La sustentabilidad y economía circular cobran gran importancia en un mundo con una población creciente. La Organización de las Naciones Unidas de la Alimentación y la Agricultura (FAO) proyecta que la producción agrícola debería aumentar un 60% para cubrir la demanda de alimentos hacia 2050.
Esa tendencia es preocupante, ya que la alimentación es una de las actividades humanas con más impactos ambientales, principalmente en la generación de gases de efecto invernadero (GEI), huella hídrica y pérdida y degradación de suelos.
El aumento en la demanda y, por lo tanto, de la producción, tendría implicaciones sociales, ambientales y económicas que no deben subestimarse. Si se sigue con los mismos patrones de consumo, desperdicio y métodos de producción intensivos en la agricultura y ganadería:
- Se estarían sobrepasando los límites planetarios en 110% para el presupuesto de GEI.
- 70% el uso de tierras cultivables.
- 50% la disponibilidad de agua potable.
- La aplicación de nitrógeno por 125% y la de fósforo en 75%.
Eso implica la pérdida de biodiversidad, afectando seriamente a las sociedades, principalmente aquellas en situación de pobreza, además impide impulsar la sustentabilidad y economía circular.
¿Cuáles son los nuevos enfoques para mejorar los procesos productivos con la sustentabilidad y economía circular?
Para minimizar los efectos, será necesario repensar la manera en que se producen y consumen los alimentos. Hacer sostenibles los sistemas productivos en toda la cadena de valor de la alimentación, requiere cambios estructurales:
- La eficiencia de los procesos productivos.
- La logística de la transportación y distribución de insumos y los propios alimentos.
- Cambios en los patrones de consumo.
Los patrones de consumo que requieren una modificación más drástica son los productos de origen animal, pues:
- Su impacto es tal que entre la producción de carne, acuicultura, huevos y lácteos, se utiliza aproximadamente el 83% de la tierra cultivable.
- Contribuyen con el 56-58% de todas las emisiones asociadas a los alimentos, aunque sólo proveen 37% de las proteínas y 18% de las calorías consumidas a nivel global.
- Se espera que el consumo de alimentos de origen animal se incremente un 68% en las siguientes tres décadas, con un 88% de incremento en el consumo de carne de rumiantes.
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Desarrollo sustentable para garantizar la producción agropecuaria
El desperdicio de alimentos por sí sólo genera el 8% de todas las emisiones de GEI del mundo, representando adicionalmente, un costo de 2.6 trillones de dólares por año, incluyendo 700 mil millones de dólares en costos ambientales y 800 mil millones en costos sociales. Tan sólo entre la producción y la distribución, se pierden 400 mil millones de dólares.
El cambio de dietas y la reducción de desperdicios, son estrategias que han sido desestimadas por los gobiernos actuales y por una buena porción de la industria alimentaria. Esto establece la urgencia de innovar desde el sector primario.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), estableció que los cambios hacia dietas más sostenibles con un menor contenido de productos de origen animal, tiene el potencial de generar el equivalente a 19 millones de puestos de trabajo de tiempo completo, incluyendo la reintroducción de los trabajadores del sector ganadero al agrícola.
No obstante, un reto para países como México es asegurar que los productos agrícolas que estarán generando esos empleos, sean lo suficientemente rentables y atractivos que la producción de alimentos de alto impacto ambiental como la carne, leche, huevos o el aguacate.
Cultivos de alta rentabilidad son:
- El jitomate, las moras, la fresa, el cacao y la papa.
- La producción de insumos para la elaboración de proteínas vegetales, donde la proteína de chícharo es la fuente más prometedora en términos de rendimiento, rentabilidad y calidad nutricional.
Dos cultivos con gran potencial sustentable en la agricultura
El consumo de quelites en México, además de ser herencia milenaria de la gastronomía, con más de 350 especies comestibles, son fundamentales para técnicas de cultivo regenerativo y para una nutrición adecuada de los mexicanos.
Recuperarlos como parte de la producción sostenible será clave para los siguientes años, sin embargo su consumo ha disminuido a menos de la mitad, por lo que será importante que la industria alimentaria los introduzca como un insumo.
En las últimas décadas, se redujo la diversidad de la alimentación de un consumo de más de 7,000 plantas, para depender de sólo 15 plantas lo que, aunado a los monocultivos, es un serio riesgo para la biodiversidad y conservación de los ecosistemas.
Los frijoles también disminuyeron significativamente su producción y consumo, una leguminosa con gran potencial como insumo para la preparación de proteínas alternativas. Las leguminosas son un soporte importante para momentos de inseguridad alimentaria.
¿Cómo aplicar el modelo de economía circular en el sector agropecuario?
Para impulsar la sustentabilidad y economía circular dentro de la agroindustria, algunas estrategias de desarrollo son las siguientes:
- Comenzar a utilizar los desperdicios de la agricultura y de la industria alimentaria como insumos para cualquier industria, no sólo la de alimentos, yendo más allá de la recuperación energética por medio de biodigestores o generadores por biomasa.
- Las compostas vegetales son una oportunidad de innovación.
- Aunque las investigaciones realizadas hasta el momento no han sido favorables al respecto, ya existen emprendimientos de producción 100% vegetal que prescinden de dichos fertilizantes y que cada vez perfeccionan más la producción para mantener altos rendimientos.
Existen tres estrategias fundamentales para que la industria alimentaria pueda ser un eslabón fundamental de la economía circular:
- Influenciar en las elecciones de los consumidores para asegurar que las producciones sostenibles y productos alternativos, se consuman y, por lo tanto, generen rentabilidad a los productores.
- Recuperar la biodiversidad del campo y utilizar para el desarrollo de productos alimenticios una mayor variedad de alimentos.
- Encontrar un uso para los residuos generados a través de todo el ciclo de vida de los alimentos.
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