Los microorganismos están presentes en una amplia variedad de entornos, incluido el suelo y diversos alimentos. Si bien se sabe que algunos causan enfermedades en los humanos, otros son reconocidos por sus beneficios para la salud.
A principios del siglo XX, el científico ruso Ilya Metchnikoff, ganador del Premio Nobel de Medicina, propuso que las bacterias de la leche fermentada podrían aumentar la longevidad y la calidad de vida al competir con microorganismos indeseables en el colon (intestino grueso).
De este modo, el intestino humano pasó a ser visto como un órgano que podría recibir bacterias beneficiosas exógenas para mejorar el bienestar. Su trabajo pionero sentó las bases para el desarrollo de probióticos y alimentos funcionales, que se consumen ampliamente hoy en día.
En los últimos años, las investigaciones sobre el microbioma intestinal han avanzado significativamente. Se ha descubierto que la diversidad y el equilibrio de las bacterias intestinales juegan un papel crucial en la salud general, incluyendo desde el sistema inmunológico hasta la salud mental.
Estos estudios han llevado a una mejor comprensión de la relación de los probióticos con el bienestar y la salud. La ciencia del microbioma sigue evolucionando, prometiendo revolucionar la nutrición personalizada.

¿Qué son los probióticos?
Los probióticos son definidos por la Organización Mundial de la Salud como microorganismos vivos que, cuando administrados en cantidades adecuadas, confieren beneficios a la salud del huésped.
Estos microorganismos, principalmente bacterias ácido-lácticas (LAB) y bifidobacterias, deben ser viables y administrados en cantidades suficientes para ser efectivos. Conocer la cepa de los probióticos es esencial pues cada una tiene efectos específicos en el organismo.
El desarrollo de un probiótico empieza con el aislamiento de cepas bacterianas a partir de fuentes específicas, como alimentos fermentados o el tracto gastrointestinal. Estas cepas se caracterizan y se someten a pruebas de viabilidad, eficacia y seguridad.
Las pruebas de seguridad incluyen la evaluación de la resistencia a antibióticos y la ausencia de genes de virulencia. Después de seleccionar las cepas más prometedoras, se optimizan los procesos de cultivo y producción en laboratorio. Finalmente, las cepas se escalan para la producción industrial.
El papel de la fermentación
La producción industrial de probióticos enfrenta retos significativos para garantizar la estabilidad y calidad del producto final e implica un proceso complejo que incluye la fermentación, concentración y estabilización de las bacterias.
La fermentación se realiza en medios cuidadosamente controlados para maximizar el rendimiento y la estabilidad de las cepas. Posteriormente, las células se concentran y se les añaden crioprotectores y lioprotectores para protegerlas durante el congelamiento y la deshidratación para que manténganse viables.
Las LAB y bifidobacterias tienen requisitos nutricionales específicos que deben ser satisfechos para su crecimiento y rendimiento óptimos. La comprensión de estos requisitos es esencial para desarrollar medios de fermentación adecuados que soporten el crecimiento y la supervivencia de los microorganismos durante el proceso de fabricación.
El control de calidad es crucial para asegurar la consistencia y seguridad de los probióticos. Esto incluye la evaluación de materias primas, muestras en proceso y productos finales. La implementación de prácticas de laboratorio y programas de metrología ayuda a minimizar la contaminación y asegurar la precisión de los resultados.

Suplementos y probióticos
Los suplementos son la mejor opción para vehicular probióticos porque garantizan estabilidad y viabilidad, permiten un control preciso de la dosis, ofrecen versatilidad y comodidad, y además pueden ser asociados con otros ingredientes.
Los probióticos se incorporan principalmente en suplementos dietarios en formato de polvo liofilizado. Las formas de aplicación son diversas: pueden ser comprimidos, comprimidos masticables, polvos para uso oral, polvos para preparación de bebidas, productos efervescentes, cápsulas, tabletas, entre muchos otros.
Estos productos deben mantener la viabilidad de las cepas durante toda su vida útil, y eso requiere un control estricto de la actividad del agua y la temperatura de almacenamiento. La elección de envases adecuados también es fundamental para prevenir la entrada de humedad y mantener la estabilidad de los probióticos.
En conclusión, los probióticos representan una herramienta poderosa para mejorar la salud y el bienestar humano. Desde el aislamiento de cepas específicas hasta la producción industrial, cada etapa del desarrollo de probióticos requiere un enfoque meticuloso para garantizar la viabilidad y eficacia de los microorganismos.
La investigación y la innovación en este campo continúan avanzando, ofreciendo nuevas oportunidades para la creación de productos que promuevan la salud general. Con un control de calidad riguroso y la correcta formulación de suplementos, los probióticos pueden ser una adición valiosa a la dieta diaria, contribuyendo significativamente a la mejora de la calidad de vida.
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Referencias
FENSTER, Kurt et al. The production and delivery of probiotics: A review of a practical approach. Microorganisms, v. 7, n. 3, p. 83, 2019.
MCFARLAND, Lynne V.; EVANS, Charlesnika T.; GOLDSTEIN, Ellie JC. Strain-specificity and disease-specificity of probiotic efficacy: a systematic review and meta-analysis. Frontiers in medicine, v. 5, p. 124, 2018.
Food and Agricultural Organization of the United Nations and World Health Organization. Joint FAO/WHO working group report on drafting guidelines for the evaluation of probiotics in food (2022). Food and Agricultural Organization of the United Nations , https://isappscience.org/wp-content/uploads/2019/04/probiotic_guidelines.pdf