El envase biodegradable se desarrollo a base de ácido polilático (PLA), polietileno que se utiliza para hacer empaques y cuenta con propiedades térmicas, mecánicas y ópticas adecuadas.
Chile es de los mayores productores y exportadores de arándanos a nivel mundial y actualmente los envases de estos berries, conocidos como clamshell, son elaborados con resinas derivadas del petróleo.
De acuerdo a sus creadores, este material del envase biodegradable finalmente se convierte en residuo contaminante y además rápidamente desechable por su “vida corta”, explicó Johanna Castaño, investigadora de la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la Universidad de Concepción.
Envases alineados a las nuevas normativas
Dado este contexto, la industria está buscando envases alternativos, más eco amigable, así como la entrada en vigencia de nuevas normativas medioambientales que controlen el manejo de residuos contaminantes de los procesos productivos.
“En el año 2009 nació la propuesta de envases termoplásticos biodegradables para la industria frutícola nacional, gracias al interés manifestado del sector exportador chileno por cumplir con los nuevos requerimientos, regulaciones y normativas ambientales de los mercados de destino de la fruta chilena”, detalló Castaño.
Así es como la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la Universidad de Concepción, inicia el proyecto obteniendo posteriormente una formulación caracterizada y validada de un material compuesto biodegradable, en
base a ácido polilático (PLA), con propiedades térmicas, mecánicas y ópticas adecuadas. Dicha formulación se encuentra protegida bajo una patente nacional otorgada. Además de la formulación, se alcanzó un prototipo de envase biodegradable tipo clamshell a nivel laboratorio.