La industria se enfrenta a un consumidor informado, quien entiende que no todas las grasas son perjudiciales y que existen algunas que son esenciales.El contenido de ingredientes naturales y la practicidad de sus presentaciones, debido al estilo de vida moderno, son también elementos que los consumidores valoran, al mismo tiempo que desconfían de los productos milagrosos o aquellos que aportan una gran cantidad de beneficios por consumo.
Uno de los principales nutrimentos en los alimentos son las grasas, también conocidas como lípidos que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo, por ser los principales proveedores de energía. El DHA (Ácido Docosahexaenoíco) es el ácido graso de cadena más larga de la familia de los Omega-3, es encontrado principalmente en los tejidos del cerebro, ojos y corazón y su consumo aporta beneficios para todas las etapas de la vida. En mujeres embarazadas, DHA es un nutriente clave, ya que contribuye a un embarazo saludable, a tener un periodo de gestación normal, y también porque las madres aportarán este nutriente a sus hijos durante el embarazo y lactancia materna, contribuyendo al desarrollo cerebro y los ojos del niño.
Para los bebés y niños menores de cinco años, en donde el cerebro se desarrolla a mayor velocidad, podemos destacar que el DHA contribuye principalmente a un adecuado desarrollo cognitivo (atención, memoria, lectura, comportamiento) y a una mejora de la agudeza visual. En niños y en adultos, el DHA es importante para un normal funcionamiento del cerebro y los ojos, así como también juega un papel importante en la salud del corazón. En adultos mayores, un mayor consumo de DHA está asociado a un menor deterioro cognitivo y sus beneficios a la salud del corazón.
La comunidad científica ha avanzado mucho en los últimos años y aún continúa avanzando e investigando acerca de los beneficios de consumir ácidos grasos Omega-3 en diferentes categorías, por ejemplo en trastornos de sueño, estados de ánimo (depresión e hiperactividad), articulaciones e inmunidad.
PRODUCTOS CON ÁCIDOS GRASOS
Al hablar de Omega 3, nos estamos refiriendo a una familia de Ácidos Grasos Poliinsaturados (AGPI), donde al menos los tres principales son: el alfa linolénico (ALA), el eicosapentaenoíco (EPA) y el docosapentaenoíco (DHA). Es importante destacar que los beneficios asociados a la ingesta de cada uno de ellos son diferentes, remarcando que la mayoría de la ciencia enfocada en salud del cerebro y los ojos, se asocia con el consumo del DHA, el ácido graso de cadena más larga.
Si bien México se encuentra por detrás de regiones como Estados Unidos o Europa, actualmente y cada vez es más común encontrar en el mercado alimentos y suplementos que aportan los diferentes tipos de ácidos grasos Omega-3, donde una adecuada combinación de éstos permiten cumplir con las dosis recomendadas por diferentes asociaciones científicas, que ronda entre 250 y 500 mg diarios de Omega-3 EPA+DHA.
Cabe mencionar que en cuanto a analizar las características y componentes de los productos que declaran estar enriquecidos con ácidos grasos, la realidad regulatoria en cada país es diferente. En América Latina se pueden apreciar áreas de oportunidad para lograr un marco regulatorio que permita de manera más flexible y regulada adicionar Omega-3 con la intención de proteger al consumidor, por ejemplo establecer valores de referencia para cada familia de ácidos grasos y asociar estos valores a los beneficios que cada uno de ellos puede aportar, sin olvidar que no todos los ácidos grasos son iguales y no desarrollan la misma función dentro del organismo.
A su vez se observa que las autoridades han tomado iniciativas y acciones en distintos países para permitir a la industria hacer llegar productos enriquecidos con ácidos grasos Omega-3 a los consumidores, impulsados por la relevancia que tienen estos nutrientes en el organismo y que a través de la dieta es complicado consumirlos diariamente. Dentro de las principales acciones, destacan las normas de etiquetado en algunos países o regiones (como Mercosur) donde se permiten declaraciones de contenido (Fuente o Alto contenido de Omega-3), así como también la participación activa a través de organización de debates o jornadas de capacitación, con el objeto de reducir la brecha entre la evidencia científica y la comunicación posible.
Actualmente, la industria de producción de ácidos grasos poliinsaturados (AGPI) ofrece formas compatibles con todas las matrices alimentarias, permitiendo la adición de los Omega-3 en los alimentos y suplementos alimenticios. De esta manera, el alfa linolénico puede ser encontrado en frutos secos (nueces, almendras, maní), aceites vegetales (linaza), algunas semillas (Chía), así como en productos fortificados. El EPA y el DHA pueden ser encontrados principalmente en pescados grasos (atún, jurel, sardina y salmón), en alimentos o suplementos a los cuales se les incorpora DHA y también en micro-algas marinas, que es precisamente la fuente vegetal de donde los pescados obtienen estos ácidos grasos. Debido a que es una ciencia en continuo desarrollo y movimiento, encontramos que a cada momento continúan apareciendo nuevas fuentes de AGPI, como el Krill, cuyo aceite aporta una pequeña cantidad de DHA.
Existen varios productos enriquecidos con ácidos grasos, pero ¿específicamente qué oportunidad representa o brinda el ácido graso Omega-3 como tendencia e ingrediente importante para desarrollar nuevos productos fortificados y/o suplementos? Si bien los AGPI de cadena larga son esenciales para el organismo (el cuerpo no lo produce y se debe incorporar a través de la dieta). Hoy en día se incorporan muy bajas cantidades a través de la dieta diaria y como son nutrientes relevantes para el organismo se requiere integrarlo. La principal diferencia al incorporar el DHA de otros AGPI es que al ser el ácido graso de cadena más larga, no sufrirá transformaciones dentro del organismo y se incorporará directamente en los tejidos del cerebro, ojos y corazón, brindando los beneficios mencionados durante todas las etapas de la vida.
Con los avances tecnológicos que la industria ha tenido, se puede encontrar DHA en diferentes alimentos y suplementos alimenticios. En América Latina encontramos DHA en aceites comestibles. Algunos ejemplos son: Nutrioli DHA en México, Primor en Perú, Fino en Bolivia; leches para la familia (La Serenísima, Argentina), leches infantiles (Gloria Kids, Perú), suplementos alimenticios (NATA DHA en Chile, GNT Val en México, entre otros) y muchos nuevos desarrollos de productos están aún por venir.
El ácido Omega 3 es nutriente vital para muchos consumidores, pero para otras categorías como el desarrollo infantil y el envejecimiento saludable, los suplementos omega- 3 merecen atenta consideración, sin embargo aún hay mucho camino por recorrer en términos de educación y conocimiento, afortunadamente nos encontramos en un momento dentro de América Latina donde la industria se ha acercado a ingredientes como el DHA, para ofrecer productos que mejoren la calidad de vida de las personas.
Tanto los profesionales de salud, comunidad educativa, prensa, la industria están contribuyendo y trabajando en conjunto para mejorar el nivel de conocimiento y educación acerca de este nutriente fundamental en diferentes etapas de la vida. Proactivamente se están realizando esfuerzos* en algunos países para acelerar el nivel del conocimiento en profesionales de salud y consumidores, trabajando conjuntamente con la industria de alimentos y suplementos, y realmente año tras año se ha notado a través de investigaciones anuales, que los consumidores cada vez más están conscientes de este nutriente y los beneficios para la salud y bienestar.
MERCADO EN CRECIMIENTO
Tradicionalmente la incorporación de Omega-3 ha sido a través de hábitos de consumo de suplementos alimenticios, segmento que aún continúa innovando y creciendo, pero actualmente la industria de alimentos ha incursionado en este ingrediente para complementar el aporte de estos nutrientes. Actualmente, se pueden encontrar ácido grasos Omega 3 en diferentes alimentos como leches en polvo infantiles, leches líquidas para toda la familia, aceites comestibles, panes, golosinas, y diversidad de alimentos y suplementos alimenticios. Estas aplicaciones generan un amplio impacto, pues el consumo de Omega-3 DHA es una inversión con un alto retorno para el consumidor y para el país, pues tiene una influencia directa sobre aspectos importantes como la salud, la educación y aprendizaje.
El mercado de Omega-3 en el mundo ha crecido en los últimos años y se estima que seguirá creciendo, lo cual responde principalmente a una demanda por parte de los consumidores y a la labor de los productores de alimentos y suplementos, quienes continuarán buscando ofrecer ingredientes que realmente proporcionen una mejora en la calidad de vida.
Para mantener ese ritmo de crecimiento, será clave continuar con esfuerzos de comunicación para educar a los profesionales de salud y consumidores, también es necesario el involucramiento y apoyo de las autoridades regulatorias para acompañar este momento de auge, desarrollando un marco regulatorio que facilite la incorporación de alimentos con omega-3 en toda América Latina. Asimismo, cada vez más encontraremos nuevas tecnologías de producción de AGPI para facilitar la adición de estos ingredientes en los alimentos y/o suplementos.
* Hace referencia a DSM.
(*) Nutritional Lipids Market Development Manager - Latin America DSM Nutritional Products.