Esto es de gran importancia en el envasado de alimentos en materiales plásticos, puesto que sería muy interesante conseguir materiales que sustituyan a los tradicionales, como vidrio o metal, más complejos de gestionar a lo largo de toda la cadena de valor.
Aunque se sigue evolucionando, ya se dispone de gran variedad de envases plásticos, para todos las aplicaciones y necesidades. Los más habituales son:
- Bandejas: recipientes relativamente profundos, con o sin tapa. Amplia variedad y uso, en formato de venta al consumidor. Para alimentos sólidos.
- Botellas y garrafas: contenedores rígidos con cuello redondo de diámetro menor que el cuerpo y capaz de soportar un sistema de cierre. Capacidad variable. Para bebidas.
- Botes: similares a botellas y garrafas, pero con cuello más ancho y para, generalmente, alimentos viscosos o granulados.
- Cajas: contenedores rígidos formados por una base y cuatro paredes laterales, destinados a almacenamiento y transporte en el eslabón de la cadena previo a la llegada al consumidor.
- Bag in box: almacenamiento y transporte de líquidos, habitualmente, con grifo para dosificación. Para venta al por mayor o al por menor, pero con capacidades relativamente elevadas. Habitual en vino y agua.
- DoyPack: contenedores flexibles, con base diseñada para que se sostenga en posición vertical. Envases soldados que incorporan una boquilla con tapón, para consumir el producto directamente del envase y en el momento que se desee.
- Envases pelables: bandeja o tarrina sellada con un film, aislando el contenido, pero permitiendo un fácil acceso. La innovación se lleva a cabo en el desarrollo de materiales, aditivos y adhesivos que permitan la apertura del envase y un nuevo cierre lo más hermético posible. Habitual en formato de venta al consumidor final.
- Film y lámina: un film es una capa continua y delgada de material plástico, de pequeño espesor, utilizado como embalaje. Cuando el espesor sobrepasa los 250 µm, se habla de lámina y tiene otros usos, como separación entre filetes o base para termoformado. Existe un tipo de film, denominado retráctil que, mediante calor, realiza un ajuste perfecto al producto.
- Flow pack: film con un sellado longitudinal y dos transversales, formando una bolsa perfectamente sellada. Muy habitual como envase primario o secundario de snacks.
- Mallas: contenedores formados por hilos o tiras de plástico entrecruzadas, con función de contención y transporte, pues no aísla del ambiente. Se cierra con grapas metálicas y se emplea para frutas y hortalizas.
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Cada diseño de envase está pensado para un tipo de producto, buscando mantener sus propiedades en condiciones óptimas y, además, facilitar el manejo y la utilización. Lo más importante, es realizar la elección de un formato u otro en función del uso previsto.
Sin embargo, para el envasado de alimentos también es de gran importancia la estética, pues es una de las cualidades que más valora el consumidor; siendo incluso necesario controlar la transparencia o el brillo de los materiales por encima de la funcionalidad o las características físico-mecánicas de estos.
La polivalencia de los envases plásticos facilita el manejo y almacenamiento de los productos, además de permitir mayor variedad de diseño, sin necesidad de elementos adicionales, como sleeves.
El control de las propiedades barrera de los envases, sobre todo frente al oxígeno y al vapor de agua, es clave en el envasado de alimentos, puesto que un inadecuado intercambio de gases entre el interior y el exterior del envase puede reducir notablemente la vida útil del alimento, desde un punto de vista tanto organoléptico como de seguridad alimentaria.
Hay alimentos que necesitan mantener cierta respiración durante su almacenamiento, como los champiñones; mientras que otros, como los snacks, necesitan mantenerse lo más aislados posible del ambiente. En función de estos requerimientos del producto a envasar, habrá que definir la composición del material de envasado, eligiendo entre monocapas o multicapas, con propiedades optimizadas, que permitan un correcto intercambio de gases.
Los desarrollos actuales van encaminados a elaborar materiales biodegradables con características similares a los comercializados históricamente, sobre todo en lo que a propiedades barrera se refiere. Supone un gran reto, dado que, las características intrínsecas de estos materiales suponen un detrimento de otro tipo de propiedades.
No obstante, no hay duda de que los próximos desarrollos vendrán en este sentido, disminuyendo la importancia de las propiedades estéticas, otro hándicap de estos materiales, y teniendo en cuenta, en mayor medida, el impacto ambiental provocado.
* Departamento de Food Contact and Packaging de Aimplas.