A la hora de hablar de desperdicio alimentario se debe tener en cuenta lo siguiente:
- Se refiere únicamente a aquellos alimentos destinados para el consumo humano.
- Se puede producir en cualquiera de las cadenas alimentarias independientemente de su origen, es decir, en la actividad agrícola, ganadera o pesquera.
- Aplica a todas las etapas de la cadena alimentaria, desde las que están en la producción primaria hasta el hogar de los consumidores, pasando por todas las empresas de transformación y distribución y las de hostelería.
Es importante enfatizar que todas aquellas actividades relacionadas con el cultivo, cría de animales o pesca que no están destinados a la elaboración de alimentos para el consumo humano no entran en el concepto de desperdicio humano.
Por lo tanto, se puede definir el desperdicio alimentario como aquella pérdida de alimentos que, originariamente iban a ser destinados a la alimentación humana y que se produce a lo largo de la cadena alimentaria. En algunas ocasiones se marca una diferencia entre lo que significa “pérdida de alimentos” y “desperdicio alimentario”.
El concepto de desperdicio alimentario sólo se refiere a la pérdida de alimentos que ocurre en las últimas etapas de la cadena alimentaria, es decir, a nivel minorista y a nivel consumidor. En este texto utilizaremos el término “desperdicio alimentario” para referirnos a la pérdida de alimentos que se produce a lo largo de toda la cadena alimentaria independientemente de dónde se produzca dicha pérdida.
¿A qué nos referimos con reducir el desperdicio alimentario?
A iniciativas encaminadas a prevenir que se produzca ese desperdicio. Habrá quien piense que la tarea de reducir el desperdicio alimentario corresponde a los operadores que están dentro de la cadena alimentaria, es decir, a los agricultores, ganaderos, pescadores e industrias.
También habrá quien piense que corresponde a los establecimientos de hostelería y a los supermercados. Otros que a los consumidores. Sin embargo, todos tienen una parte de responsabilidad, aunque unos más que otros.
- En los países desarrollados e industrializados la mayor parte del desperdicio alimentario ocurre a nivel consumidor y por la ineficiencia de la cadena alimentaria
- En países en desarrollo, el desperdicio alimentario se produce mayoritariamente por las limitaciones en las técnicas de recolección, la falta de infraestructuras de almacenamiento en frío y la falta de envasado.
- Se estima que el desperdicio alimentario de un consumidor europeo o norteamericano es de 95-115 Kg / año mientras que el de un consumidor de África sahariana o del sureste de Asia es de 6-11 Kg / año.
¿Dónde y cómo se produce el desperdicio de alimentos?
1. Actividades primarias: agrícola, ganadera y pesquera
Las pérdidas de alimentos procedentes de cultivos pueden ocurrir por daños del alimento durante la cosecha, por clasificaciones exigentes del mercado, por la muerte de los animales durante su crianza (enfermedades infecciosas, vacío sanitario, etcétera), disminución de producción de leche por causas de salud del animal, por los descartes que vuelven al mar, durante el almacenamiento en el barco, etcétera.
2. Actividades post cosecha, post crianza, post pesca y de almacenamiento
Las pérdidas de alimentos procedentes de cultivos pueden ocurrir por incorrecto manejo durante la cosecha, el almacenamiento o el transporte. Las pérdidas de animales por muerte de los animales durante el transporte a matadero o por decomisos en los mataderos. Las pérdidas de pescado por incorrectas operaciones durante la descarga, el almacenamiento en tierra, el envasado y el transporte
3. Procesado de alimentos
Las pérdidas de alimentos pueden ocurrir en cualquier etapa de procesado de alimentos bien porque se haya tenido que descartar el alimento por un fallo en el proceso o por las mermas que ocurren en las distintas etapas, por una sobreproducción para satisfacer la capacidad de la maquinaria, etcétera.
4. En la distribución y comercio minorista
Las pérdidas de alimentos ocurren principalmente por los sistemas de compras, las exigencias de calidad, los formatos de compra grandes, las ofertas que incitan a comprar de más, etcétera.
5. A nivel consumidor
La pérdida de alimentos ocurre por hábitos de consumo que propician el desperdicio alimentario como puede ser comprar más alimentos de los que se necesitan, no planificar las compras, compras impulsivas, incorrecta conservación de los alimentos en el hogar, uso de los alimentos en festejos sin que se vayan a consumir, etcétera.
Acciones a nivel mundial para reducir el desperdicio de alimentos
La FAO lanzó en 2011 la iniciativa Save Food, la cual desarrolla programas y apoya su implementación a nivel nacional. Esta iniciativa requiere de la colaboración de las regiones o países. Así, tenemos la iniciativa “Stop Wasting Food” en Dinamarca o el “Waste Reduction Action Plan” en Reino Unido.
En 2015, varios jefes de estado de países de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lanzaron la Agenda 2030 que incluye los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) o también conocidos como Sustainable Development Goals (SDG).
La reducción del desperdicio alimentario está incluida en varios de ellos:
- 2 - Poner fin al hambre
- 9 - Industria, innovación: industria más productiva
- 12 - Garantizar modos de consumo y producción sostenibles
- 14 - Utilizar de forma sostenible los océanos
¿Cómo se está haciendo? Lamentablemente, no hay buenas noticias. En septiembre de 2019 se reunió el foro político de alto nivel para tratar el tema de las ODS y la conclusión fue que los progresos son insuficientes, que se está muy lejos de alcanzar los objetivos y que es urgente tomar acciones correctivas. También se constató que la pandemia por Covid-19 puso un freno al progreso de estas iniciativas.
Algunas conclusiones
1. Conociendo las causas del desperdicio a nivel doméstico, y observando un poco los hábitos, parecen claras las acciones que cada individuo puede llevar a cabo, ya sea que sea un consumidor u operador que actúa dentro de la cadena alimentaria.
2. El desperdicio alimentario tiene una implicación mayor que la que, a priori, podamos pensar. Representa, a su vez:
- Un desperdicio de los recursos naturales.
- Emisiones innecesarias de CO2 a la atmósfera que, como sabemos, es un gas de efecto invernadero (GEI).
- Tiene un impacto negativo en los beneficios de agricultores, ganaderos y pescadores que ven reducido su margen.
- También impacto negativo en los consumidores porque el precio de los alimentos se ve incrementado y agudiza el problema del hambre en el planeta por falta de acceso a los alimento.
3. Desde el 2011 se escucha el mantra de que es necesario producir más alimentos para satisfacer la demanda del crecimiento de población mundial que se estima en el futuro cercano. Sin embargo, no se ha puesto manos a la obra para innovar en métodos de producción más sostenibles. La tendencia es ir dejando el uso de plástico y cambiarlo por otros materiales que provengan de cultivos para lo cual se necesitará más superficie cultivable. Asimismo, existe la creciente demanda de biocombustibles, por lo que se necesitará más tierra cultivable.
Luchar contra el desperdicio alimentario es una EMERGENCIA y una URGENCIA para la sociedad y para el planeta.
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