo de grasas se elevó 36 por ciento. Cada gramo de los nutrimentos que nos brindan los alimentos aporta una cantidad específica de calorías: carbohidratos, 4 calorías; proteínas, 4 calorías; grasas, 9 calorías. Con esa información es posible calcular –y quizá controlar– las calorías que ingerimos.

En ese sentido, la científica Pedroza enfatizó que es necesario repensar los enfoques acerca de las políticas públicas de salud y alimentación, toda vez que los datos ya mencionados indican que si bien es importante reducir la cantidad de azúcar dentro de la dieta diaria, no es el principal problema, pues el asunto es multifactorial: sedentarismo, porciones excesivas (1), desequilibrio energético (consumir más energía de la gastada mediante actividad física y ejercicio), falta de educación alimentaria, mala hidratación, inseguridad que inhibe la práctica de ejercicio, bajo poder adquisitivo de la mayoría de las familias y alto costo de frutas, verduras y leguminosas.

“Tanto sociedad como gobierno deben unirse para pugnar por mejorar el estilo de vida de todos. Las soluciones requeridas tienen que ser integrales, no pueden reducirse a un tipo de alimento o a un impuesto”, agregó.

Desde la educación prescolar hasta la educación universitaria es necesario enseñar cómo combinar alimentos y racionar porciones. De ese modo podría modificarse la errónea concepción general de salud: poder seguir –bajo las circunstancias que sean– con las actividades diarias. “Siempre será mejor prevenir que remediar”, concluyó la especialista Ruth Pedroza.

Por su parte, la nutrióloga Adelaida López, afirmó que a la población le gusta lo invariablemente dulce y que buscan productos con textura, sabor, duración y conservación. También dijo que un aditivo cumple una función tecnológica, y un ingrediente una función fisiológica, en este caso, los edulcorantes brindan una función tecnológica, pues no tiene un aporte nutritivo, no llega al torrente sanguíneo, solo se absorbe y se desecha.

Asimismo, señaló que para tratar a la población es preciso que la alimentación sea ad hoc, integral, con un enfoque en salud, con principios científicos, fomente la puesta en práctica (adherirse a buenos hábitos alimentarios) y sea dinámica.

Bajo este contexto, los sustitutos de azúcar se erigen como una buena herramienta útil para reducir y/o controlar la ingesta calórica. Además, no provocan adicción por lo dulce. No brindan ningún beneficio, no provocan ningún daño, únicamente tienen la función de brindar el dulzor a los alimentos. Los endulzantes artificiales más conocidos y seguros son el aspartame, el ciclamato, la sacarina, el acesulfame K, la sucralosa, el neotame y los compuestos químicos de la planta estevia, todos ellos son inocuos y seguros.

(1) La OMS recomienda una ingesta diaria de 2 mil calorías. Sin embargo, en México el promedio diario de ingesta asciende a las 3 mil 160 calorías.

Para mayor información visite: www.clia.mx

Redacción THE FOOD TECH®

Equipo editorial de The Food Tech conformado por periodistas especializados en la industria de alimentos, tecnología, negocios, tendencias, nutrición y packaging.