En Estados Unidos, para la Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA por sus siglas en inglés) la reducción de materiales es la manera más aconsejable para disminuir los desperdicios provenientes de los envases y embalajes. Es una prioridad alta.
Definitivamente la reducción de materiales se presenta como una de las estrategias más atractivas para las empresas y el gobierno, pues implica un descenso en la cantidad de envases y embalajes desde la fuente, es decir, desde antes de su producción.
Beneficios de la reducción de materiales
Esta estrategia no es nueva, desde hace varios años las compañías han buscado la manera de reducir los materiales empleados en sus empaques principalmente para ser más competitivos, ya que esto implica en la mayoría de los casos una disminución de costos en materias primas, energía, transportación, distribución y almacenaje.
Existen distintos ejemplos de la continua reducción de espesores en prácticamente todos los materiales utilizados en la industria (los cuales en los últimos 20 años han alcanzado contracciones de más de 30%) como es el caso de las botellas de PET para bebidas carbonatadas, las latas para cerveza, las bolsas de plástico para supermercados, así como las cajas de cartón y los envases de vidrio.
Sin embargo, aunque esta estrategia indudablemente tiene muchos beneficios para las compañías y para la protección del medio ambiente, es importante que se conozcan y se tomen en cuenta sus limitaciones.
Consideraciones importantes sobre la reducción de materiales
Se trata de una acción justificable (la reducción de materiales) siempre y cuando no afecte la protección del producto. De nada sirve rebajar la cantidad de material de envase y embalaje si esto va a generar un porcentaje mayor de desperdicios al no protegerlo adecuadamente. Por ello, debe cuidarse el delicado balance entre la cantidad y la calidad.
Antes de considerar cualquier reducción es importante determinar de manera más precisa la protección que requiere la mercancía para empacarse, transportarse, almacenarse y comercializarse sin afectar su calidad; así como llegar en buenas condiciones al usuario para que éste lo consuma y disponga de él de una manera eficiente.
Aunque la estrategia suene muy sencilla y en ocasiones se piense que sólo implica la eliminación de material innecesario o la baja de volúmenes y espesores, se requiere en muchas ocasiones de la creación de materiales más resistentes, el desarrollo de nuevas tecnologías o el empleo de técnicas de diseño más sofisticadas y eficientes, para lo cual es necesario contar con recursos y personal capacitado en diferentes áreas y tecnologías.
Algunos ejemplos prácticos
Por ejemplo, una película multicapa a la cual se le quiere reducir el calibre, dicha reducción puede afectar tanto las propiedades de barrera como las propiedades mecánicas, lo cual dependerá del porcentaje de reajuste, y también de qué capa o capas se rebajarán.
Las propiedades de la barrera están directamente relacionadas con el espesor de la película por la siguiente formula:
1 = LA + LB + … Ln _
PT PA PB Pn
Donde PT = Permeabilidad total
PA-n = Permeabilidad de las capas individuales
LA-n = Espesor de las capas individuales
Si se busca reducir el calibre, pero mantener al mismo tiempo las propiedades de barrera, se necesitaría sustituir uno o varios de los materiales por otros que tuvieran una barrera más alta, aunque en algunos casos –como en el de los polímeros de barrera al oxígeno (PA, EVOH, PVDC, etcétera)–, esto podría implicar tener que utilizar otros métodos de extrusión de mayor complejidad
En el caso de las propiedades mecánicas, la rigidez está directamente relacionada con el espesor, y es especialmente importante en empaques como el stand up pouches o los empaques de llenado horizontal, en donde una baja rigidez de la película puede afectar la maquinabilidad, la funcionalidad y la apariencia.
En películas multicapa la rigidez total de la estructura es función no solamente del módulo de rigidez y del espesor de cada uno de los componentes, sino también de la posición de cada uno de ellos dentro de la estructura, como se muestra en la siguiente fórmula:
Rígidez = f( Ej , tj , Posición)
También en este caso, si se quisiera reducir el espesor de la película, pero manteniendo al mismo tiempo la rigidez del empaque, se necesitaría sustituir uno o varios de los componentes por otros que tuvieran un módulo de rigidez más alto. También se tendría que colocar en una posición dentro de la estructura que maximizara la rigidez total de la película.
Aunque en algunos casos la reducción de espesores resulte sencilla, en otros se requiere un buen conocimiento de las propiedades de los diferentes polímeros, métodos y tecnologías de conversión, así como del uso de modelos matemáticos que permitan diseñar las películas de una manera óptima.
De este modo la disminución de materiales puede hacerse sin impactar la calidad del empaque y por lo tanto sin afectar la protección requerida por el producto.
Indicadores adicionales
En adición a todo lo anterior, también es necesario mencionar que hay otros indicadores a tomar en cuenta para determinar si la reducción de materiales es justificable o no, y esto es especialmente necesario cuando se considera la sustitución de un tipo de envase o embalaje por otro.
Existen ejemplos de todo tipo, como la sustitución de envases rígidos por flexibles, de vidrio por PET, cajas de cartón por películas termoencogibles, envases de poliestireno por cartón, plásticos por materiales biodegradables, etcétera.
En todos estos casos en los que puede haber una disminución en el material de envase y embalaje, y en los que puede suponerse que se mantiene una adecuada protección del producto, también se necesita considerar cual será el impacto real de este cambio en el ambiente por medio de la medición de factores tales como la emisión total de gases de efecto invernadero (CO2, CO, metano, etcétera) y la medición del uso total de agua y energía.
Para hacer un análisis integral y poder medir cual será el impacto total de la estrategia de reducción de materiales, es necesario utilizar metodologías como las del Análisis de Ciclo de Vida (LCA) y así constatar si el impacto total del envase y embalaje es positivo para el medio ambiente.
Aunque todavía sean pocas las compañías que utilicen este tipo de metodologías, esto se incrementará más en el futuro por las crecientes regulaciones gubernamentales que tratarán cada vez más de minimizar el uso de envases y embalajes, y el consumo de agua y energía.
La relación del consumidor
Finalmente, además de considerar las implicaciones y beneficios que puede tener la reducción de materiales en la protección del producto, en los costos, en la tecnología y en el medio ambiente, también es necesario tener en cuenta la reacción del consumidor ante los cambios que se realicen.
Actualmente los consumidores están más concientes del impacto que tienen los envases y embalajes en el medio ambiente, y por lo tanto toman decisiones de compra que pueden afectar las ventas.
En una reciente encuesta realizada en el Reino Unido, se dio a conocer que 35% de los consumidores están tratando de comprar artículos que minimicen el uso de envase y embalaje. Como los detergentes líquidos concentrados y los empaques rellenables; asimismo, las presentaciones familiares son seleccionadas y favorecidas no solamente por los consumidores, también por las cadenas comerciales.
Debido a todo lo anterior, es necesario que las empresas adopten esta estrategia de reducción de materiales, no sólo para hacer cambios en sus productos actuales, sino como una práctica indispensable para el desarrollo y la innovación de los nuevos.