México. Freixenet, la marca de vinos espumosos, lanzó nuevas presentaciones de sus cavas para esta calurosa temporada de verano en México. Las novedades incluyen:
- Una nueva imagen para sus Cavas Carta Nevada y Cava Rosé, con un diseño descrito como tropical y elegante.
- Un pack especial de Freixenet ICE, que incluye una botella de ICE Rosé y una botella de 200 ml de Freixenet ICE de regalo.
Los vinos espumosos de la línea ICE se caracterizan por ser refrescantes y versátiles, elaborados con variedades de uva como Xarel·lo, Macabeo, Parellada y un toque de Chardonnay.
La recomendación es servirlos en copa balón con cubitos de hielo. Sus dos sabores ICE y ICE Rosado pueden combinarse con menta o frutos rojos para realzar su sabor refrescante.
Las nuevas presentaciones de la marca acercan a los consumidores nuevas formas de disfrutar el cava durante el verano.
“Freixenet ICE Rosé es un Cava afrutado de color rosa frambuesa brillante elaborado con Garnacha y Pinot Noir. Sus notas de frutos rojos del bosque, como las fresas, arándanos, frambuesas o moras, le dan un sabor refrescante”, resalta la compañía.
Estas ediciones especiales estarán disponibles por tiempo limitado en tiendas como Liverpool y Chedraui, en México.
Así se comporta el mercado de vinos espumosos
Una investigación de IWSR, el proveedor mundial de datos e información sobre bebidas, destaca que el cambio demográfico está impulsando un mayor compromiso y frecuencia de compra en la categoría de vinos espumosos.
Aproximadamente una cuarta parte de todos los adultos en Estados Unidos son consumidores de esta bebida burbujeante.
Entre 2017 y 2022, el vino espumoso presentó un crecimiento anual compuesto del 6%, en contraste con una caída del -1% en el vino total. Esto permitió que el vino espumoso representara más del 12% del mercado total de vinos en 2022, frente al 8% en 2017, indica IWSR.
Sin embargo, el impulso de la categoría se ha desacelerado. Tras un notable aumento del volumen durante la pandemia y el auge de los eventos sociales, el mercado enfrentó una disminución del -3% en 2022.
A pesar de la desaceleración, el consumo de vino espumoso se mantiene. Casi el 38 % de los consumidores estadounidenses, ahora disfrutan de vino espumoso semanalmente.
Cambio de hábitos mueve el consumo
Este cambio en los hábitos de consumo muestra que el vino espumoso se está estableciendo cada vez más como una bebida adecuada no solo para celebraciones, sino también para ocasiones cotidianas.
El cambio demográfico también está jugando un papel relevante. Los hombres adultos más jóvenes están liderando el crecimiento del mercado, con un mayor interés en explorar nuevos estilos de vino espumoso.
Aproximadamente el 54% de los hombres de 35 a 54 años se consideran "exploradores del vino", disfrutando de probar diferentes variedades con regularidad, señala IWSR.
Además, la importancia de las marcas tradicionales está disminuyendo, ya que los consumidores parecen estar más abiertos a probar nuevas opciones.
Italia continúa siendo dominante en el mercado estadounidense, representando el 48% del volumen total en 2023, superando a los vinos espumosos nacionales, que constituyen el 37 por ciento.
"Los vinos espumosos italianos, así como los de Estados Unidos y otros países, están evolucionando en su posicionamiento en el mercado estadounidense y a nivel mundial", explicó Richard Halstead, director de operaciones de investigación de consumidores de IWSR.
"Más allá de las celebraciones tradicionales, el vino espumoso está emergiendo como una alternativa válida al vino tranquilo durante las comidas y como ingrediente en cócteles de aperitivo", agregó.
La ciencia detrás del descorche
En el mundo del vino espumoso el momento más emblemático, es quizá, el distinguido "¡pop!", el sonido que se oye al momento de descorche de una botella.
Pero, ¿qué sucede cuando se abre una botella de vino espumoso, y por qué es ese burbujeo tan especial?
Una investigación de Gérard Liger-Belair y Clara Cilindre, publicada en la revista científica Food Research International, explica que los vinos espumosos, como el champán, se caracteriza por la efervescencia de pequeñas burbujas que se liberan en el descorche.
Este fenómeno es el resultado de la liberación de dióxido de carbono (CO2) que ha sido atrapado en la botella a una presión considerable -al menos 20 °C-.
Esta presión interna alta es la causa de la efervescencia, un sello distintivo de estas bebidas que los aficionados suelen apreciar.
“Cuando una botella de vino espumoso se descorcha, se rompe el delicado equilibrio termodinámico entre el CO2 disuelto en el líquido y la fase gaseosa en el interior de la botella”, explican los investigadores.
En el momento de la apertura, el CO2 disuelto comienza a salir del líquido para equilibrar la baja presión del ambiente, lo que provoca la liberación rápida de gas y la formación de burbujas. La concentración de dióxido de carbono disuelto es relevante para la calidad de la efervescencia.
Mayor intensidad del burbujeo
Cuanto mayor sea el nivel de este compuesto disuelto en el vino, mayor será la intensidad de las burbujas.
Lo anterior porque la efervescencia no solo es una característica deseada, sino también una muestra de la calidad del vino espumoso.
Según los expertos en vinos, las burbujas más pequeñas y persistentes suponen que un vino espumoso es superior.
Para preservar esta efervescencia y disfrutar de una experiencia óptima, es esencial tratar el champán y otros vinos espumosos con cuidado.
Similar a la cerveza, estos vinos deben ser servidos en condiciones ideales para mantener su depósito de CO2 disuelto, pues la elección de la cristalería adecuada, la temperatura del vino y otros factores que pueden influir en la percepción sensorial.
Así, que detrás del descorche de una botella de champán o de un vino espumoso está la ciencia.
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