La tendencia en el diseño ecológico de envases está creciendo. La información que circula sobre la importancia del cuidado del medio ambiente y su repercusión en las decisiones de consumo de los compradores dio paso al diseño de envases que respetan al menos una de las 3R: reciclar, reducir y/o reutilizar.
De acuerdo con una encuesta internacional sobre packaging de alimentos realizada por The Nielsen Company, el 90 por ciento de los consumidores mundiales eco-conscientes están dispuestos a renunciar a ciertos aspectos o roles del envase funcional y conveniente si esta acción ayudara a mejorar la calidad del medio ambiente.
Innovación en los diseños ecológicos
La innovación en materia de desarrollo de envases encuentra su desafío en la elaboración de envases sustentables.
Una de las formas de llegar a ellos es por medio de la reducción de la cantidad de materiales que se utilizan para fabricar un objeto, aspecto que han desarrollado ampliamente las fabricantes de botellas PET, por ejemplo.
Otro medio es aplicar materiales reciclados o amigables con el medio ambiente en el diseño de los envases (un ejemplo es la nueva botella plástica de Coca-Cola Plant Bottle, fabricada en un 30% a partir de plantas). Finalmente, se pueden crear envases reutilizables.
Más allá de los materiales y de los recursos que se utilicen para la fabricación del envase sustentable, está el diseño, su forma y flexibilidad. Aquí es donde la imaginación lúdica entra en juego para crear nuevos packs llamativos y diseños ecológicos.
De contenedor a maceta
Un ejemplo es la botella plástica diseñada por Yun Sung Hwan: su base es un vaso que puede ser utilizado para beber la bebida que contiene. Una vez consumido el producto, el envase puede convertirse en una maceta: en uno de los laterales, la botella guarda unas semillas que pueden ser plantadas en su interior, y de esa forma se reutiliza algo que parecía ir directo al descarte.
Otro ejemplo es el tarro de la miel Stanley Honey, diseñado por The Partner. En su etiqueta hay una frase escrita con la que se invita al comprador a que, una vez haya terminada la miel, por ejemplo, utilice el tarro de maceta para darle un nuevo uso (ver fotos).
Lata fácil de aplastar
Choi Kwenyoung y Park Jiwoon, de la Universidad Nacional de Kongju, en Corea del Sur, diseñaron una lata redondeada con forma de espiral que facilita el aplastamiento del envase, y por ende, su deposición y recolección para le reciclado.
Las latas llevan marcados en el aluminio unos dobles en forma de espiral que ofrecen menos resistencia que el resto del packaging cuando se la quiere aplastar (ver fotos).
Empaque - percha
Steve Haslip es un diseñador inglés que creó una caja para enviar remeras por Internet que luego se convierte en percha. Las instrucciones están detalladas en el mismo empaque y parece ser simple. Este proyecto ganó el primer premio en la D&AD Student Awards 2007 (ver fotos).
Es una caja de pizza, pero también incluye los platos
La Green Box es una caja para pizzas cuya tapa posee marcas de corte que la convierten en cuatro platos. A su vez, la base de la caja se reestructura fácilmente para continuar protegiendo al producto sin necesidad de utilizar otro envase.
Aunque al fin y al cabo todo el envase será descartado, esta caja evita que se utilice agua de más para la limpieza de los platos de loza tradicional, y extiende la vida útil del envase (ver fotos).
Caja de vino que se convierte en lámpara
Diseñadas por Ciclus como regalos corporativos de Hera Holdings, una empresa de manejo de desechos ecológicos de España, estas cajas de vino se transforman en lámparas. La parte inferior de la caja contiene los conectores y accesorios (ver fotos).
Estos envases expuestos a modo de ejemplo, dan cuenta del nuevo campo que se abre en el diseño de packaging, que se asocia también al marketing del producto y su acercamiento al consumidor.