La seguridad alimentaria representa la base del desarrollo, desde esta perspectiva el PESA es una estrategia que ayuda a mejorar sistemas de producción.La situación de la seguridad alimentaria y nutricional en México, entendiendo que existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar una vida activa y sana, presenta un panorama complejo y de contrastes.
Por una parte, el país dio un paso trascendental al elevar a rango constitucional el derecho a la alimentación con la reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en 2011. Además, la disponibilidad de alimentos, medida en kilocalorías (Kcal), es más que suficiente para cubrir las necesidades de energía de su población: 3,145 Kcal en promedio por persona al día comparado con 2,362 Kcal de requerimiento (FAO, 2012).
Por otra, más de la cuarta parte de los mexicanos tiene acceso deficiente a la alimentación (ENSANUT, 2012); la desnutrición infantil ha disminuido entre 1988 y 2012, sin embargo, casi 14 de cada 100 pre-escolares tienen baja talla para la edad, indicador de desnutrición crónica, lo que representa casi 1.5 millones de menores de cinco años. En la población indígena la prevalencia es de más del doble: 33.1%. Adicionalmente, el sobrepeso y obesidad en niños, adolescentes y adultos se ha convertido en un problema de salud pública.
En ese escenario y para responder a las necesidades de las comunidades rurales, en el año 2001 se decretó en México la Ley de Desarrollo Rural Sustentable (LDRS), como parte de las políticas públicas dirigidas al medio rural, la cual no solo trató de ajustar el marco jurídico a la nueva ruralidad nacional, sino el también incluir las recomendaciones de los organismos internacionales en relación a la erradicación del hambre y la pobreza, la sostenibilidad del medio ambiente y la equidad de género.
Por otro lado, y de acuerdo con los resultados obtenidos por los programas de la Secretaria de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), principal operador de la política agrícola del país, el apoyo gubernamental al campo mexicano ha sido más útil en los últimos años para los productores comerciales de materias primas agrícolas, con superficies mayores a las cinco hectáreas, y bajo condiciones de riego y alta productividad, que para los productores con superficies menores a las cinco hectáreas, ubicados en las zonas más pobres del país, tanto por el monto de los recursos asignados a este sector, como por el carácter asistencialista de los mismos.
Ante esos resultados y antecedentes, en el año 2002 el gobierno mexicano decidió llevar a cabo un programa intersecretarial para atender a las poblaciones de las 250 regiones de más alta marginación en el país, siendo Jacques Diouf Director de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quién compartió con el entonces Presidente de México, el Licenciado Vicente Fox, el concepto y la experiencia internacional del Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA), solicitándose la cooperación técnica de la FAO para formular y ejecutar el PESA en México, como apoyo al programa intersecretarial mencionado. De este modo, se generó el convenio entre la SAGARPA y la FAO, para instrumentar por primera vez el PESA en México.
La premisa en la que se basó la formulación del PESA fue que la productividad de los pequeños productores puede aumentar considerablemente mediante la introducción de algunos cambios tecnológicos relativamente sencillos, económicos y sostenibles, mejorando no solamente sus medios de subsistencia, sino generándoles excedentes que contribuyan al desarrollo de los mercados locales, incidiendo así en su seguridad alimentaria y la generación de ingresos.
INICIO Y EVOLUCIÓN
Si bien el diseño del PESA para la FAO en 1994 fue ayudar a 15 estados miembros en desarrollo a combatir la hambruna rural, cuando se implementó en México se adapto a la realidad nacional, al no reconocerse situaciones de hambruna en el país, pero sí de pobreza y malnutrición. De esta manera, y una vez rediseñado metodológicamente, inicia el PESA en México en el año 2002 como un proyecto piloto, operando con recursos de la FAO y del gobierno federal en la región de tierra caliente en Michoacán, para ampliarse en el 2003 a otros cinco estados: Aguascalientes, Guanajuato, Jalisco, Puebla y Yucatán, incidiendo en trece municipios y cuarenta y ocho comunidades.
A partir de 2005, y ante la necesidad de crecimiento del PESA, se incorpora a la metodología la participación de Agencias de Desarrollo Rural (ADR), siendo personas morales, sin fines de lucro, integradas por mujeres y hombres con perfiles técnicos y sociales en el ámbito rural, con arraigo y conocimiento previo de la región, con el fin de operar la metodología PESA en los diferentes Estados y regiones donde operase el PESA, como una forma diferenciada para el otorgamiento de los servicios técnicos a las comunidades, con respecto a la prestación individualizada que hasta dicho tiempo existía, solo comparable al esquema de Agencias de Desarrollo Local (ADL) de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL).
En el PESA existen tres programas de la SAGARPA que permiten financiar planes de acción y sus proyectos productivos: El Programa de Apoyo a la Inversión en Equipamiento e Infraestructura (PAIEI), para el financiamiento de activos productivos generadores de empleo e ingreso, El Programa de Conservación y Uso Sustentable del Suelo y Agua (COUSSA), para el financiamiento de obras de conservación y captación de suelo y agua, y el Programa de Desarrollo de Capacidades y Extensionismo Rural, para el financiamiento de la operación de las ADR.
Actualmente, el PESA es (para la FAO) el programa más grande y exitoso en el país, debido al involucramiento de sus diferentes actores, el apoyo del Congreso de la Unión y la constante y estrecha labor entre la FAO y la SAGARPA.
CONTRIBUCIÓN PESA A LA CRUZADA NACIONAL CONTRA EL HAMBRE
La Cruzada Nacional Contra el Hambre (CNCH) es una estrategia de carácter nacional y multianual, que parte de la coordinación entre las diferentes dependencias de la administración pública federal y el sector privado. Combina los principios de inclusión y bienestar social, con el propósito de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en las poblaciones que viven en condición de pobreza extrema. Entre sus objetivos particulares destacan por su relación con el PESA:
Cero Hambre a partir de una alimentación y nutrición adecuadas a la población en extrema pobreza y con carencia alimentaria severa.
Eliminación de la desnutrición infantil aguda y mejoramiento de los indicadores de crecimiento de niños y niñas en la primera infancia.
Aumento de la producción y, en su caso del ingreso, de los productores agrícolas de menor escala.
El PESA se suma así de manera importante a la CNCH en la consecución de su tercer objetivo, para lo cual desarrollará acciones en 300 municipios de los 400 incluidos en la cruzada. En este marco, la estrategia general del PESA pretende que al final de su intervención se logre que las comunidades produzcan alimentos y/o generen ingresos de manera sostenible, si cuentan con la vocación y los recursos disponibles para ello.
Así, la brecha productiva, de capital, capacidades e ingreso entre las unidades familiares de subsistencia (con y sin acceso al mercado) y las empresariales, es muy grande. El impacto del alza de los precios en el acceso a los alimentos, puso en la agenda nacional la cuestión de la seguridad alimentaria. La preocupación por la desigualdad y la insuficiencia de ingresos o producción para un número importante de mexicanos para tener acceso a los alimentos en calidad y cantidad en la ciudad y en el campo, seguramente serán clave para el diseño de una política alimentaria nacional, que tenga como eje la seguridad alimentaria de los hogares y las per¬sonas y una definición estratégica sobre el abasto de alimentos. En este sentido, el PESA tiene fortalezas que lo hacen diferente a otros programas de política pública alimentaria, pues se trata de un programa de desarrollo de capacidades que va más allá de una oferta de recursos, con seguimiento permanente y evaluación de resultados.
Fuentes: Proyecto Estratégico de Seguridad Alimentaria (PESA). Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). FAO-MX. www.pesamexico.org