España.- Pringles estrena imagen, pero seguirá siendo el mismo snack de siempre, ya que no cambia su original sabor o su característico sonido de “Pop”. Lo nuevo es el envase que utiliza un 18% menos de agua y ha reducido un 16% las emisiones de carbono. Asimismo, han disminuido un 16% los residuos por gramo/envase, frente a los datos de 2010.
Tampoco queda atrás su particular forma y textura, las cuales siguen intactas, manteniendo su singular ligereza y destacando que el 100% de las patatas son de producción europea, permitiendo crear un producto sin colorantes ni aromas artificiales.
El cambio de identidad llega tras varios años de desarrollo e inspirado en la historia de la marca. Desde sus inicios, la marca se propuso crear un snack que dejara a la gente boquiabierta: tanto por su forma única como por su sabor. Estos atributos son los que han convertido a Pringles en una de las marcas de snacks más consumidos.
Hacia envases sustentables
La industria tiene claro que para tener envases sostenibles se debe trabajar para ello. Pero sin dejar de lado la necesidad de conservar los alimentos y de la importancia del envase como herramienta fundamental de lucha contra el desperdicio alimentario. En ese sentido, se desarrollan soluciones enmarcadas en tres líneas de trabajo:
- Facilitar el reciclado
- Incorporar material reciclado a los materiales
- Implementar el uso de materiales compostables y biodegradables
El ecodiseño de envases como herramienta complementaria. Para que la disponibilidad actual de materiales biodegradables pueda llegar a ser suficiente para su aplicación en soluciones de mercado.
Asimismo, el uso de materiales biobasados, sean o no biodegradables, representan una solución adicional pero que no es válida para todas las aplicaciones. Sino que debe usarse de manera responsable y como complemento a otras soluciones como puede ser el uso de material reciclado.
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