La industria farmacéutica tiene distintos tipos de etiquetas para proteger a los medicamentos de la falsificación, el robo y la incorrecta manupulación. Aquí el detalle de las más destacadas. Los medicamentos son un producto de real importancia para la salud de quienes lo necesitan y es por esto que empresas de fármacos dedican un importante porcentaje de su presupuesto a la Investigación y el Desarrollo de mejoras de las normas de seguridad y protección de los envases. En la actualidad, existen numerosos riesgos debido a la adulteración y falsificación de estos productos. Según un informe de la OMS en 15 años, estos productos han sido ubicados en 28 países. El 10% de estos son países no identificados, el 25% países industrializados y el 65% son países en vías de desarrollo. El mercado de falsificación ha crecido un 13% anualmente hasta el 2010. En 2009, este negocio ilícito ha generado 75 billones de dólares y, desde 2005, se incrementó en un 92%, igualando los ingresos de dos de los laboratorios más importantes a nivel mundial, generando como resultado que los medicamentos falsificados se adueñen del 10% al 30% del mercado en los países en desarrollo. Los riesgos de adulteración conllevan consecuencias de gravedad tanto al paciente al que le fue prescripto el medicamento, como al laboratorio que lo elaboró. En el primero la falta de acción terapéutica o alto riesgo de perjuicio y en segundo pérdidas económicas y daño de su imagen puede ser algunos de los principales ejemplos. Se debe tener en cuenta que Antibióticos, Analgésicos, Vacunas, Antipiréticos son productos más susceptibles a la falsificación y, siendo productos de gran rotación, los laboratorios deben ser más que cautelosos a la hora de elegir los proveedores que le proporcionen los envases y etiquetas. Entre las principales características que presentan los medicamentos adulterados se encuentran: ingredientes activos incorrectos, o desconocidos sin actividad terapéutica; ingredientes activos correctos, pero con la etiqueta y los envases diferentes; productos de contrabando los cuales no garantizan el almacenamiento ni traslado adecuado; productos que presentan impurezas o excipientes; componentes de la formula no permitidos por su toxicidad; y productos con etiquetas forjadas, que no presentan las características exigidas por control de calidad o tienen un envase diferentes a las del producto original, tanto en dimensiones como en calidad. Por esto, y siguiendo con los standards asignados por el ANMAT, la OMS y de otros organismos que verifican la calidad en lo que concierne a etiquetas de productos de medicina, se ha innovado en procesos que proporcionan seguridad pero que siguen manteniendo el impacto en góndola y la estética deseada. La personalización es la clave en papeles de seguridad. No hay papeles de seguridad estándar y cada producto de seguridad debe ser producido de acuerdo a la especificación del cliente. En lo que a este tipo de etiquetas refiere, se puede decir que existen tres grandes familias de productos que poseen características peculiares para combatir el mercado ilegal. Estas son etiquetas anti-robo, anti-falsificación y anti-manipulación. Las etiquetas anti-robo son aplicadas a artículos para prevenir el hurto de las mismas, las anti-falsificación garantizan la autenticidad del artículo en la que es aplicada, mientras que las anti-manipulación cambian de apariencia o se destruyen cuando intentan ser removidas. Dentro de las opciones anti-robos, se puede encontrar etiquetas que cuentan con paneles utilizados como antenas receptoras, en el que a una frecuencia específica de un rango electromagnético, emite y recibe una señal continuamente. Si un artículo robado pasa a través de los paneles, la lamina metálica cambia la frecuencia y el receptor activa la alarma. En aplicaciones anti-manipulación existe una variedad de productos que indican al consumidor que se ha intentado violar el artículo, es decir, al intento de manipulación, la etiqueta se rompe, se modifica o queda imposible de reposicionar. Para lograr este tipo de funcionalidad se pueden utilizar productos que presenten frontales altamente destructibles o con baja resistencia al rasgado. Asimismo, estros frontales pueden estar combinados con adhesivos con alta cohesión interna, alta adhesión inicial (tack) o alta adhesión final. Mientras que para etiquetas anti-falsificación, además de los conocidos productos holográficos, existen productos que en su cara de impresión pueden incluir fibras, marca de agua, tiras de seguridad o tiras Iridiscentes o bien, aditivos reactivos a ciertos químicos. En el dorso de la cara de impresión y en el adhesivo también se pueden incluir tiras de seguridad, Taggents (Reactivos), Microfibras o impresión UV. Las láminas o tiras de seguridad se insertan en la estructura, pueden ser visibles o no y pueden contener texto personalizado con tinta fluorescente o bien, de apariencia holográfica. Los Taggents o reactivos IR con aditivos especiales pueden ser mezclados en el adhesivo, sin cambiar las propiedades de éste y hacer que muestre un color diferente cuando es expuesto a una lámpara especial. Fuente: Información brindada por Avery Dennison.