La tendencia hacia la salud y el bienestar ha impulsado la innovación en empaques en productos como leches saborizadas, queso, carne procesada, frutas y verduras, así como en el desarrollo de snacks indulgentes con una atrayente imagen.
Al principio, las novedades causan incomodidad en algunas personas, mientras que otras las aceptan sin cuestionamientos hasta que se tornan normales para todos. Por ejemplo, en un local del aeropuerto de Nueva York, encontré una impresionante proliferación de snacks. Muchos diseños que no había visto nunca. Coloridos, intrigantes, algunos atractivos, otros desconcertantes. Los estantes del local conformaban un extraño panorama, distinto del que estaba acostumbrado a ver. Esto fue lo que me atrajo.
Después de tomar unas pocas fotografías, decidí analizar los productos, sus diseños y las razones por las que eran tantos y tan diferentes. Lo primero que advertí fue que no se trataba de los típicos snacks fritos que se consideran poco saludables. Por el contrario, en su mayoría eran papas horneadas, barras de cereales o pequeños trozos de frutas frescas desecadas y de frutos secos de alto valor nutricional.
Algunos se autoproclaman superalimentos que pueden reemplazar una comida. ¿Desde cuándo uno quiere reemplazar una comida por una barrita de cereal? También hay de los chocolatosos y suculentos, pero con diseños muy distintos a las golosinas que parecen salidas de una película de superhéroes. La diferencia son los grandes plenos de color intenso que funcionan como balizas entre la marea de la competencia. Las tipografías de rasgos simples, sin deformaciones, menos ampulosas, más neutras, menos desaforadas.
Tras años hedonísticos de indulgencia y de productos con escaso valor nutritivo, los hábitos alimenticios saludables se han revalorizado. Tal vez ello se atribuya a un signo de esnobismo. Pero si ser snob significa comer mejor, que así sea. La nueva generación de snacks se basa en dos necesidades fundamentales: contar con colaciones saludables y sabrosas entre comidas y poder consumirlas en cualquier lugar.
NUTRICIÓN Y PORTABILIDAD VAN DE LA MANO
El término portabilidad proviene del mundo de la informática. Es la posibilidad de utilizar un software en el contexto de diferentes sistemas. Es precisamente gracias a la tecnología que es posible estudiar en bares o trabajar en el banco de una plaza: se derribaron las paredes de las oficinas y de las bibliotecas donde no se puede hablar.
Los snacks saludables se ofrecen en porciones o envases individuales que permiten conservarlos en parte, para consumirlos más tarde. Se los puede consumir en cualquier lugar y no es necesario que detengamos nuestras actividades para alimentarnos correctamente. ¡Son portables!
Pero cuando las alternativas y las marcas se diversifican demasiado, deben diferenciarse unas de otras. Aparecen algunas referencias a los estilos estadounidenses típicos de la década de los 40, que juegan con la nostalgia de épocas que la mayoría de los consumidores puede no haber vivido nunca. También se advierte un retorno a los esquemas de color de los años 80, lo que significa algo clásico para los adultos y novedoso para los jóvenes.
LO NUEVO ES MÁS ANTIGUO QUE LO ANTIGUO
En los anaqueles también se ven algunas referencias a estilos vintage de los años 40 yanquis, jugando con la nostalgia de tiempos que sus consumidores acaso nunca vivieron. Se pueden observar ahora, algunas barras de cereales que desean transmitir un alto rendimiento o un eficiente combustible de gran poder energético. Otras más lucen una impresión natural, a través de una paleta de colores pastel o de una tipografía manuscrita. Otras presumen que solo poseen cuatro ingredientes naturales y lo que NO tiene para denotar autenticidad.
Parece que ya no es necesario sentarse a una mesa para consumir una comida. Masticar una barra de cereal mientras se camina es suficiente. ¿Nadie va a sentarse a comer nunca más? ¿Es este el fin de los modales en la mesa?
En la era en que vivimos es el fin de los fines y el comienzo de los comienzos. Existen tantas posibilidades como personas y lo más interesante es poder hacer un poco de todo: comer un snack mientras se estudia o se trabaja.
* El autor, Guillermo Dufranc, es Diseñador Gráfico Experto en Packaging. Conferencista Internacional. Coordinador del área de Diseño Gráfico en Tridimage, agencia de branding, diseño estructural y gráfico de packaging en Argentina.