Gracias al diseño del envase podemos transformar al packaging en un objeto que cambia la percepción y la valoración de los consumidores.
En la era digital, donde el mundo virtual es intangible, el envase sigue siendo un elemento físico necesario en el mundo real. Aprovechar esta característica es la posibilidad de volver tangibles los valores de la marca, y asociarlos a una experiencia de consumo memorable. Ello nos abre un mundo de posibilidades para añadirles valor a los envases.
En el diseño del envase se puede ofrecer algo más que un contenedor pensando en en función del consumidor y ponerlo en primer plano. Resolver sus inquietudes, darle mayor satisfacción facilitando su tarea, proponer un segundo uso del envase, crear una utilidad, reducir la cantidad de residuos, etcétera.
Lazos emocionales a través del diseño del envase
Además de la comunicación tridimensional y de los elementos gráficos de un envase, existe también una secuencia de uso, una función que nos propone un recorrido a través del envase. La propuesta que se genera a través de los envases permite lograr que los consumidores establezcan lazos emocionales y pasen, de apreciar la marca, a ser sus fans.
El secreto para estar en la mente del consumidor es generar recuerdos. Por ese motivo el diseño del envase tiene como desafío sorprender, y proveer nuevas maneras de relacionarse con el producto. Esto no quiere decir que se necesita inventar un envase en el laboratorio de la NASA, sino más bien generar ideas frescas y dejar los prejuicios afuera.
Utilizar un tipo de envase que es inusual para cierto tipo de productos podría ser una estrategia completamente válida. Un ejemplo muy simple es el del exitoso lanzamiento de los pañuelos Kleenex. Un tipo de envase conocido pero con una vuelta creativa e inesperada para esta categoría.
La originalidad de un diseño puede consistir en utilizar recursos conocidos pero combinados de una manera distinta a la que conocemos. Nos debemos permitir jugar con los envases, sus formas, colores, texturas y materiales para asociarlos libremente y lograr nuevas propuestas que sean capaces de seducir a los consumidores, que cada vez son más conocedores y exigentes.
Los recursos estructurales pueden ser de gran ayuda a la hora de reinventar la experiencia de consumo. La nueva identidad del envase de la cerveza Brands basó su estrategia de diseño en revalorar su autenticidad por ser la cervecera más antigua de Holanda. El nuevo diseño refleja su herencia, inspirado en las botellas antiguas, con un relieve que hace protagonista a la marca y simultáneamente crea un estímulo táctil que invita a recorrerlo con la
yema de los dedos.