El uso de productos químicos es una necesidad en todas las industrias. Y es que algo que hay en común entre los jabones para el lavado de manos y limpieza de pisos, los aceites para motores y compresores o químicos para lubricación de cadenas, los detergentes para lavado industrial, insecticidas, así como los ingredientes de los alimentos, es que todos son productos químicos por definición.
Cada producto tiene su función dentro de los diversos procesos de manufactura. Cada uno de estos químicos fue diseñado para una función en específico y su uso en cualquier otra sección del proceso constituye un riesgo en la calidad. En muchos casos, hasta en la integridad del personal que labora en la planta, y en el consumidor o usuario final de los productos.
Pero, ¿cómo prevenir los riesgos derivados de un manejo inadecuado de los productos químicos? Afortunadamente esta pregunta ya ha sido formulada y respondida de forma más precisa y concreta durante la creación del sistema HACCP (por sus siglas en inglés, Sistema de Análisis de Peligros y de Puntos Críticos de Control), el cual consiste en la evaluación sistemática de los ingredientes y procesos para prevenir la distribución de productos dañinos al consumidor.
HACCP Y LOS PROGRAMAS DE CONTROL DE QUÍMICOS
Uno de los puntos a cubrir para poder tener un sistema HACCP es la creación de un programa de control de químicos, para el cual se deben cubrir los siguientes puntos:
Inventario de todos los productos químicos: Es necesario para poder detectar desviaciones en los consumos de los químicos.
Registros de donde se almacenan los productos: Cada producto químico deberá tener asignado su área de almacenado de forma que pueda ser distribuido dentro de la planta asegurando un control sobre su distribución.
Correcto etiquetado de todo producto químico: Todo contenedor deberá estar claramente identificado para evitar la confusión a la hora de utilizar los productos químicos por parte del personal de planta. Actualmente se basa en el Sistema Global Armonizado (GHS).
Almacenaje bajo llave de los productos químicos: Los productos deben ser mantenidos bajo llave y distribuidos solo por el personal calificado para asegurar su uso en los procesos específicos que le corresponde, así como en las cantidades adecuadas.
Asegurar accesibilidad de las fichas de datos de seguridad: El personal debe tener acceso a todas las fichas de datos de los químicos con que él trabaja.
Asegurar un entrenamiento adecuado para el personal: El personal debe estar entrenado antes de utilizar cualquier producto químico para asegurar el correcto uso de este y evitar errores comunes como por ejemplo: mezclar productos no compatibles, concentraciones fuera de rango, confundir un producto químico con otro, etcétera.
Dependiendo de las necesidades de cada planta, se pueden agregar controles adicionales al programa de control de químicos dependiendo de la naturaleza del proceso mismo.
SISTEMA GLOBALMENTE ARMONIZADO
Para poder cumplir con los requisitos mencionados en los puntos anteriores, es necesario la correcta identificación de los productos químicos y sus peligros, así como una estructura adecuada para poder comunicar dicha información de forma estandarizada a nivel global. Para poder conseguir dicho objetivo y asegurar una estandarización a nivel global, se creó el Sistema Globalmente Armonizado de Clasificación y Etiquetado de Productos Químicos o también conocido como GHS (Global Harmonized System), por sus siglas en inglés.
Este sistema fue creado a partir de una resolución en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y Desarrollo (CNUMAD, 1992) y cuyo objetivo es el armonizar los criterios sobres los peligros de las substancias químicas a nivel global, así como la forma de transmitir dichos peligros y llegar a ser el estándar de referencia para todos los países del mundo. Originalmente cada país tenía sus propias regulaciones para la clasificación y etiquetado de los productos químicos, lo cual generaba problemas de comunicación y logística al momento de trasportar dichas substancias a través de las fronteras, ya que una misma substancia podía tener clasificaciones diferentes entre cada país.
Los dos puntos importantes que el sistema GHS define son: la forma de clasificación de peligros de las substancias químicas y los lineamientos para la comunicación de peligros. La clasificación de los peligros se puede subdividir en:
Peligros físicos: Esta clasificación cubre los peligros tales como riesgos de explosión, fuego, oxidación, substancias radioactivas, corrosivas, etc.
Peligros a la salud: Son los peligros que afectan directamente al cuerpo humano tales como toxicidad, mutagénico, carcinógeno, toxicidad reproductiva, así como daño a órganos específicos.
Peligros al ambiente: Clasificación de productos los cuales al ser liberados al medio ambiente causan la muerte de la flora y/o fauna.
Referente al alcance de la comunicación de peligros, el sistema GHS establece las características de las etiquetas para la comunicación de peligros, así como las hojas de seguridad las cuales su formato fue actualizado para cumplir con los objetivos del GHS.
El GHS especifica que cada etiqueta debe estar compuesta por los siguientes elementos: símbolo (pictograma), palabra de advertencia e indicación de peligro; además que se tienen que enumerar a través de las etiquetas todos los peligros que correspondan al producto químico.
Las hojas de datos de seguridad fueron creadas con el objetivo de proporcionar la información pertinente a la seguridad de cada producto en el lugar de trabajo, y a partir del sistema GHS se estableció como acuerdo el incluir 16 secciones en un orden específico para asegurar la estandarización de estas entre las empresas a nivel global.
La creación de un programa de control de químicos aunado a la implementación y seguimiento del sistema GHS nos permitirá establecer un sistema de trabajo dentro de nuestras instalaciones que asegure el correcto uso de los productos químicos y por lo tanto, la inocuidad del producto, así como la seguridad del personal de planta.
Autor: Carlos Adrián Salgado, Especialista de Servicio A&B de Ecolab.