Mediante un indicador colorimétrico, el consumidor podrá conocer al instante el grado de deterioro del producto.
Un equipo de científicos del Instituto de Investigación de Química Molecular Aplicada (IQMA) de la Universidad Politécnica de Valencia están desarrollando una "etiqueta inteligente" que permitirá conocer el grado de frescura de los alimentos cárnicos envasados, informan fuentes de este grupo.
En el proyecto, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, participa además investigadores del Instituto Tecnológico del Embalaje, Transporte y Logística (ITENE) y la empresa Cárnicas Serrano.
Estas "etiquetas inteligentes" contribuirán a tener un mayor control sobre la calidad microbiológica y organoléptica de los productos cárnicos, según el portal soitu de España.
Más concretamente, ayudarán a conocer con detalle la calidad de productos derivados del pollo y de embutidos frescos, como por ejemplo, las longanizas frescas.
Los indicadores colorimétricos en los que trabajan los expertos de la UPV y de ITENE irán impresos en el propio material del envase o sobre sustratos optimizados y susceptibles de ser adheridos posteriormente al envase, siendo ésta una de las principales novedades del proyecto.
"Si bien es verdad que actualmente existen dispositivos indicadores de frescura, éstos suelen presentarse en forma de pegatina, y por tanto, son susceptibles de desprenderse del envase a lo largo de todo el ciclo de distribución ya que no se encuentra protegido, afectándole la humedad, la temperatura, la suciedad, los roces", apuntan desde el IQMA.
Investigadores de ITENE indican que con "el proyecto se pretende desarrollar un indicador de frescura que pueda llegar a ser fácilmente imprimible en el envase para que de esta manera consiga tener una aplicación global de bajo coste para la industria alimentaria".
A través de un cambio visual, fácilmente perceptible por el ojo humano, el indicador podrá mostrar si el producto está contaminado o no en elevadas proporciones microbianas mediante la reacción del indicador con ciertos metabolitos volátiles tales como amoniaco, aminas biogénicas, ácido sulfhídrico o ácidos de cadena corta.
A modo de ejemplo este estudio se llevará a cabo sobre envases que contienen carne de pollo.
"Se trata, sin duda, de un paso más en este campo de los envases inteligentes, considerados ya como los envases del futuro", apuntan los investigadores de la UPV.
Así, a través de esa variación visual, se podrá llegar a alertar a los consumidores y a la industria alimentaria sobre el estado del producto, asegurando, de esta manera, su adecuada conservación y calidad y garantizando una óptima distribución, almacenamiento y conservación del mismo.
Según apuntan desde el IQMA, la problemática que presentan los productos derivados del pollo, las longanizas y los productos cárnicos en general radica en que cuando los compuestos generados por la desnaturalización de las proteínas llegan a ser detectados por el ser humano, normalmente significa que el producto se encuentra en un nivel de deterioro muy avanzado.