La industria de alimentos y bebidas asume el reto de la economía circular, la cual promueve cambios disruptivos en el uso de agua en los procesos productivos agroalimentarios orientados a considerar las aguas residuales como una fuente de recursos en lugar de un problema.Para el año 2050 se estima que habrá 10,000 millones de personas en el mundo; para poder alimentar esta población se prevé que la producción de alimentos a nivel global se debe incrementar un 60%.
Lo que supone un incremento de casi el 20% en el uso de agua en agricultura, además, un tercio de los alimentos que se producen no son finalmente consumidos lo que implica desperdiciar todos los recursos ocultos empleados para su obtención.
En ese sentido, Andrés Pascual, responsable departamento de medio ambiente, bioenergía e higiene industrial de AINIA,indicó que el modelo actual de producción y consumo de alimentos todavía tiene mucho de lineal usando recursos como el agua y otras materias primas como si fueran infinitos, y transformarlos poco después de ser extraídos en residuos, lo que supone un grave problema de sostenibilidad que debemos cambiar a través de modelos circulares mucho más eficientes.
La industria alimentaria, consciente de que una gestión sostenible del agua resultará esencial en el futuro, ha asumido el desafío como uno de sus objetivos prioritarios hasta el 2030 en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS de Naciones Unidas.
La innovación y la tecnología son los principales propulsores del desarrollo de la economía circular para poder salvar las barreras de tipo económico, higiénico, normativo, etc., proponiendo soluciones que permitan a las empresas cambiar el modelo lineal por un modelo circular.
Por esta razón, AINIA presentó en el marco del III Seminario Técnico Internacional Economía Circular en la Gestión del Agua de las Industrias Agroalimentarias, 10 medidas para avanzar en el impulso de la economía circular en la gestión del agua:
1. Promover el aprovisionamiento sostenible de materias primas con un uso responsable y eficiente de agua. Las industrias empiezan a exigir certificaciones de sostenibilidad a los grandes proveedores de commoditites alimentarias y a colaborar con pequeños agricultores y ganaderos en buenas prácticas ambientales.
2. Reducción del uso de agua mediante el eco(re)diseño de las instalaciones y mejora de procesos productivos. Haciendo limpiables las líneas de procesado se consiguen ahorrar agua, energía o productos químicos.
3. Reutilizar/reciclar el agua dentro de fábrica, en ciclo cerrado u otros puntos de la planta, y recuperar agua y el resto de recursos de materias primas u otras corrientes líquidas, interna o externamente. Por ejemplo, recuperando agua de la leche en fábricas que producen leche en polvo y luego reciclarla par usarla en procesos productivos.
4. Regenerar y reutilizar el agua depurada a final de línea, y recuperar recursos de los lodos de depuración. Riego de parcelas agrícolas anexas a las industrias con aguas depuradas según normativa en vigor.
5. Medir a través de la huella hídrica y/u otros indicadores como herramientas de mejora y comunicar los logros alcanzados participando en acuerdos voluntarios sectoriales. El sector de bebidas refrescantes es modélico en la definición de objetivos sectoriales en el ámbito del agua.
6. Desarrollar proyectos de compensación hídrica devolviendo un volumen de agua equivalente al consumido en los productos.
7. Maximizar la eficiencia energética y el uso de fuentes de energía renovables. Desde optimizar el consumo energético en los tratamientos de depuración como valorizar en forma de biogás corrientes de alta carga orgánica y auto-consumirlo.
8. Promover la economía colaborativa, simbiosis industrial y otros nuevos modelos de negocio. Compartir depuradora, entregar residuos líquidos orgánicos a depuradoras municipales para co-digestión con sus lodos de depuración, etc.
9. Optimizar el uso del agua a través de soluciones 4.0. Algoritmos para optimizar el funcionamiento de las instalaciones de tratamiento u optimizar los consumos en fábrica.
10. Apostar por la investigación, el desarrollo y la innovación. Desarrollo de nuevas alternativas que garanticen un reciclado o reutilización de corrientes eficiente y seguro desde el punto de vista de la higiene.
Finalmente, Andrés Pascual, puntualizó: "Debemos valorar la calidad del agua depurada a reutilizar y no tanto si procede de fuentes residuales ya que la tecnología nos permite conseguir la calidad que deseemos. Si todos cambiamos la mentalidad y la normativa nos ayuda en lugar de poner freno, podremos hacer realidad los cambios disruptivos asociados a la economía circular en la gestión del agua.
Fuente: AINIA Centro Tecnológico