La limpieza en el lugar ha existido desde la década de 1950. Los sistemas de limpieza son un metodo de limpieza automatizada de las superficies interiores de los equipos, sin desmontarlos. Una de las definiciones más citadas se toma de la edición de 1990 de la Sociedad de Tecnología Láctea (SDT) de su manual Cleaning in Place, que define el CIP como:
"La limpieza completa de circuitos de plantas o tuberías sin desmontar o abrir el equipo y con poca o ninguna participación manual por parte del operador. El proceso consiste en la pulverización de superficies o en la recirculación de soluciones de limpieza a través del equipo, en condiciones de alta turbulencia y velocidad de flujo".
Consideraciones para diseñar sistemas de limpieza CIP
El propósito principal del CIP es eliminar la suciedad física y los residuos, así como las bacterias. Se utiliza comúnmente para equipos con tuberías, depósitos y llenadoras, donde el CIP emplea flujo turbulento (tuberías) o pulverización (tanques), pero también se puede hacer con inundación y agitación.
Además de garantizar que los equipos estén en condiciones higiénicas aptas para la producción, el CIP también desempeña otras funciones importantes:
- Cuidar que no queden fluidos de limpieza o contaminantes en el equipo.
- Proteger la seguridad alimentaria.
- Reducir el costo y el tiempo de inactividad necesarios para la limpieza.
- Asegurar que los ciclos de producción sean eficientes y rentables.
Los sistemas CIP automatizados o semiautomatizados, proporcionan un mejor control de los parámetros de limpieza para asegurar resultados consistentes, así como el mantenimiento automático de registros con fines de trazabilidad y diligencia debida. Además, la automatización reduce la necesidad de contacto humano con agentes de limpieza potencialmente dañinos u otros productos químicos.
Sin embargo, para que el CIP sea eficaz, no sólo tiene que estar bien diseñado, sino que todo el sistema de producción en sí debe configurarse desde el inicio pensando en una limpieza CIP eficaz. El equipo y la maquinaria deben estar diseñados higiénicamente y ser fáciles de operar, mantener y revisar.
El proceso de diseño no sólo debe garantizar una limpieza eficaz, sino que también debe ser lo más eficiente posible en términos de consumo de agua, productos químicos y energía. Al diseñar el equipo, se deben tener en cuenta aspectos como:
- La rugosidad superficial.
- Soldaduras.
- Prevención de esquinas o zonas inaccesibles donde la suciedad y/o los productos químicos pueden acumularse.
La fiabilidad también es un factor importante y los sistemas CIP deben diseñarse para funcionar durante toda la vida útil del equipo involucrado. Es también importante que el sistema de control sea adecuado y fácil de entender y usar por el operador.
Procesos típicos del CIP
La mayoría de los sistemas CIP realizan un conjunto similar de operaciones, incluyendo:
- Aclarado inicial para eliminar grandes residuos.
- Limpieza con medio alcalino para eliminar la suciedad mediante detergentes cáusticos.
- Enjuague para eliminar el detergente y la suciedad, así como los agentes de limpieza.
- Limpieza (opcional) con ácido, si es necesario, para eliminar sales y residuos alcalinos.
- Desinfección: tratamiento térmico o químico para desinfectar el equipo.
- Aclarado final para eliminar todos los rastros de productos químicos y evitar la contaminación.
Estos pasos se pueden combinar o usar de diferentes maneras. Por ejemplo, el uso de detergente a altas temperaturas limpia y desinfecta los equipos al mismo tiempo, y el uso de vapor puede reducir la necesidad de detergentes químicos.
Dependiendo del diseño del sistema y del riesgo de contaminación, las soluciones de limpieza pueden reutilizarse varias veces o desecharse inmediatamente. También puede haber diferencias entre los sistemas CIP y SIP (esterilización in situ).
Cuando se requieren detergentes, uno de los más comunes es la sosa caustica (NaOH), aunque hay otros, a base de alcalinos y ácidos, que se pueden utilizar en función de la naturaleza del producto y los residuos que necesitan ser limpiados.
Los alcalinos son generalmente más eficaces contra las proteínas y las grasas, mientras que los ácidos funcionan mejor para eliminar sales. Para los azúcares, el agua sigue siendo uno de los medios de limpieza más eficaces.
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