El mercado cuenta con variadas opciones para evitar la falsificación de los productos que salen a la venta. Conocerlas es fundamental para crear el sistema de seguridad más efectivo para cada caso.
La falsificación y adulteración de productos es una de las industrias que más crece a nivel mundial. Las sofisticadas técnicas de replicación disponibles hoy en día han hecho de estas prácticas una de las mayores amenazas para la industria farmacéutica y cosmética.
Estos delitos atentan constantemente contra los intereses de grandes y pequeñas empresas, provocando un significativo impacto en sus ingresos, así como también un progresivo deterioro de la marca. Además, significan un peligro para la salud de los consumidores.
Aclarando conceptos
La adulteración es un delito que consiste en perjudicar a los consumidores alterando o modificando la calidad, cantidad y/o el peso de los productos. Es decir que se utiliza el packaging original y se altera su contenido. La falsificación, en cambio, implica hacer una copia o una imitación de una cosa para hacerla pasar por verdadera o auténtica. En este caso se copia íntegramente el envase y su contenido.
Es importante hacer esta diferenciación ya que cualquier solución que plateemos para atender esta problemática debe ajustarse a su medida. Cada caso debe enfocarse de manera integral, como un sistema dinámico y evolutivo, evaluando los dispositivos a utilizar, planificando su control/verificación y previendo las tareas de corrección a futuro.
La mejor solución no radica en utilizar un solo dispositivo de seguridad (o el más oneroso) sino que surge de la combinación de múltiples elementos seguros y la forma en que estos se utilizan para atender a todos los puntos de control en la cadena de producción, distribución y consumo de los productos a proteger.
Por supuesto que cuanto más controlada sea la producción y acceso a los elementos o dispositivos de seguridad a utilizar, mejores serán los resultados que obtendremos.
Los sistemas de seguridad para empaques
Existen dos áreas donde pueden aplicarse las soluciones de seguridad: en el packaging primario (blisters, pomos, pouches, frascos, etc.) o bien en el secundario (estuches). Por eso, el Sistema de Seguridad estará compuesto por:
- El dispositivo de Seguridad: elemento seguro que nos otorgará la posibilidad de verificar si el producto es legítimo o no (por ejemplo, un holograma de seguridad).
- El soporte o medio donde estará aplicado (ya sea directo en el envase primario o en una etiqueta autoadhesiva para aplicar en el secundario, por ejemplo).
El abanico de elementos disponibles en materia de seguridad contra la piratería es bastante amplio y totalmente variado. Más allá de eso, todo dispositivo deberá cumplir con ciertas características fundamentales: dificultad de reproducción, copia o simulación, difícil acceso a su tecnología y, por supuesto, facilidad de reconocimiento.
En el mercado se pueden encontrar:
- Diseños de seguridad: Representados por aquellos elementos de diseño o técnicas de impresión que apuntan a dificultar la intención del fraude. Su seguridad radica en la dificultar de reproducir con exactitud el tramado o efecto logrado con la técnica de impresión, dificultando cualquier intento básico de copia o escaneo. Algunos de ellos son los tramados de seguridad, los guilloches y las imágenes latentes.
Es muy común identificar este tipo de elementos en los billetes de los distintos países pero también en impresiones directas sobre aluminio y blister para medicamentos.
- Factores técnicos de seguridad: Integrado por tintas o barnices de seguridad y dispositivos de seguridad ópticamente variables (OVD). Estos elementos son usados de manera generalizada en la industria farmacéutica y cosmética, por ello existen una gran variedad de tipos y, como consecuencia, una gran variación de rangos de seguridad entre unos y otros.
- Tintas reactivas: tintas termocromáticas reversibles o irreversibles (que reaccionan con el estímulo de la temperatura); tintas fotocromáticas (que reaccionan con la luz del sol); tintas Coin (que aparecen al ser raspadas con una moneda); tintas fugitivas, sangrantes; tintas reactivas UV (reaccionan con la luz ultravioleta conocida como luz negra); entre otras.
Todas estas son tintas que suelen imprimirse directamente en los empaques primarios o secundarios, o bien en las etiquetas de productos o de cierre de estuches. Se utilizan mucho en el mercado para promociones. Son de fácil acceso y verificación, por lo que su rango de seguridad es bajo.
- Tintas especiales: Son de dos tipos: Reactivas UV (en rangos UV-V; UV-V) y reactivas IR (luz infrarroja). Con funcionalidad similar a ciertas tintas citadas anteriormente, pero de no tan fácil acceso. Su rango de seguridad es medio-bajo.
- Tintas OVI: son tintas especiales, generalmente utilizadas por impresores de seguridad y en aplicaciones de valores, por ejemplo, billetes. De producción controlada y de difícil acceso, su nivel de seguridad es medio-alto.
- Dispositivos Ópticamente Variables: También denominados genéricamente “hologramas”. Es una técnica de generación de imágenes complejas que permite crear elementos tridimensionales, del altísima resolución y definición. Esta tecnología es imposible de reproducir mediante cualquier sistema de impresión convencional o bien ser copiada o escaneada. De producción controlada y a medida para cada producto, suele asimilarse a una “huella digital”. Es ampliamente utilizada en el área de laboratorios dada su excelente relación costo-beneficio, donde se aplica en los empaques primario o secundario. Estos dispositivos son de difícil acceso, y su nivel de seguridad es alto.
Cualquiera de estos dispositivos pueden ser aplicados en packaging flexible (aluminio, blister, PVC, pouches), etiquetas de producto de seguridad tamper evident o “Void”, etiquetas de cierre, precintos termocontraibles y foils para estampar por calor/frío, entre otras.
Los dispositivos de seguridad podrán ser combinados en los distintos soportes para crear el sistema de seguridad más efectivo de acuerdo a cada necesidad: de nada sirve asegurar el estuche si lo que queremos evitar es que el envase pueda abrirse para minimizar las probabilidades de adulteración del contenido (deberíamos utilizar una etiqueta de cierre, por ejemplo).
Trazabilidad
La trazabilidad es el “Desarrollo e implementación de sistemas y métodos preestablecidos que permiten conocer el historial, movimiento y ubicación del/los productos (y sus familias) a lo largo de la cadena de producción y distribución”.
Aparece hoy este tópico debido a las nuevas tecnologías disponibles en el mercado, especialmente los códigos bidimensionales o matriciales, y la tecnología inteligente por radio frecuencia (RFID).
Estos elementos permiten seguir el rastro de los productos en cualquier lugar de la cadena, desde la producción hasta los distintos puntos de venta, con un efecto positivo en la identificación de los productos y lotes, en la atención al cliente, etc.
Consecuentemente, la complementación de estas herramientas con los distintos dispositivos de seguridad y soportes, refuerzan significativamente al Sistema de Seguridad, logrando un instrumento más que efectivo para combatir la falsificación y adulteración en el mercado farmacéutico y cosmético
Lo importante es conocer las posibilidades existentes para asegurar los productos. De esa forma, cada empresa podrá diseñar e implementar su propio sistema de seguridad. El objetivo final es estar siempre un paso adelante de aquellos que intentan perjudicar el negocio.