La comunidad científica internacional coincidió en la necesidad de dar un nuevo enfoque a la llamada biofortificación.En los países ricos resulta increíble las utilidades que están teniendo las empresas que se dedican a producir suplementos nutricionales. Son capaces de contratar vendedores que visiten toda farmacia a lo largo del país, para que se consuman minerales y vitaminas. Por otro lado, las agroindustrias que surten a los supermercados verduras y frutas ahorran hasta el último centavo en su cadena de producción.
Los pesticidas no escapan a este fenómeno. Científicamente ha sido comprobado que existen fertilizantes y pesticidas que causan daño al ambiente y a la salud. Sin embargo, el marco legal que regula los pesticidas tanto durante el crecimiento de la planta como después de su cosecha no se actualiza con la velocidad con que aparecen nuevos productos en el mercado, particularmente en países pobres donde no existe una legislación que imponga pesadas multas.
Hay países que se prestan a ser lugar de experimentación de productos transgénicos que en países no se autorizan por razones de seguridad o protección al medio ambiente, pero pueden significar la solución para abatir el hambre en otra parte del planeta. La biotecnología está modificando lo que comemos y bebemos. Se están incrementando los controles en toda la cadena de producción a nivel global, pero no son suficientes. Los tiempos desde la investigación científica hasta su fase de comercialización siguen siendo largos, pero si todo sigue a buen paso, pronto comeremos plátanos con más vitaminas y que no se volverán negros tan rápido, la lechuga y otras verduras podrán permanecer más tiempo en los anaqueles de los supermercados, la leche que antes producían seis vacas la podrán producir tres.
Además gracias a la biotecnología se podrá disminuir el número de personas que padecen alergias a productos como nueces, leche o puerco. El mundo de la ciencia requiere pruebas. Estas requieren tiempo e inversión de recursos. México es protagonista de investigación en biotecnología y cuenta con legislación en la materia, incluso respecto de las fases de liberación de los transgénicos, pero todavía queda mucho por hacer.
Empresas como Monsanto, Syngenta, Bayer, Basf, Dow y DuPont forman parte del Consejo para la Información de Biotecnología y en México opera como AgroBio. Basta leer el sitio en inglés y su completamente diverso contenido en español. Por eso no es de extrañar que ahora estén dedicado considerable esfuerzo para que en los medios de comunicación poco a poco se retire el lenguaje contra los alimentos transgénicos y mejor se hable de biotecnología, sustentabilidad, reducción de costos y se elija referirse a protectores de cosecha en lugar de pesticidas.
Fuente: Mundo Express