Algunos envases evitan el desperdicio de alimentos (y, por lo tanto, la deforestación, el uso de fertilizantes o emisiones de humos), para equilibrar la basura inevitable.
Una razón por la que esto es tan difícil de descifrar depende de la naturaleza del material en sí. Diferentes tipos de plástico tienen que separarse para reciclar porque contienen pequeños bloques de construcción que se mezclan a nivel molecular. Por ejemplo, incluso muchos químicos no se dan cuenta de que el polietileno (PE) y el polipropileno (PP) no se mezclan, aunque son las dos formas más comunes de plástico y ambos tienen la misma fórmula empírica de n (CH2). Es por eso que es tan importante separar los plásticos en el centro de reciclaje.
Una bebida deportiva, por ejemplo, puede tener tres tipos diferentes e incompatibles de plástico en la botella, la película envuelta y la tapa. Los tres componentes se pueden reciclar individualmente, pero raramente se separan, excepto por trituración.
En muchos casos, el embalaje tiene una función genuina y evita el desperdicio, por ejemplo, al sellar la humedad o el gas. Pero esto también puede significar que ciertas películas delgadas de plástico se vuelven imposibles o prohibitivamente costosas de separar.
Las frutas y verduras envasadas son claros ejemplos de exceso de plástico porque ya cuentan con una piel protectora. Los plátanos ya tienen una envoltura perfectamente diseñada. Naranjas preempaquetadas duran alrededor de cuatro días, mientras que una naranja entera puede perdurar meses. Compare la vida ambiental de la cáscara de naranja (meses) y el polietileno (eternidad efectiva), todo por la conveniencia de no pelar la fruta.
Este tipo de empaquetado tiene poca utilidad práctica, pero sólo una minoría de frutas y verduras frescas de supermercado se ofrece “suelta”.
El plástico duradero puede ser útil
Entonces ¿Qué se puede hacer para reducir el plástico de un solo uso? Una sociedad que valora el medio ambiente sobre el marketing podría tomar decisiones basadas en la evidencia.
Las acciones personales también importan. Para la envoltura de comida preparada en casa se recomienda utilizar el papel de aluminio en lugar de film transparente. La lamina tiene que reutilizarse casi 200 veces para liberar menos gases de efecto invernadero que la película adhesiva: 5 gramos de aluminio frente a 0.x2 g de película con seis veces más energía incorporada y nueve veces más por gramo.
O considere el agua embotellada. El enfoque lógico es reutilizar botellas más gruesas 100 veces o más, pero esto puede requerir un esquema de depósito, recolección y devolución, lavado y recarga.
Las botellas delgadas de un solo uso tienen el precio más bajo, mientras que el llenado y la reutilización tiene la menor carga ambiental. Los balances de las empresas y nuestros bolsillos nos llevan a plásticos de un solo uso en el mar.
El plástico de un solo uso es un problema complejo, en algunos casos es muy útil, en otros en todo lo contrario. Pero los consumidores pueden tomar decisiones conscientes, las marcas pueden actuar con responsabilidad y los gobiernos pueden aplicar una buena política para eliminar la contaminación con fines de lucro.
*Anthony J Ryan es Profesor de Química Física y Director del Grantham Center for Sustainable Futures, Universidad de Sheffield
Artículo publicado en www.theconversation.com