Las ventas por Internet de alimentos frescos están creciendo en todo el mundo, en parte como resultado de las nuevas tecnologías disponibles, pero también a medida que una nueva generación digital de consumidores entra en el mercado.
Datos de Morgan Stanley señalan que el comercio electrónico de alimentos o e-food, ofrece un potencial significativo para la expansión en el mercado europeo. De hecho, la compra de comestibles online aún representa una pequeñísima parte de las ventas generales de comestibles. Los procesadores de alimentos empiezan a considerar el canal de comercio electrónico y de qué manera opera en ese espacio la gran distribución teniendo en cuenta ¿Qué atributos necesitan los productos? ¿Qué caducidad requieren? ¿Qué daño potencial necesitan superar en comparación con los productos de la tienda? ¿Qué tamaños de porción funcionan mejor para las ventas de comercio electrónico?
Al diseñar sus productos, la industria alimentaria todavía no ha considerado plenamente al consumidor de comercio electrónico o al nuevo entorno multicanal. Lo que está disponible en los lineales de la gran distribución no se ha diseñado específicamente para compras online y entregas a domicilio. Todas estas consideraciones y muchas más se están planteando ahora como parte del desarrollo de nuevos productos, tanto para distribuidores como para procesadores.
Hay cuatro desafíos clave a los que los procesadores deben responder para ofrecer una oferta de comercio electrónico de alimentos: experiencia del consumidor, sostenibilidad comercial, protección del producto y logística y transporte. Al desarrollar el concepto de nuevos productos, los procesadores deben considerar no solo los lineales de la gran distribución sino también los requisitos especiales del canal de comercio electrónico. La solución perfecta debe equilibrar estos cuatro desafíos, ya que el desempeño negativo en cualquiera de estas áreas es un factor que puede conducir al fracaso del proyecto en su conjunto. Puede parecer complejo a primera vista, pero los procesadores no tienen nada que temer si abordan estos problemas uno a uno. El éxito futuro de la industria alimentaria depende de un enfoque proactivo. Al abordar cada uno de estos desafíos, los procesadores pueden cumplir con las demandas de la gran distribución que, a su vez, puede cumplir con las expectativas del consumidor, incluso aquellas que aún no han considerado, y todas las partes se beneficiarán.
Un estudio encargado por Sealed Air constata que el 87% de los compradores de comercio electrónico tienen más probabilidades de repetir la compra con un distribuidor si la experiencia ha resultado positiva. La excelente presentación del producto, la larga vida útil (fechas de caducidad), un diseño atractivo, fácil apertura de los envases, el almacenamiento en el hogar, y ningún exceso de embalaje en el momento de la entrega ayudan a fomentar la compra repetitiva y aumentar la popularidad de la marca.
Por supuesto, el éxito comercial puede verse afectado si los productos llegan al hogar del consumidor rotos o estropeados. El comercio electrónico requiere un esfuerzo adicional para proteger los alimentos perecederos a lo largo de toda la cadena, desde la producción, el almacenamiento y el servicio de mensajería, a menudo con lagunas en el rendimiento de la refrigeración y, finalmente, la entrega a domicilio. La adopción de un envasado adecuado puede ayudar con lo siguiente: integridad, seguridad, calidad, frescura, presentación y reducción de desperdicio alimentario.
Los productos deben llegar de forma rápida y segura, y a un coste no demasiado elevado para procesadores y grandes distribuidores. Los envases primarios y secundarios son fundamentales para un proceso logístico satisfactorio y para permitir que las empresas mejoren su eficiencia operativa general. Los procesadores también podrán reducir los residuos en envasado, al tiempo que se garantiza la calidad de los alimentos, como se explica a continuación. Una oportunidad que no debe perderse Es el momento de que la industria alimentaria se introduzca de lleno en los canales online y reaccione ante la creciente demanda de comercio electrónico, sin olvidar los retos a los que les tocará hacer frente. A nivel internacional, Deloitte predice que el e-food crecerá un 9,5% anual hasta 2017 para convertirse en una industria de 9,4 mil millones de dólares.
El aumento en las ventas de comercio electrónico está ocurriendo en muchos países europeos. Según el B2C Ecommerce Observatory de Politecnico Management School de Milán, en Italia el e-food creció en un 30% a un valor de 575 millones de euros en 2016 respecto a 2015. A.T. Kearney estima que el comercio electrónico representará el 3% del mercado de comestibles de Alemania en 2020, frente al 1% actual. Amazon también indicó que una de sus prioridades estratégicas es entrar en el mercado de comestibles en toda Europa, con operaciones en vivo lanzadas en Londres en junio de 2016 y Berlín en mayo de 2017.
Los desafíos fundamentales del e-food experiencia del consumidor, sostenibilidad comercial, protección del producto, logística y transporte son claros; pero los métodos mediante los cuales pueden abordarse para que el comercio electrónico sea una oportunidad económica no están tan claros. Sin embargo, es cierto que el envasado tiene un papel que desempeñar al abordar cada uno de estos desafíos. Realizar una visión estratégica del impacto que las nuevas tecnologías de envasado pueden tener sobre el éxito de una operación de comercio electrónico puede ayudarnos a identificar más beneficios de los que son visibles en un primer momento.
Si la industria alimentaria quiere aprovechar la oportunidad de mercado que ofrece el comercio electrónico de alimentos, y los procesadores y grandes distribuidores deben superar la amenaza competitiva de los gigantes del comercio electrónico, deberán asegurarse de que los envases primarios y secundarios se unan perfectamente y aportando valor.
Fuente: Interempresas