El envase inteligente será el reto de las marcas y productores de packaging para satisfacer las necesidades del consumidor que buscan empaques que informen, protejan y alarguen la vida del producto.
Envases del futuro
Nadie lo notará, pero, protegidos por el frío del frigorífico, los envases del futuro no se limitarán a esperar el momento de pasar de la nevera al comedor y de ahí a la basura.
Tendrán otras tareas antes de ser reciclados: alargarán la vida de los productos frescos, nos avisarán si el filete se está caducando, o evitarán que un virus pueda contaminar nuestras verduras. Todo eso pasará dentro de nuestra nevera muy pronto.
Algunos de estos envases inteligentes o activos ya están en el mercado, aunque la mayoría en Estados Unidos y Japón.
Envase inteligente y su costo
José María Lagarón, vicepresidente de la Sociedad de Ingenieros del Plástico y investigador del CSIC, es optimista: “en un año tendremos estos envases en nuestras neveras”. Y es que, a pesar de la crisis, apunta, “el costo de esta nueva tecnología se verá altamente compensado por la reducción de pérdidas que se conseguirá alargando la vida de los productos frescos”.
Tampoco duda de la inmediata llegada de los packs inteligentes Núria Herranz, responsable de Sistemas Inteligentes Avanzados de ITENE (Instituto Tecnológico de Embalaje).“Ya son una realidad, pero se está investigando en desarrollos de bajo coste para que su aplicación generalizada pueda llegar en el corto plazo”, indicó.
Packaging que hablan y actúan
La revolución tecnológica de los últimos años ha transformado el envase de mero contenedor de producto a fuente de información y herramienta básica de marketing. Pero además, ahora, incorporará funcionalidades hasta hace poco inimaginables.
Un ejemplo son los envases inteligentes, dotados de sensores que, por ejemplo, cambian de color si el producto se ha contaminado o empieza a no ser fresco.
Núria Herranz, que investiga sobre ellos en ITENE, los define como “aquellos que aportan información de valor sobre el producto que contienen: sobre si un producto perecedero se está poniendo malo o si se ha roto su cadena de frío, sobre los movimientos y procesos que ha vivido, el origen, etc".
Nanotecnología aplicado en el empaque
Un paso más allá, están los envases activos, que alargan la vida útil del producto a base de nanotecnología (que actúa a nivel de átomos y moléculas).
“Uno de los principales avances – apunta José María Lagaron, del CSIC- es el uso de nanopartículas en el plástico para impermeabilizar más el material, crear la ultra-barrera”. Así, explica, “se logra alargar la vida útil de los productos haciendo el envase más impermeable, evitando que el oxígeno entre en el interior y lo deteriore”.
Estos avances, además, permitirán que se generalicen envases hasta hace poco imposibles, como la botella de cerveza de plástico donde no se pierde ni gas ni aroma a través del envase.
Nanorecubrimientos
Otra innovación que alargará la vida de la fruta y verdura que compramos y evitará grandes pérdidas serán los “nanorecubrimientos”. Algunos se usan ya en fruta importada de alto valor, como el mango.
Como explica José María Lagarón, “el nanorecubrimiento se puede usar sobre el envase o directamente sobre el alimento. Extiende su vida útil, pero es invisible y totalmente comestible porque todo son sustancias naturales”. Así, cada una de las finísimas capas de nanorecubrimiento cumple una función: retrasar la deshidratación, evitar la maduración acelerada, etc.
Los avances no se detienen aquí, porque los nuevos envases activos también estarán dotados de elementos anti-hongos, muy indicados para carne fresca, productos en lonchas, fruta y verdura.
Rafael Gavara, investigador del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos (IATA), ha desarrollado un envase que detiene la proliferación de hongos en las fresas, una de las frutas más vulnerables, pero su costo aún sería elevado para un producto tan económico.
¿Para cuándo en el supermercado?
Aunque ya se pueden encontrar algunos envases activos para cerveza o frutos secos en el súper, su uso es aún anecdótico en España y está a años luz de Japón, EEUU o Australia. Para José María Lagarón, del CSIC, “es cuestión de un año” que tengamos estos envases en casa, ya que la Unión Europea ya ha aprobado el uso de esta tecnología y a finales de 2012 hará pública la lista de productos autorizados.
El envase inteligente también será cotidiano pronto. Según, Núria Herranz, de ITENE, diversos factores los empujarán a los lineales del súper: “En la medida en la que se exijan dispositivos de verificación de la calidad o trazabilidad, los supermercados vean una ventaja competitiva en esta información sobre los productos y los consumidores cada vez demanden saber más sobre lo que consumen, los veremos en el mercado”.