La Secretaría de Salud ha advertido que, de no frenarse la epidemia de la obesidad y sobrepeso, afectará para 2025 a 90% de los mexicanos.La obesidad es el principal factor de riesgo por el cual la población mexicana pierde más años de vida saludables, aseguró Ruy López Ridaura, investigador del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).
De acuerdo con un análisis del INSP, 20 por ciento de los años saludables perdidos en México se deben, precisamente, a esta causa.
Eso implica tanto por padecimientos como diabetes, enfermedad cardiovascular y todas las demás complicaciones de la obesidad, precisó el experto, quien recordó que en nuestro país 70 por ciento de las personas padecen sobrepeso u obesidad, problema asociado directamente con el desarrollo de enfermedades crónicas.
Tal es el impacto de la epidemia del sobrepeso y la obesidad que, incluso, dijo, se ha planteado la posibilidad de que la generación de niños actual podría llegar a tener una esperanza de vida menor que la de sus padres.
Al participar en el panel Control del ambiente obesigénico: estrategia de promoción de estilo de vida saludable, en el marco 5 Conferencia Latinoamericana y 4 Conferencia Interamericana de Promoción de la Salud y Educación para la Salud que se realiza en nuestro país, López Ridaura
señaló que si bien la causa inmediata de los problemas de peso son un desbalance energético
entre lo que se gasta y se consume, la obesidad también está determinada por el ambiente.
Las causas de obesidad tienen esta parte ecológica, es decir, ciertos ambientes que están
promoviendo estilos de vida poco saludables o que están dejando que la gente no pueda aceptar o escoger estilos de vida saludables, indicó.
Coincidió con él, Alejandro Calvillo, director de la organización El Poder del Consumidor, al señalar que la epidemia de la obesidad, que afecta a poco más de 4.5 millones de niños en edad escolar, no es la suma de malas decisiones individuales, sino de un ambiente obesigénico.
La prioridad es llevar a toda la población a menor riesgo, cambiando el ambiente obesigénico, es decir, los alimentos que consumen, y regulando la publicidad. A las escuelas, por ejemplo, nosotros les hemos denominado como fábricas de obesos.
En este contexto, Lizbeth Tolentino Mayo, investigadora en Ciencias Médicas del Centro de
Investigación en Nutrición y Salud del INSP, destacó la importancia de la implementación de un
etiquetado único, donde se consideren los criterios de la Organización Mundial de la Salud (OMS),
limitando los niveles de grasas saturadas, trans, azúcares y sal, pero sobre todo, que provea a los
consumidores información adecuada y fácil de entender.
Que aporte un etiquetado limpio, claro y consistente para informaciones sobre alimentos saludables y que fomente la recomendación de productos para lograr cumplir con el perfil saludable propuesto por los expertos.
Las ventajas para el consumidor, dijo, es que se trataría de un sello avalado por la Ssa, que permitiría al consumidor tomar decisiones rápidas, sin ninguna confusión. Los tres participantes en el panel coincidieron en que éste, sería un primer paso para avanzar a el etiquetado de semáforo con los colores verde, amarillo y rojo.
Un mal en crecimiento
De acuerdo con la Secretaría de Salud (Ssa): El exceso de peso corporal (sobrepeso y obesidad) es reconocido actualmente como uno de los retos más importantes de Salud Pública en el mundo, dada su magnitud, la rapidez de su incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que la padece, debido a que aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT).
En respuesta al crecimiento de esta epidemia, la Organización Mundial de la Salud (OMS),
promovió la Estrategia Mundial sobre Alimentación Saludable, Actividad Física y Salud para la
prevención de enfermedades crónicas, a la cual México se adhirió en 2004.
Hoy en día, México ocupa el segundo lugar de prevalencia mundial de obesidad, después de Estados Unidos. Esta alta prevalencia de sobrepeso y obesidad representa un problema de salud pública prioritario que exige la puesta en marcha de una política nacional que reconozca el origen multifactorial del problema.
La epidemia implica costos significativos para el sistema de salud pública, para la sustentabilidad del régimen de pensiones y para la estabilidad económica y social de la población, especialmente de los sectores más pobres.
Actualmente, en México diez millones 358 mil 637 niños y adolescentes de cinco a 19 años con sobrepeso u obesidad están en riesgo de desarrollar o ya padecen diabetes, cáncer o hipertensión.
De 2007 a 2010, la diabetes mató a 306 mil 817 mexicanos. Hoy, más de dos terceras partes de las muertes que ocurren en México se deben a las enfermedades crónicas no transmisibles, de las cuales 80 por ciento pudo evitarse. En México, entre ocho y diez por ciento de las muertes prematuras se debe a consecuencias de la obesidad.
La Secretaría de Salud ha advertido que, de no frenarse la epidemia de la obesidad y sobrepeso, afectará para 2025 a 90 por ciento de los mexicanos. Hoy, nuestro país destina 190 mil millones de pesos para la atención de enfermedades crónicas, lo que se traduce en la mitad del presupuesto total de las instituciones públicas de salud