Durante la próxima década el país tendrá la posibilidad de liderar exportaciones ganaderas y agrarias pero, según los expertos, deberá sumar valor agregado a sus productos.
Expertos del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) aseguraron que con el área de siembra actual y la tecnología disponible, durante la próxima década, el país podría expandir la producción agrícola y ganadera en un 40%.
El país tiene una realidad muy favorable, ya que se producen ocho veces más alimentos primarios de los que se requieren para el consumo interno afirmó Mario Bragachini, coordinador del proyecto nacional de Eficiencia de Cosecha, Poscosecha y agregado de valor en origen (Precop II) del INTA.
En el mismo sentido, Cristiano Casini -coordinador del Área Estratégica Agroindustria del INTA- expresó que la Argentina produce 100 millones de toneladas de granos que, transformados en alimentos, podrían alimentar a 400 millones de personas en el mundo. De las 400 millones de raciones de alimentos que producimos, tomamos sólo el 11%. Es decir, 44 millones de raciones son para consumo interno; sobran 356 millones que pueden transformarse en alimentos o biocombustibles, según la demanda y las oportunidades.
En 2050, se estima, la población mundial pasará de 6.900 a más de 9.000 millones de habitantes. Así, en los próximos 40 años, la demanda de agroalimentos crecerá un 70%. En este sentido, los expertos coinciden que la Argentina tiene la posibilidad de experimentar una posibilidad única.
No se puede pensar en un futuro con crecimiento y desarrollo sustentable sin pensar en una evolución: tenemos que pasar de ser un país agropecuario proveedor de materias primas a uno más industrializado, más agroalimentario, con mayor valor agregado de su producción de origen y con más desarrollo tecnológico innovativo de procesos de mayor complejidad, indicó Bragachini. Además, agregó que la oportunidad es global: la población crecerá a razón de 80 millones de personas por año y demandará bienes de origen agroindustrial: alimentos y biocombustibles.
El país tiene 33 millones de hectáreas aptas para la siembra con un potencial de 40 millones de hectáreas cultivables y aprovechables con buena temperatura, radiación y agua para cultivos extensivos, pasturas, cultivos industriales, fruti horticultura y, fundamentalmente, con un fuerte crecimiento de la producción de proteínas animales (carne, leche, huevo y peces).
Ante esta realidad, el coordinador de Precop II enfatizó que ya es hora de empezar a transformar las exportaciones primarias de granos y commodities en carne y alimento de consumo humano directo. La estrategia es integrar verticalmente al productor agropecuario en origen mediante pymes asociativas con empresas de competitividad del producto y proceso.
De esta forma, puntualizó Casini, la integración permitirá un crecimiento más equilibrado de las comunidades del interior del país, capitalizando localmente los excedentes, generando una mayor demanda de mano de obra y produciendo un crecimiento genuino, con equidad, es decir un desarrollo territorial.