¿Eco, bio, orgánico?

Estas palabras han invadido los anaqueles durante los últimos años, apelando a la conciencia ecológica de los consumidores para lograr un incremento en el volumen de las ventas de diversos productos

Tomar una decisión ambientalmente responsable al enfrentarse a los anaqueles de los supermercados no es tarea fácil. Las palabras "eco", "bio" y "orgánico" han invadido éstos los últimos años, apelando a la conciencia ecológica de los consumidores para lograr un incremento en el volumen de sus ventas. Tener conciencia ecológica en nuestro consumo está de moda, y los publicistas lo saben.

¿Alguna vez nos hemos cuestionado qué significan las palabras "eco", "bio" u "orgánico" y de qué forma estos términos afectan a un producto? ¿Qué hace "eco", "bio" u "orgánico" a un producto?

Nuestro país es uno de los principales productores y exportadores de productos orgánicos en el mundo. Sin embargo, debido a la falta de una regulación clara, la economía mexicana no había logrado detonar este mercado adecuadamente.

De manera similar, la falta de regulación respecto al uso publicitario de las palabras orgánico, ecológico y biológico, así como los prefijos "bio" y "eco", abrió la posibilidad para que productores en sus procesos y sólo por moda las mal utilizaran sin prestar atención a su real significado, haciendo caer en el error a los consumidores que sí valoran este tipo de productos.

El primero de abril pasado, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) publicó en el Diario Oficial de la Federación el Reglamento de la Ley de Productos Orgánicos (Reglamento), por medio del cual se robustece el marco regulatorio que brinda a los consumidores la certeza jurídica necesaria para identificar fácilmente este tipo de productos.

A partir de la publicación del Reglamento, quienes los producen deben ajustarse a los métodos y prácticas establecidas por la Sagarpa con el propósito de lograr ser reconocidos como tales. Pare ello, el Reglamento otorga un sello distintivo que permite actualmente una identificación de manera sencilla de productos orgánicos.

En lo que se refiere a estos mismos productos pero extranjeros, comercializados en nuestro territorio bajo las palabras "orgánico", "eco" o "bio", deberán contar igualmente con una certificación similar expedida en su país de origen, u obtener la certificación por parte de Sagarpa. Por otra parte, y ante esta nueva reglamentación, las exportaciones de los productos orgánicos nacionales lograrán penetrar mercados internacionales con la categoría de "orgánicos", ya que finalmente contarán con la apropiada certificación del país de origen.

A manera de conclusión, creemos que el distintivo de productos orgánicos será una herramienta muy útil para los consumidores mexicanos. De esta forma, y por primera vez, podremos identificarlos fácilmente, de manera informada y segura, a sabiendas de que cumplen con los estrictos requisitos de producción previstos por la Ley y el Reglamento.

Hay que recordar que, como consumidores, tenemos el poder más grande en una economía de mercado, el de decidir diariamente qué productos merecen nuestro "voto de consumo" al momento de adquirirlos en la caja registradora del supermercado.