5 de Noviembre de 2024

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Consumo de frutas y verduras en Europa: ¿Toman suficiente los europeos?

Redacción THE FOOD TECH®

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La mayoría de los europeos asocia una dieta sana al consumo de frutas y verduras y muchos de ellos creen que su dieta es sana (6). Pero ¿es cierto? ¿Toman realmente los europeos la cantidad de frutas y verduras recomendables para gozar de buena salud?

Las frutas y verduras son un elemento importante en una dieta sana y equilibrada tanto si forman parte de la comida principal o como aperitivo. Nos aportan tanto vitaminas, minerales y fibras, algo de energía (sobre todo en forma de azúcar) como también ciertos componentes menores, a menudo referidos como fotoquímicas o productos secundarios de plantas, que son potencialmente beneficiosos para nuestra salud. Estudios epidemiológicos han demostrado que el alto consumo de frutas y verduras está vinculado al menor riesgo de enfermedades crónicas; especialmente enfermedades cardiovasculares (1–3), diabetes tipo 2 (4), y algunos tipos de cáncer por ejemplo de boca, faringe, laringe, esófago, estomago y pulmones (5).

La mayoría de los europeos asocia una dieta sana al consumo de frutas y verduras y muchos de ellos creen que su dieta es sana (6). Pero ¿es cierto? ¿Toman realmente los europeos la cantidad de frutas y verduras recomendables para gozar de buena salud? Para contestar esta pregunta, el presente estudio analiza también a fondo los factores que influyen en el consumo de fruta y verdura en Europa, y cual es la mejor manera para incrementarlo. Finalmente echaremos un vistazo a las actuales iniciativas europeas referentes el consumo de frutas y verduras.

Para empezar, debemos entender qué bebidas y comidas están incluidas en la categoría de frutas y verduras, qué cantidades son recomendables para el consumo, y por qué es difícil obtener unos datos fidedignos y comparables sobre el consumo de frutas y verduras.

Definición de frutas y verduras

¿Cómo se definen frutas y verduras? Puede parecer una pregunta sencilla pero en realidad es bastante complicado encontrar una definición exacta. Tomates y lechuga, manzanas y fresas fácilmente pueden ser identificadas como verduras y frutas respectivamente. Pero ¿qué pasa con las patatas? ¿Es el zumo de frutas igual a fruta? Luego tenemos las legumbres y nueces que también son plantas que pueden o no estar incluidas en estos grupos de alimentos. Y esto es importante a la hora de realizar estudios dietéticos para saber qué es lo que en realidad estamos estudiando.

Asimismo, la definición de frutas y verduras varía entre diferentes países. Algunos países (p. ej. Austria, Bélgica, Dinamarca, Islandia, Holanda, Portugal, España y Suecia) no han incluido patatas y tubérculos de almidón, siguiendo la regla de la Organización Mundial de Salud (OMS), cuando por ejemplo las recomendaciones noruegas incluyen las patatas. A veces, el zumo se queda excluido de las referencias de frutas y verduras (p. ej. Bélgica y España), a veces está incluido en éstas de forma limitada (p.ej. cantidades máximas de una ración (p. ej. Dinamarca, Holanda y Suecia) y completamente incluido en otros países (p. ej. Islandia y Noruega). Austria y Portugal no proporcionan ninguna especificación referente a los zumos (7).

Las distintas definiciones sobre que alimentos pertenecen a frutas y verduras suponen una barrera para comparar los resultados de los diferentes estudios. Es una cuestión importante al pretender evaluar el consumo de frutas y verduras en Europa. Teniendo en cuenta que muchos países elaboran con regularidad informes sobre consumo de frutas y verduras, una normalización de la metodología mejoraría significativamente la comparación de datos entre los diferentes países.

La medición del consumo de frutas y verduras

Hay diferentes maneras de medir el consumo de alimentos. Los registros de alimentos y memorias dietéticas (p. ej. entrevistas y cuestionarios) son medios para obtener información sobre los hábitos alimenticios de cada persona. Asimismo, el gasto familiar y la media del suministro de alimentos, basado en las estadísticas nacionales, también pueden utilizarse para estimar el consumo.

Los diferentes métodos tienen en cuenta diferentes aspectos y la exactitud varía entre ellos. Por ello, los datos obtenidos con diferentes métodos no pueden compararse directamente. Las autoridades estatales han seleccionados unos modelos de métodos para sus estudios dietéticos, sin emplear ningún método de comparación internacional (8).

La falta de datos comparativos sobre el consumo de alimentos será tratada por el EU Menu, un estudio pan- europeo sobre el consumo de alimentos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) que utiliza unos métodos normalizados para la recopilación de datos. El estudio de 5 años empezará a principios de 2012 (9).

Recomendaciones

La definición de frutas y verduras no sólo es importante para obtener unos datos precisos y comparables sobre el consumo, sino que también es crucial para las recomendaciones de consumo y sus posibles consecuencias en el consumo de la población.

La OMS recomienda consumir ≥400 g de frutas y verduras por día sin contar patatas y tubérculos de almidón como mandioca (10). En Europa las recomendaciones varían de unos países a otros. En general, están en línea con las recomendaciones de la OMS, pero algunos países establecen unos niveles mayores p.ej. ≥600 g por día en Dinamarca (7).

El consumo de frutas y verduras en Europa

La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) proporciona datos sobre el suministro de alimentos basados en datos de agricultura que indican los métodos de consumo de alimentos al nivel nacional.

Según los datos de la FAO, el suministro de verduras (excluyendo patatas y legumbres) en Europa ha crecido en las últimas cuatro décadas. Asimismo, podemos apreciar la pendiente del norte al sur; en Europa del Norte el suministro de verduras es menor que en el Sur de Europa. Por ejemplo, en Finlandia el suministro medio es de 195 g por persona por día, lo que equivale a 71 kg por persona al año, mientras que en Grecia tiene un suministro medio de 756 g por persona por día (276 kg por persona al año) (11).

¿Cuál es el consumo familiar de alimentos?

Las autoridades estatales recopilan con regularidad los datos sobre el consumo familiar de alimentos mediante los informes de presupuesto familiar. Se ha hecho un gran esfuerzo para recopilar y modular estos datos de entre varios países europeos (recopilados en distintos momentos), para posibilitar la comparación.

Los datos del consumo familiar dicen que el consumo total de verduras (excluyendo patatas y legumbres) oscila entre los 284 g por día en Chipre y los 109 g por día en Noruega. Estos países también tienen el mayor y el menor consumo de verduras frescas, respectivamente. Es interesante que Chipre tenga el consumo más bajo (4 g por día) de verduras procesadas (congeladas, en lata, encurtidos, secos y en platos pre-cocinados pero excluyendo patatas). El mayor consumo de verduras procesadas se registró en Italia con 56 g al día (12).

Los datos de consumo familiar de frutas y verduras indican que la disponibilidad de frutas y verduras por familia es satisfactoria en algunos países de Europa del Sur y que en varios países la disponibilidad de frutas es mayor que la de verduras.

¿Qué dicen los informes alimenticios?

La EFSA ha recopilado datos de consumo de alimentos nacional basándose en informes alimenticios para acceder así al consumo de alimentos en Europa. Los ajustes de los datos recopilados permiten un cierto nivel de comparación (13).

Estos datos revelan que el consumo promedio de verduras (incluyendo legumbres y nueces) en Europa es de 220 g por día. El consumo medio de frutas es de 166 g por día, lo que significa que el consumo medio de frutas y verduras es de 386 g por día. Asimismo, los datos revelan que el consumo de verduras en el sur de Europa es más alto que en el norte, y que las regiones con el mayor consumo de frutas son las del centro y este de Europa seguidas por las del sur (13).

Solamente Polonia, Alemania, Italia y Austria han cumplido con la recomendación de consumir ≥400 g de fruta y verdura por día. Si incluimos los zumos de fruta y verdura, Hungría y Bélgica también cumple con los niveles recomendados (11). Es preciso añadir que el estudio incluye datos de sólo un país del sur de Europa, es decir Italia.

Los datos sobre el consumo de fruta y verdura entre los niños europeos son bastante limitados, pero un estudio sugiere que 6-24% de niños europeos cumplen con la recomendación de la OMS. El consumo promedio de verdura era de aproximadamente 86 g por día y el consumo medio de fruta de 141 g por día. Al combinar fruta y verdura, el mayor consumo se ve en Austria y Portugal y el más bajo en Islandia y España. El tipo de verduras consumidas varía dependiendo de la zona geográfica. En el norte, el consumo de verdura cruda era mayor, mientras que las sopas de verduras era la principal fuente de verduras en el sur.

Insuficiente consumo de frutas y verduras en Europa

La OMS estima que en más de la mitad de países de la Región Europea de la OMS el consumo es inferior a 400 g por día de fruta y verdura, y que en un tercio de los países el consumo medio es inferior a 300 g por día (8). El análisis de la EFSA basado en los informes alimenticios sugiere que los niveles recomendables se cumplen tan sólo en 4 de los estados miembros de la UE participantes.

Enfermedades relacionadas con el bajo consumo de frutas y verduras

Conforme a las estimaciones expuestas anteriormente, la mayoría de los europeos no cumple con las recomendaciones de la OMS sobre el consumo de frutas y verduras. Dado que el consumo de las cantidades recomendadas de estos alimentos ayuda a mantenerse sano y prevenir enfermedades, cabe esperar que un bajo consumo afecte negativamente a la salud.

Para hacernos una idea de la magnitud del problema se ha intentado estimar la contribución que tiene un bajo consumo de fruta y verdura en el desarrollo de enfermedades. El análisis más reciente de la Unión Europea (UE) es de 1997. En aquel momento, se estimó que un 8,3% de las enfermedades en los países de UE-15 se podría atribuir a una alimentación inadecuada, incluyendo el bajo consumo de frutas y verduras siendo causa de un 3,5% de enfermedades (14). La OMS estimó que un 2,4% de las enfermedades en la Región Europea de la OMS se debía al bajo consumo de frutas y verduras en 2004 (Tabla 1) (15).

Tabla 1 - Los 10 principales factores de riesgo para la salud y su contribución relativa al desarrollo de enfermedades (desde (15))

Factor de riesgo                                      Enfermedades (%)
1. Consumo de tabaco                                    11.7.
2. Consumo de alcohol                                    11.4.
3. Alta tensión sanguínea                                 11.3.
4. Sobrepeso y obesidad                                   7.8.
5. Colesterol alto                                                5.9.
6. Falta de actividad física                                  5.5.
7. Azúcar alta en sangre                                    4.8.
8. Bajo consumo de F&V                                   2.4.
9. Riesgos laborales                                          1.7.
10. Uso de drogas ilegales                                1.6.

El beneficio más destacado del consumo de fruta y verdura es la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero el consumo de frutas y verduras puede igualmente disminuir el riesgo de ciertos tipos de cáncer (16).

La OMS ha estimado que un consumo insuficiente de frutas y verduras provoca cerca de un 14% de muertes por cáncer gastrointestinal, cerca de un 11% de muertes por cardiopatía isquémica y un 9% de muertes por derrame cerebral en todo el mundo (15).

Determinantes

En cuanto a los hábitos alimenticios en general, el consumo de frutas y verduras se ve influido por un gran abanico de factores; factores en nuestro ámbito físico, social y cultural al igual que factores personales, como preferencias de sabor, nivel de independencia y conciencia de salud. Muchos de estos factores cambian a lo largo de la vida.

Ingresos y educación

Hay muchos estudios que apoyan una relación entre el nivel de ingresos y el consumo de fruta y verduras; los grupos de ingresos bajos suele consumir menores cantidades de frutas y verduras que los grupos de ingresos más altos (17). Pero ¿por qué pasa eso?

Un alto costo puede repercutir negativamente en los niveles de consumo de frutas y verduras (18). Eso no sólo se refiere a los grupos de ingresos bajos. Las personas con ingresos más altos perciben igualmente el precio como una barrera para el consumo de estos alimentos. No obstante, este factor suele ser más impotente para los que ganan menos (19). Por ello, los recursos parecen ser sólo uno de varios factores mediando el efecto que tiene el nivel de ingresos sobre el consumo de frutas y verduras.

Los adultos con mejor educación consumen más verduras. Aparte del aspecto económico mencionado - mejor educación normalmente significa mayores ingresos - lpodría estar relacionado con mayor conocimiento y conciencia sobre los hábitos de una alimentación sana entre los que presentan un mayor nivel de educación. Asimismo, parece que ciertos valores, ideales e influencias sociales vinculados a la educación y nivel de ingresos influyen nuestros hábitos alimenticios, incluyendo el consumo de fruta y verdura.

Sexo y edad

En general, las mujeres y niñas consumen mayores cantidades de frutas y verduras que los hombres y niños (17,21–23). Éste suele ser también el caso de niños antes de llegar a la edad de escolarización (24), por ello la diferencia de sexos ya se aprecia a una edad en la que la educación no parece tener ninguna repercusión.

No hay una respuesta sencilla a la pregunta de por qué las mujeres consumen más frutas y verduras que los hombres. La estruct
ra social vinculada al papel tradicional de hombres y mujeres en la sociedad puede ser una de las explicaciones (22). También se ha sugerido que a las mujeres les gustan más las frutas y verduras y por ello consumen más. No se sabe sin embargo por qué es así.

La edad también parece influir en el consumo de frutas y verduras. En caso de niños y adolescentes, el consumo tiende a disminuir con la edad (23). En el caso de los adultos, la relación entre la edad y el consumo es inversa, p.ej. los niveles de consumo incrementan con la edad. Entre las explicaciones posibles se incluyen adquisición de mayores ingresos y conocimientos con la edad, y hábitos sociales y estímulos, p.ej. en qué tipo de actividades participan las personas, hábitos sociales de alimentación e ideas relacionadas con la comida y el tiempo dedicado a cocinar.

Accesibilidad y disponibilidad

La disponibilidad de una variedad de frutas y verduras de apariencia atractiva durante todo el año afecta positivamente al consumo de frutas y verduras, especialmente en los que tienen un estatus socioeconómico más alto (19). Del mismo modo, la disponibilidad y el acceso a frutas y verduras en casa es importante para el consumo tanto entre niños como entre adultos (19, 23, 25). Por otro lado, la carencia o el suministro limitado de fruta y verdura (p.ej. poca variedad en comedores o tiendas locales y la baja calidad) han sido considerados obstáculos para el consumo de estos alimentos. (18).

Factores familiares y apoyo social

El apoyo social parece mejorar el consumo de fruta y verdura (26) y los factores familiares influyen el consumo de frutas y verduras entre niños, adolescentes y adultos.

En adultos, especialmente hombres, el hecho de estar casado influye positivamente en el consumo de frutas y verduras (19, 22). Parece que las mujeres influyen positivamente en la frecuencia, cantidades y variedad de consumo de frutas y verduras en sus maridos (19). En general, los factores familiares parecen ser más fuertes en hombres que en mujeres. Parece estar relacionado con sus papeles tradicionales en el hogar; las mujeres se ocupan de cuestiones relacionadas con la salud y compran y preparan la comida más a menudo que los hombres (19, 22).

Los niveles de consumo de fruta y verdura en los niños dependen del consumo de sus padres (24). Asimismo, existe una relación entre reglas familiares y el consumo de verduras por los niños. La presión en los niños para consumir fruta y verdura no tiene ningún efecto positivo en el consumo. No obstante, el consumo puede aumentar si los padres dan buen ejemplo y animan a los niños para comer frutas y verduras (27). Los hábitos de comidas familiares, sobre todo comidas compartidas, también aumentan el consumo de frutas y verduras en los niños (23, 24). La disponibilidad en casa y otros factores en el entorno compartido, al igual que la predeterminación genética (preferencias alimenticias innatas) pueden explicar el vínculo de entre el consumo de padres e hijos (24).

Los hábitos alimenticios adquiridos en la infancia parecen ser predictivos para los niveles de consumo en la madurez. Cuanto antes se introduzcan verduras en la dieta de los niños más probable será que sus niveles de consumo sean altos en la edad pre escolar (24). Las personas que han consumido muchas frutas y verduras en la infancia continúan siendo buenos consumidores.

Preferencias

La preferencia alimenticia es uno de los factores relacionados con el consumo de frutas y verduras (23, 25). Al principio, cuando se empieza a introducir comida sólida, al niño parece que no le gustan ciertos alimentos, pero una alimentación repetida puede mejorar este estado. Dado que muchas de las verduras tienen un sabor ligeramente amargo, el niño probablemente tendrá que probarlas más frecuentemente que otros alimentos antes de aceptarlas.

Quizá no será muy eficaz que los padres presionen u ofrezcan premios a sus hijos para que tomen frutas y verdura. Normalmente, tales estrategias resultan en aún mayor aversión. Dar a los niños una variedad de alimentos, sabores y texturas, ser pacientes y servir de manera repetida la comida que, al principio parece no gustarles, enseñar con el ejemplo y animarles son estrategias mucho más adecuadas (29).

Aunque en gran medida las preferencias alimenticias desarrolladas en la infancia (30) cambian a lo largo del tiempo y pueden ser modificadas en la madurez. En cuanto a los niños, una alimentación repetida puede reducir la neofobia alimenticia p.ej. ser reacio a probar nuevas comidas, también entre adultos (31).

Conocimiento

Hay amplios debates sobre hasta qué punto influyen en lo que comemos nuestros conocimientos sobre nutrición y la conciencia de recomendaciones y se han buscado explicaciones al hecho de que algunos grupos comen más sano que otros. Entre los factores psico-sociales, el conocimiento en nutrición es uno de los predicadores más importantes para el consumo de frutas y verduras (26). La falta de habilidades para preparar frutas y verduras para su consumo es otro factor que puede constituir un obstáculo para la adquisición y el consumo (18).

A menudo suelen haber diferencias en el conocimiento de nutrición entre sexos, estando las mujeres mejor informadas que los hombres. Asimismo, los hombres suelen ser menos conscientes de las recomendaciones alimenticias y los riesgos relacionados con los malos hábitos alimenticios (32), mientras que las mujeres están mucho más dispuestas a asociar una buena alimentación con una mayor ingesta de fruta y verdura (6).

Factores psicológicos, actitudes, creencias y barreras percibidas

Las actitudes y creencias sobre frutas y verduras influyen en el nivel de su consumo (26). Hay pruebas de que la auto-eficacia (creencia sobre la habilidad de uno en realizar tareas, conseguir metas etc.) es un importante predicador del consumo en los adultos (23, 26). La autoestima también influye positivamente en el consumo de verduras (20) al igual que los valores de salud que se perciben en frutas y verduras (32).

La gran mayoría de los ciudadanos de la UE considera que lo que comen es bueno para su salud, un 20% incluso declara que sus hábitos alimenticios son muy sanos. La mayoría de los europeos creen que es fácil llevar una dieta sana y que comer sano significa comer más fruta y verdura (6). Teniendo en consideración lo que sabemos sobre los hábitos alimenticios de los europeos y su consumo de frutas y verduras, estas declaraciones parecen sorprendentes. No obstante, se sugiere que una importante barrera en el consumo de frutas y verduras es que las personas creen que su dieta es satisfactoria (17).

La falta de tiempo y de control sobre lo que comen, son dos de las principales razones que los europeos aportan para explicar la dificultad de llevar una dieta sana (6). La falta de tiempo para comer frutas y verduras es una cuestión compleja. Por ejemplo, hay indicios que señalan que las frutas son consideradas alimento conveniente mientras que las verduras no. Para los europeos, un horario laboral irregular y un estilo atareado de vida son percibidos como barrera para el consumo de verduras. Las personas que consumen poca fruta y verdura consideran que los factores de comodidad, es decir, la disponibilidad de tiempo para la preparación de comida y compra, disponibilidad de tiendas y simplicidad de cocinar, tienen mayor importancia para su consumo que los que consumen más (31).

Creciente consumo de verduras

En 2006, 1 de cada 5 europeos declara haber cambiado su alimentación en el último año. De entre ellos, más de la mitad ha declarado haber aumentado su consumo de frutas y verduras. El control de peso y salud fueron las razones del cambio en la alimentación en la mayoría de los casos. En la región del Mediterráneo, menos personas declararon haber incrementado el consumo de frutas y verduras. Por el otro lado, un 70% de gente en Dinamarca y Eslovenia cambiaron su dieta declarando haber aumentado el consumo de estos alimentos. Las personas en países con un consumo relativamente alto de frutas y verduras podrían estar más dispuestas a considerar su consumo de frutas y verduras como suficiente (6).

Intervenciones - ¿qué es efectivo?

Los factores que influyen en el consumo de frutas y verduras son muchos y se vinculan entre si de forma compleja. Como consecuencia, los cambiantes hábitos de consumo siguen siendo un reto, especialmente al nivel de población. Diferentes programas de intervención que abordan los bajos niveles de consumo de frutas y verduras, han adoptado diferentes estrategias con diferente suerte.

Niños

Los hábitos y preferencias alimenticias se forman en gran parte en la infancia y, por tanto, muchas iniciativas para incrementar el consumo de fruta y verdura van dirigidas a los niños. Sin embargo, la triste verdad es que a pesar de un gran número de intervenciones e intensos esfuerzos, el impacto en los niveles de consumo ha sido más bien limitado (18). No obstante, podemos apreciar algunos elementos de éxito.

Muy a menudo los proyectos dirigidos a aumentar el consumo de frutas y verduras de los niños se realizan en centros escolares. La introducción de programas en escuelas garantiza una mayor participación y crea oportunidades para combinar diferentes tipos de actividades, como un aprendizaje tradicional en el aula, horticultura en centro escolar, clases de cocina y comidas (33).

Para maximizar los efectos, las intervenciones en centros escolares deben consistir en numerosas actividades diferentes. Cuanto más intensa y multifuncional sea la intervención, mayor aumento en el consumo (34). Las actividades dirigidas a la adquisición de habilidades, como las clases de cocina, son más efectivas que un enfoque escolar pasivo (18, 33). La duración también es importante, siendo los más eficaces los programas que duran por lo menos un año.

Repartir frutas y verduras al igual que implicar a los padres, profesores y compañeros también mejora los resultados de las intervenciones en centros escolares. La implicación de los padres es muy importante ya que el consumo y el ánimo de los padres y la disponibilidad de frutas y verduras en el hogar son factores que influyen fuertemente en el consumo de los niños (35). Un estímulo activo por parte del personal de los comedores escolares, formación y participación de los lideres del grupo y el uso de personajes de dibujos animados son también elementos positivos en los programas de intervención sobre el consumo de frutas y verduras para los niños. Introducir mensajes sobre frutas y verduras en los temas de programación escolar existentes, también puede ser de ayuda.

Adultos

Entre las estrategias de intervención sobre el consumo de frutas y verduras para adultos las que más efectos causaron fueron las que incluían algún tipo de asesoramiento cara a cara. El problema es que los enfoques individualizados requieren grandes recursos y por ello, son muy difíciles de aplicar en intervenciones con un enfoque en gran parte de la población. La información individualizada a medida o basada en datos del ordenador, puede ser una buena alternativa para el asesoramiento cara a cara, ya que los mensajes pueden ser adaptados a las necesidades individuales, actitudes etc.

A menudo se realizan intervenciones con adultos en su lugar de trabajo. Estas intervenciones, para ser efectivas, deben consistir en diferentes estrategias, lo que suele subir sus cotes. También es necesaria la colaboración con los directivos de la empresa, al igual que con otras partes implicadas para que las intervenciones en el lugar de trabajo sean exitosas. Parece difícil reclutar y mantener participantes en estos proyectos, lo que puede ser la razón del porqué dichas intervenciones han tenido poco éxito hasta el momento. El tiempo y el esfuerzo que se requiere de los trabajadores y sus encargados parecen ser un obstáculo para su éxito (18). Otra estrategia importante es establecer estructuras de apoyo que permitan mantener el esfuerzo a largo plazo. La participación de los trabajadores en el planeamiento y desarrollo del programa, abordar las barreras existentes e integrar los trabajadores en un amplio contexto social incluyendo también a sus familiares, vecinos etc. son algunos de los medios para obtener mejores resultados (34).

También hay más amplios programas comunitarios sobre el consumo de frutas y verduras. A menudo, ha sido difícil evaluar la efectividad de los mismos (18). Sin embargo, se han identificado algunos elementos de éxito de los programas comunitarios. En cuanto a los programas en el entorno escolar y laboral, parece que la estrategia que incluye varios componentes es la adecuada para aumentar el consumo de frutas y verduras (18, 36). Unos mensajes claros sobre frutas y verduras, participación de familiares y el uso de un marco teórico como base para la intervención también han demostrado sus ventajas. La flexibilidad y la participación de la población a la que va destinada la intervención en el diseño de la misma también promueven unos buenos resultados, siendo importante la duración del programa (36).

El resultado promedio de las intervenciones dirigidas al aumento de consumo de fruta y verdura entre adultos es de aproximadamente media ración más al día (18).

Iniciativas en Europa

Teniendo en cuenta la contribución que tiene el bajo consumo de fruta y verdura en el desarrollo de enfermedades, las acciones al nivel estatal dirigidas para aumentar el consumo de frutas y verduras son bastante comunes.

La mayoría de países de Europa occidental y países nórdicos afrontan la cuestión del insuficiente consumo en sus políticas nutritivas nacionales e incluyen la promoción de frutas y verduras como uno de sus objetivos. Asimismo, en los países de Europa el Sur, a pesar de tener unos niveles más próximos a los recomendados, el consumo de frutas y verduras es parte de sus políticas nutritivas (8). Un ejemplo de estrategias implementadas al nivel estatal para aumentar el consumo de frutas y verduras de la población en general es una campaña de 5 días realizada en varios países europeos. En Dinamarca, donde el consumo de frutas y verduras es bastante bajo, hay una campaña de 6 días (11).

El Plan de consumo de frutas y verduras en las escuelas de la UE

Un mayor consumo de fruta y verdura es uno de los objetivos destacados en el Libro Blanco de la Alimentación de la Comisión Europea desde 2007 (37), que entre otros temas trata la obesidad infantil en Europa. En las observaciones finales del Libro Blanco se expone que "el Plan de consumo de frutas y verduras en las escuelas podría ser un paso en la dirección adecuada". Eso se ha convertido en una realidad, y en el año 2009/2010 se inició un plan para toda la UE de suministrar frutas y verduras a los niños en las escuelas (38).

"El Plan de consumo de frutas y verduras en las escuelas" toma en consideración varios aspectos identificados como factores de éxito en otros programas desarrollados en las escuelas: es un programa de largo plazo que suministra frutas y verduras gratis y anima a los niños para que el consumo de fruta y verdura forme parte de su estilo de vida. Este incluye la participación de niños, profesores y padres. Asimismo, supondrá la participación de asociados de los sectores de la sanidad pública, educación y agricultura y su efectividad será monitorizada de forma continua para mejorar estrategias del programa (38).

"El Plan de consumo de frutas y verduras en las escuelas" está parcialmente financiado por la Comisión Europea, pero los estados participantes también deben contribuir. Los fondos de la Comisión están destinados a animar a realizar actividades adicionales, dentro o aparte de los programas existentes. Además del suministro de frutas y verduras, se realizarán actividades educativas y de concienciación para enseñar a los niños la importancia de los buenos hábitos alimenticios.

Iniciativas nacionales para promoc
onar el consumo de fruta y verd


Redacción THE FOOD TECH®

Equipo editorial de The Food Tech conformado por periodistas especializados en la industria de alimentos, tecnología, negocios, tendencias, nutrición y packaging.

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