Poliestireno expandido, más allá de promesas ecológicas

En la actualidad, posicionar un material utilizado en envases y/o embalajes como verde o ecológico es un aspecto valorado de forma positiva por el consumidor.
El envase más ecológico es aquel que no existe. Sin embargo, cuando es necesario, el hecho de considerar los aspectos ambientales en la elección del materiales es una tendencia creciente. Y que además se incrementará en aras de un consumo responsable y sostenible de los recursos del planeta. Sin embargo, cada vez es más habitual que el consumidor reciba continuamente mensajes publicitarios de ‘green washing’ por parte del sector empresarial. Este término hace referencia al uso de argumentos ecológicos con fines mercantiles. El ‘green washing’ consiste en poner de relieve un aspecto ecológico (imagen, frase, cifra, etc.) para vender productos que no lo son realmente. En el área del packaging, lograr que el consumidor disponga de una información verídica y objetiva sobre los aspectos ambientales de un material es muy difícil.
El fin del envase es mantener las cualidades del producto correctamente de manera que se garantice una calidad y unas condiciones higiénicas del mismo hasta su llegada al consumidor. Usar un envase que mantenga la calidad del alimento durante toda la cadena de comercialización es el factor determinante en la elección de uno u otro material. De ello depende que se mantengan todas las propiedades alimenticias y no se ponga en riesgo la salud del consumidor.
En el caso de los embalajes de bienes de consumo, la situación es equiparable. Debemos optar por un material que se adapte totalmente a las necesidades del producto y tenga capacidad de resistencia a factores externos adversos. Por ejemplo, la humedad, la capacidad amortiguadora y de absorción de impactos y la capacidad aislante frente a oscilaciones térmicas. Además de todas estas propiedades, el material de embalaje utilizado debe ser ligero, con objeto de abaratar al máximo los costes de transporte y almacenamiento.
El fin del envase es mantener las cualidades del producto correctamente, de manera que se garantice una calidad y unas condiciones higiénicas del mismo hasta su llegada al consumidor. De ello depende que no se ponga en riesgo la salud del consumidor

El porqué del packaging a base de poliestireno expandido

Tanto en su aplicación como envase alimentario o para el embalado de bienes de consumo, el poliestireno expandido (EPS) cumple con todos los requisitos ya enumerados. Sin embargo, no se deben olvidar sus cualidades principales desde el punto de vista ambiental: su reciclabilidad del 100% y el hecho de que en un 98% esté compuesto por aire. Para identificar y verificar los impactos ambientales reales del envase y embalaje de EPS, el sector lleva años realizando estudios de análisis de ciclo de vida que permiten analizar objetivamente su carga ambiental. Para ello, se han utilizado normas estandarizadas ISO que garantizan que los estudios se lleven a cabo con rigor científico y técnico a través de una entidad externa al sector. Además, de manera voluntaria, las empresas y el sector en su conjunto, tanto en el ámbito nacional como en el europeo y el internacional, trabajan continuamente en la promoción y optimización de los procesos productivos y la gestión final del residuo generado.
Entre otros logros, el sector del poliestireno expandido cuenta con un acuerdo suscrito a nivel internacional para la promoción y el fomento del reciclado y reutilización del EPS. En el ámbito europeo, el sector ya cuenta con ‘Declaraciones Ambientales de Producto’ para su aplicación en construcción.
Basándose en toda esta información sobre el poliestireno expandido, el consumidor puede tener una visión clara y objetiva de cuáles son sus propiedades ambientales. Gracias a este tipo de iniciativas, el sector del EPS muestra su fuerte compromiso, consolidado a lo largo de años y años de trabajo y esfuerzo en la optimización del proceso de producción y gestión del residuo, lográndose así un uso eficiente de los recursos naturales y promoviendo una gestión responsable de los envases al final de su vida útil.