Se dio a conocer un proyecto que aplica los últimos avances en biotecnología, tecnologías del envase y microencapsulación.
Se dieron a conocer los detalles del proyecto PHBOTTLE: aportar soluciones sostenibles a las problemáticas medioambientales de las industrias de zumos, partiendo del principio de encontrar valor a los desechos transformándolos en nuevos materiales de uso, con nuevas funcionalidades.
Asimismo, el proyecto financiado por el 7º Programa Marco, tiene como objetivo obtener en 42 meses un nuevo envase para zumos, biodegradable y con propiedades antioxidantes (que alargue la vida útil del alimento que contenga); un envase fabricado a partir de los azúcares y de otros residuos ricos en carbono, nitrógeno y oxígeno existentes en las aguas residuales de las propias industrias de zumos.
De igual forma, supone la aplicación de los últimos avances en microencapsulación, biotecnología y tecnologías del envase. En su desarrollo están trabajando, coordinado por AINIA (Centro Tecnológico), un consorcio internacional formado por 8 empresas y 4 organismos de investigación.
En España: AINIA, AIMPLAS (Instituto Tecnológico del Plástico) y Cítricos y Refrescantes
En Bélgica: Asociación Europea de Zumos de Frutas (AIJN) y Omniform
En Holanda: Centro Tecnológico TNO
En Bulgaria: Silvel Limited
En Portugal: LOgoplaste Innovation Lab LDA
En Argentina: Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)
En México: Mega Empack
En Brasil: Logoplaste do Brasil LTDA
En Honduras: Vanguardia
PHBOTTLE, la cual se encuentra en su fase inicial, está identificando microorganismos capaces de transformar los restos orgánicos de las aguas residuales en un material polimérico (plástico) biodegradable, el PHB (polihidroxibutirato).
Una vez obtenido este material, las propiedades del mismo serán mejoradas, en una segunda fase del proyecto, con la incorporación de fibras de celulosa e ingredientes encapsulados con propiedades antioxidantes, de manera que este material, cuando contenga un alimento, sea capaz de alargar la vida útil del mismo y por lo tanto sus días de comercialización y consumo.
En una tercera fase, este material reforzado y mejorado en sus propiedades, se moldeará y será utilizado para fabricar botellas de zumo. Finalmente, estas botellas serán validadas y testadas, envasándose en ellas el zumo de frutas de la misma industria generadora de las aguas residuales. Así se cierra el ciclo: El generador del residuo se convierte en el beneficiario del nuevo envase, adaptado a la necesidad de su producto.
Fuente: Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI)