La obesidad es una enfermedad multifactorial y, por lo tanto, difícil de fragmentar en partes iguales. Énfasis Alimentación presenta un esbozo del panorama actual en México, acompañado de las opiniones de expertos en la materia. Una de las entrevistadas, la doctora Rossana Alcaraz Ortiz, ex Presidente de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad, expresó: hace unos años se pensaba que el problema de obesidad era sólo estético; hoy se reconoce que disminuye la esperanza de vida.
En noviembre de 2005 la OMS señaló: El sobrepeso y la obesidad se han incrementado en México en todos los grupos de edad, sexo, y clases sociales, con predominio en las zonas urbanas. Y en septiembre de 2010, se acentuó una realidad: la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) dio a conocer, a través del informe La obesidad y la economía de la prevención, que en este país 30% de la población tiene obesidad y 70% sobrepeso.
Previamente, en enero de 2010, Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de México, firmó el Acuerdo Nacional para la Salud Alimentaria. El convenio manifestó que la prevalencia de obesidad en el país durante los últimos 20 años había crecido de forma inusitada (siete de cada 10 adultos y alrededor de tres de cada 10 escolares y adolescentes tienen un peso excesivo), es decir: 70% de los adultos en México están excedidos de peso, así como cuatro millones y medio de niños entre los cinco y los 11 años, indicó la presidencia.
El compromiso a nivel nacional derivó en varias estrategias que a través de distintos canales tienen el fin de revertir el sobrepeso y la obesidad. Pues según datos de la Secretaría de Salud (SSA), la obesidad genera un gasto al sector, por las enfermedades que conlleva, de más de 42 mil millones de pesos, y otros 27 mil millones por gastos indirectos debido a incapacidades como consecuencia de las complicaciones. Asimismo, se previó que en siete años más, el gasto por obesidad ascenderá a 140 mil millones de pesos, que equivale a todo el presupuesto de las Secretarías de Salud federal y estatales.
¿Perfil nacional?
La obesidad es un problema multifactorial y por lo tanto difícil de fragmentar en partes iguales. No obstante, se reconoce que se debe a un exceso en la ingestión de calorías, que en comparación con las que se desgastan genera un desbalance alimenticio y normalmente es acompañado de un estilo de vida bajo o carente de actividad física. Sólo el 15% de las mujeres mayores de 25 años y sólo el 25% de los hombres, del mismo rango de edad, hacen ejercicio, afirmó el Secretario de Salud de México, José Ángel Córdova Villalobos. También agregó: es preciso cuidar los hábitos alimenticios y preparar los alimentos de una manera que no favorezcan estos ambientes obesogénicos; los alimentos industrializados deberán también contar con este cambio.
La combinación de factores personales, grupales y del entorno, en conjunto, es la causante de esta problemática, refirió Adriana Quintero, Ex Presidente de la Asociación Mexicana de Nutriología A.C. (AMENAC), al señalar que, sin embargo, esta situación es el resultado de no actuar a tiempo y no prever que los cambios en el estilo de vida de la población llevarían a un desequilibrio entre el gasto y el consumo energético que, en resumen, es el origen de la obesidad. Ante el panorama, la especialista sugiere medidas integrales, interdisciplinarias y urgentes, que deben permear en la población y que se relacionan con aspectos culturales y educativos. Entre esos aspectos se encuentran los de promover el consumo de verduras, frutas y agua potable; modificar aquellos productos industrializados que tengan alta densidad energética, aporte exagerado de grasa, sodio y azúcares simples; generar un marco regulatorio que facilite la implementación de todos estos programas e incentive su cumplimiento; y ampliar y mejorar la capacitación del personal de salud para el tratamiento adecuado para la población con obesidad, diabetes, hipertensión y otros padecimientos relacionados.
Según la perspectiva de Manuel López-Cabanillas Lomelí, integrante del Cuerpo Académico de Nutrición, Obesidad y Enfermedades Relacionadas (CANOYER) de la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la Universidad Autónoma de Nuevo León, México, las acciones que se deben emprender son múltiples y deben llevarse a cabo con la participación de todos los actores involucrados en el problema. La primera medida, dijo, debe ser tomada en la familia, que es donde puede influirse positivamente a edades tempranas de la vida, mientras que la promoción de la salud con especial énfasis en la prevención del sobrepeso y obesidad es crucial para crear una conciencia en la sociedad. Las políticas nacionales deben ser encaminadas no sólo hacia asegurar la disponibilidad de alimentos, sino también al acceso de una alimentación que sea segura, culturalmente aceptable y nutricionalmente adecuada, acompañadas de programas que brinden a la población los elementos esenciales para que realice un adecuado consumo de alimentos y, por consiguiente, de calorías, sentenció.
En otra opinión, la doctora Rossana Alcaraz Ortiz, Ex Presidente de la Academia Mexicana para el Estudio de la Obesidad, refirió que hoy día, de cada 10 mexicanos mayores de 20 años, tres tienen obesidad. La especialista informó que hemos llegado a esta situación debido a la mayor accesibilidad de alimentos, sobre todo de los denominados alimentos súper-súper energéticos, los cuales se incorporaron rápidamente a los gustos y costumbres de la población. Además de que los cambios económico-sociales implicaron modificaciones en la actividad ocupacional. Antes la mayoría de los trabajos requerían un esfuerzo físico, mientras que hoy se incrementaron los empleos con menor actividad, llegando incluso a ser casi sedentarios. A esto se suma la urbanización de las ciudades que limitan la actividades físicas, los cambios en los patrones de recreación, principalmente en niños y adolescentes, dadas por las condiciones de inseguridad en que se vive, priorizándose actividades como ver televisión, juegos de video o permanecer frente a la computadora. Uno de los problemas principales de las personas con sobrepeso es que comen inadecuadamente, además de que lo hacen sin saber si tienen hambre o si lo necesitan. Cabe destacar que nuestros abuelos vivieron una época de desnutrición materno-infantil y cometieron el error de obligar a sus hijos a comer, como una respuesta a los periodos de pobreza extrema que vivieron. Sabemos que cuando se obliga a comer a los niños se rompe la relación hambre saciedad, que en un futuro condiciona la obesidad de los individuos. La especialista mencionó que, ante ello, en México la COFEPRIS y la industria han buscado eliminar las grasas trans y disminuir la cantidad de sodio y azúcares dentro de los productos.
La nutrióloga Mónica Hurtado compartió que parece fácil decir que la solución radica en quitar del mercado todos los alimentos que no cumplan con los lineamientos para el expendio y distribución de alimentos con que cuenta actualmente México; que se obligue a toda la población a realizar al menos 30 minutos al día de actividad física; que se prohíba ver más de 30 minutos diarios el televisor y que no existan los videojuegos. Lo antes mencionado parece imposible, sin embargo, creo que será necesario implementar alguna política pública que haga partícipes en responsabilidad a cada persona, pues de lo contrario la calidad de vida se verá mermada y los servicios de salud económicos colapsarán ante el problema de la obesidad. Y mencionó que otro factor a considerar, que ha transgredido el estilo de vida, es la ausencia de la madre para tomar decisiones de compra y consumo de alimentos ante el nuevo rol de la mujer trabajadora, hecho que transformó la dinámica de la vida del hogar. Asimismo, el sedentarismo, por el fácil acceso a los medios de transporte, la inseguridad y el mal uso de la tecnología.
A decir del psicólogo Luis García, el problema de la obesidad tiene diferentes ángulos de investigación, incluso la depresión y la ansiedad, como factores que llevan a las personas a descuidar su alimentación aun a pesar de ser conscientes del daño auto infringido. El consumo excesivo de la comida al igual que cualquier otro tipo de adicción tiene causas fisiológicas, psicológicas y sociales. En toda actividad placentera como lo es el comer, se ven involucrados los sistema de recompensa cerebrales los cuales liberan dopamina generando una sensación de placer y de refuerzo en la persona motivando a seguir ingiriendo grandes cantidades. Aunado a ello, el profesional describió que en la psicología del mexicano no existe la prevención de las enfermedades como una prioridad, por lo que incluso es común que éste recurra al médico cuando la enfermedad está avanzada, siendo el caso de la persona que comienza a cuidar su peso cuando es diagnosticada como pre diabética o diabética.
Perspectiva futura
Adriana Quintero: Las proyecciones no son optimistas. En los años siguientes, en el mejor de los casos, lograremos disminuir la tasa de crecimiento del problema. Los programas gubernamentales, la promoción de una vida más activa, modificar los patrones de consumo hacia una alimentación correcta, la detección y acción temprana en el diagnóstico de sobrepeso, obviamente son fundamentales, pero de nada servirán si las decisiones personales siguen siendo equivocadas. Y para esto la educación de la población es el paso inicial.
Rossana Alcaraz Ortiz: Hace unos años se pensaba que el problema de obesidad era sólo estético; hoy se reconoce que disminuye la esperanza de vida de las mujeres seis años y a los hombres siete. La tendencia de la década de los 50s hasta ahora ha sido que cada año ganamos más tiempo de vida, debemos tener intervenciones muy claras y trabajar en ellas para mantener los años ganados con una alta calidad.
Mónica Hurtado: Existen dos posibilidades: o se toma conciencia y replanteamos un estilo de vida saludable o nos adaptamos al ambiente obesogénico para sobrevivir. Los planes de alimentación tendrán que ser sustanciosos en nutrimentos y con poca azúcar, sal y grasa, que permita consumirlos de manera adecuada sin que se refleje en exceso. Y por supuesto que exista un control y un autocuidado de la salud.