Indican las enfermedades y el costo que se deriva, entre otros factores.
Un grupo de expertos convocado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió a los fabricantes de alimentos, a los consumidores y a los gobiernos que tomen medidas para reducir el consumo de sal. Ello, tras indicar que la mayor cantidad de sal consumida por la población proviene de alimentos procesados como las carnes, enlatados, galletas, panes y hasta cereales para el desayuno.
Los 18 miembros del grupo regional de expertos OPS/OMS sobre prevención de la enfermedad cardiovascular a través de la reducción de la sal en los alimentos son destacados especialistas en nutrición y enfermedades crónicas de universidades, entidades gubernamentales, e instituciones de investigación de Norte, Centro y Sudamérica, el Caribe y Europa.
Norm Campbell, profesor de medicina de la Universidad de Calgary y presidente del grupo de expertos de la OPS/OMS, afirmó que “la elevada presión arterial es el principal factor de riesgo de muerte en todo el mundo y el segundo factor de riesgo de discapacidad. El consumo de sal está aumentando la presión sanguínea en personas de todas las edades, y la reducción del consumo de sal en la población es una de las formas más costo-eficaces de reducir la enfermedad crónica".
De una quinta a una tercera parte de todos los adultos de las Américas sufren de hipertensión, causante de cardiopatía, accidentes cerebrovasculares e insuficiencia renal. El tratamiento de la hipertensión consume cerca de 10% de todos los gastos en salud a nivel mundial.
Los expertos estimaron que la reducción del consumo de sal requiere una inversión de entre 4 y 32 centavos de dólar por persona al año, una de las medidas más eficaces en función de los costos para reducir la carga de las enfermedades crónicas.
Corresponsabilidades
Algunos procesadores de alimentos han empezado a bajar el contenido de sal en sus productos, pero otros todavía tienen que tomar las mismas medidas para lograr una reducción "gradual y sostenida" en el contenido de sal y asegurar que todos los productos nuevos sean "naturalmente bajos en sal".
En una declaración difundida en Santiago de Chile, el grupo de expertos recomienda a los gobiernos formular programas de reducción del consumo de sal e integrarlos en las iniciativas en curso en materia de alimentación, salud y educación, y obligar el etiquetado estándar de alimentos, de manera que los consumidores puedan identificar fácilmente los alimentos con contenido alto o bajo de sal.
Los gobiernos también tienen la responsabilidad de educar a la gente, incluso a los niños, acerca de los riesgos de la sal y cómo reducir su consumo. Además, deben colaborar con la industria alimentaria y utilizar reglamentación o incentivos para alcanzar metas de reducción gradual de sal en alimentos procesados.
Los gobiernos tienen que examinar y modificar las políticas nacionales de fortificación de la sal a fin de alinearlas con la recomendación internacional sobre el consumo de sal de menos de 5 gramos diarios por persona o con la meta nacional.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil son responsables de educar a sus miembros y a los responsables de las políticas sobre los riesgos para la salud del consumo elevado de sal.
Los exportes pidieron a la industria de alimentos hacer que los productos bajos en sal sean la norma en todos los mercados mundiales lo más pronto posible, que los sustitutos de la sal puedan adquirirse fácilmente y a precios asequibles y fijar cronogramas para la reformulación de los productos.
Además, las empresas deben utilizar etiquetas estándar para los alimentos fáciles de entender en las que se incluya información sobre el contenido de sal y promover entre el público los beneficios para la salud de las dietas bajas en sal.
El grupo de expertos solicita a la OPS trabajar con los países miembros para elaborar "boletines de calificaciones nacionales" para hacer el seguimiento y comparar los avances en la reducción de la sal; auspiciar una red de gobiernos, ONG y expertos de la región panamericana que apoyen estas iniciativas, y ayudar a los países a modificar los programas de fortificación de la sal.
Con información de Bolpress.com